Verde carmesí de Estudiantes, para Alfonso y Javier

Hoy es Lunes Santo y, desde la calle Alcazabilla y para Málaga, nuestra procesión dará testimonio de la Pasión de Cristo y de la fe en aquel que venció a la muerte y vino a darnos ejemplo y testimonio de amor y vida. Hoy lucharemos contra el olvido de los que se fueron y compartieron con nosotros este sentimiento cofrade, horas y horas de juntas de gobierno, procesión y varal, reuniones, preparación de los cultos y enseres, reparto de túnicas, tallaje o acople de los tronos, de tertulias de amigos y comidas de hermandad, en Navidad, en Feria y, por supuesto, en Cuaresma… Esfuerzos, encuentros y momentos inolvidables vividos con la alegría de estar juntos y con nuestras propias contradicciones, coincidencias y divergencias, como en cualquier familia, pero que nos atan y acercan para siempre. Por eso, los que hace tan sólo días se fueron seguirán vivos en nosotros y en nuestras vidas, por sus hechos y por las huellas que dejaron en nuestros corazones.

Ildefonso Fernández-Baca Casares, Alfonso, fue un gran hombre, un amigo extraordinario, lleno de inteligencia, generosidad y bondad, un profesional brillante y de primerísimo nivel, un cofrade de Estudiantes ejemplar y un malagueño a imitar. Hermano mayor clave en la historia de la cofradía, con mentalidad abierta y preclara, gracias a lo cual nos dejó, entre otras muchas cosas, una casa hermandad moderna y adelantada a su época, funcional e integrada fenomenalmente en un entorno excepcional. Ha sido un gran lujo para todos los que hemos tenido la suerte de conocerlo y quererlo, su prudencia hizo de su marcha el silencio y no podemos callar. El hueco que deja es imposible de llenar.

Francisco Javier Álvarez Martínez, Javi, se fue demasiado pronto y sin avisar, con muchos proyectos por realizar, con muchos sueños por cumplir, rompiendo la cadencia natural y dejando a sus padres, familiares y amigos desconcertados y heridos. Vivió su vida con la pasión y la vehemencia de quien quiere ser de verdad, auténtico a toda costa, se entregó y empatizó de manera muy especial con sus iguales y los más jóvenes de la cofradía, que hoy lo lloran más que nunca. Javier nunca puso limite a su tiempo para su gente, ni en su entrega a la hora de apoyar y cumplir con sus compromisos, tanto en la albacería, de nazareno o bajo los varales de nuestro Cristo, como tampoco en su inolvidable etapa al frente del Área de Participación, ratos imborrables que ya son eternos.

¡Echarles de menos será un sentimiento intenso e inevitable!

Hoy es Lunes Santo y por eso también saldremos para que, agarrados a nuestra fe, podamos aliviar y compartir con los suyos el sufrimiento y la inmensa pena de sus ausencias. Hoy Alfonso y Javier estarán con nosotros, como cada año, en la intimidad y el anonimato de los momentos que vamos a vivir bajo la túnica y el capirote de Estudiantes o en los del esfuerzo y la emoción de sentir sobre nuestros hombros la suave mecida de los tronos al amparo –para siempre– del Cristo Coronado de Espinas y de la Virgen de Gracia y Esperanza.

(*) Pedro Ramírez es ex hermano mayor y consejero de la Cofradía de los Estudiantes de Málaga