Palmas en los balcones

Lo de dar palmas en los balcones y terrazas no es algo nuevo, por muy de moda que lo haya puesto ahora la crisis del coronavirus. Es una costumbre cristiana con siglos de antigüedad, que muchos seguimos practicando y que tiene mucho que ver con la fiesta que celebramos hoy: Domingo de Ramos.

Como sabes, todo ocurrió en Jerusalén hace unos dos mil años. Seguramente te lo volverá a contar hoy tu párroco en la misa por Youtube.

Dicen que Jesús se montó en un pollino para entrar en la ciudad y que la multitud de sus seguidores extendió sus mantos por el camino cortando ramas de árboles y alfombrando la calzada y gritando: «Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!».

–Bueno, ¿y esto qué tiene que ver con lo de salir a la calle a jalear a los sanitarios? Porque yo no he visto nunca a nadie salir a los balcones a aplaudir antes de que llegara el bicho de la China.

–¡Sí que lo has visto, pero no te has dado cuenta!

Verás. Si paseas por Málaga o por cualquier otra ciudad de profundas raíces cristianas, verás en algunos balcones unas hojas de palmera. Son las palmas del domingo de Ramos cuya colocación en el exterior de las viviendas es una prolongación de esa procesión triunfal durante todo el año. El ¡Hosanna! al rey que entra en tu ciudad se extiende así al año entero. Estas «palmas en los balcones», (etimológicamente dar palmas y las hojas de palma tienen el mismo origen) son, eso, aplausos y vítores a un Dios que se ha hecho hombre y va a padecer como hombre por nuestra salvación. El mensaje es claro: en esta casa te esperamos. ¡Bienvenido Hijo de David!

Las ocho de la tarde son ahora un momento mágico. Aplaudimos a quienes nos van a salvar. Pero este coronavirus será vencido y este gesto pasará al recuerdo. ¿Nos acordaremos dentro de unos meses de aquellos a quienes aplaudimos hoy? Quizá no. Quizá los dejemos solos, como solo se quedó Jesús en su Pasión. A muchos sanitarios, la crisis del Covid-19, les pasará factura cuando esto acabe: problemas físicos, psíquicos y familiares. ¿Estaremos con ellos entonces?

Hoy, en la misa por Youtube nos leerán también el relato de la Pasión. Un salvador aplaudido y crucificado. No lo dejes solo. Saca hoy también por Él tus palmas al balcón.