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Pablo Atencia Robledo encara la que será su última Semana Santa como presidente de la Agrupación de Cofradías tras dos mandatos de tres años y dos prórrogas de un año cada una. Pasará a la historia como el presidente del cambio del recorrido oficial y ... de la celebración del centenario de la entidad.
–¿Qué espera de esta Semana Santa?
–Espero que sea la Semana Santa de la normalidad. El año pasado todavía teníamos algunas limitaciones por la pandemia, y esta vez si Dios quiere vamos a volver a vivir lo que estábamos acostumbrados, como en 2019.
–Si echa la vista atrás, ¿de qué se arrepiente y con qué está más satisfecho?
–En términos generales mi balance es positivo. Hemos actuado con responsabilidad en todo momento. El proyecto que presentamos en 2015 lo hemos desarrollado en su totalidad y todas las decisiones han sido consensuadas con los hermanos mayores y los cofrades, fruto del diálogo, la reflexión y el análisis. No se han tomado decisiones a la ligera. Me siento satisfecho de haber hecho una Agrupación más abierta a la sociedad, con más participación, valiente a la hora de acometer los proyectos y una casa en la que impera la armonía y el trabajo en equipo. Además, habría que destacar logros como el trono del Resucitado y el centenario.
–¿Qué se le queda en el tintero?
–Lo único que nos queda es la ejecución del monumento a la Semana Santa. No obstante, ya tenemos el espacio y el visto bueno de las administraciones. Nos falta poner en marcha un concurso de ideas.
–El año pasado, el segundo en el que se aplicaba un nuevo recorrido oficial para las procesiones, volvieron a producirse críticas respecto a las dificultades de movilidad del público en el Centro. ¿Qué medidas se han tomado sobre este asunto?
–Se han tomado una serie de medidas que van a permitir estar muy encima. Por ejemplo, la reserva de la calle Fajardo va a facilitar la movilidad norte-sur. Se está trabajando en que haya mucha información y que el público se pueda planificar a la hora de moverse por los espacios de comunicación. Hay una mayor coordinación con Policía Local y Movilidad. El año pasado nos vino como algo sobrevenido, no éramos conscientes de que se podrían producir problemas en determinados puntos. Además, se van a distribuir planos e información con todos los cruces que tiene el recorrido oficial.
–En esta cuaresma, a raíz de los reparos puestos por la Policía Local para transitar por determinadas calles como Fajardo o Nueva, y de la reciente polémica respecto a la convivencia entre las terrazas de los bares con el discurrir de las procesiones, hay quien tiene la sensación de que la Semana Santa estorba o se le quita espacio. ¿Comparte esa visión?
–En absoluto. Lo que hacemos es convivir, y bien con la ciudad. Somos respetados y queridos. Ese cariño lo percibimos. Desde la Agrupación defendemos los intereses de las cofradías y de los cofrades y en esa línea vamos a seguir, siempre en sentido positivo, trabajando con lealtad con los hosteleros y con el Ayuntamiento. Se construye más desde la armonía y el diálogo, pero hay momentos en los que, ante la falta de sensibilidad de algún establecimiento, sí tenemos que pronunciarlo. No obstante, hemos recibido las disculpas de estos locales y el sentir mayoritario del mundo de la hostelería es en favor de la Semana Santa. Tienen asumida la retirada de las terrazas. Si hay situaciones concretas, serán a título anecdótico.
–Ha hecho referencia al caso de las mesas que estorbaron al traslado de su cofradía de los Estudiantes por la calle San Agustín. La Agrupación emitió un comunicado en el que criticó por vez primera abiertamente tanto a las autoridades competentes, en este caso el Ayuntamiento, como a los responsables de hostelería. ¿Por qué ese inédito toque de atención? ¿Ha sido en previsión de que ese asunto fuera a más en Semana Santa?
–Sí. Somos una institución seria que no podemos movernos por percepciones. Actuamos cuando hay hechos notorios, como ha sido el caso. Ahí sí nos pronunciamos. Hasta ahora siempre lo hemos intentado resolver en la mesa de negociación, pero llevamos un año hablando del asunto de la hostelería y al final hemos pedido que lo hablado se cumpla. Estoy seguro de que es lo que va a suceder.
–¿Cree que está justificado que la Policía Local limite el acceso de público a determinadas calles o enclaves del Centro para ver las procesiones?
–Ellos son los profesionales y saben cómo actuar en cada momento. Nos han explicado con detalle cuáles son los planes de seguridad y movilidad.
–Pero hay quien no entiende que en una determinada calle o plaza se impida el paso de personas por razones de aforo.
–Tras la experiencia del año pasado, confiamos en que todo lo que haga la Policía en ese sentido es porque consideren que hay riesgo para las personas. Este año van a guiarse con imágenes en tiempo real tomadas desde un dron y con más cámaras. Sí se va a trabajar para buscar el equilibrio entre la seguridad y la movilidad. No obstante, siempre hemos transmitido la importancia que tiene la cercanía del público a las imágenes y a los tronos. Imagino que se actuará solo en situaciones límite.
–En su última entrevista con SUR en septiembre del año pasado apuntaba que era muy complicado volver a cambiar el recorrido oficial de las procesiones. ¿Qué le diría a quienes mantienen su rechazo a este itinerario común?
–Siempre hemos tenido las puertas abiertas a que se trajeran propuestas para el nuevo recorrido oficial. Pero todas las que hemos recibido no han sido proyectos que se puedan ejecutar, porque la repercusión es muy traumática al suponer la pérdida de ocho mil sillas. El nuevo recorrido da respuesta a las demandas que había de reducir las dimensiones de la tribuna principal, abrir la Alameda Principal al público, usar la segunda puerta de la Catedral… El debate siempre ha estado en si estamos dispuestos a asumir la pérdida de ocho mil sillas o no. Ante eso, la única opción era hacer una ampliación del recorrido por la plaza de la Marina y Molina Lario. No obstante, cualquier propuesta que venga se va a analizar con todo el respeto, pero tiene que cumplir una serie de parámetros.
–¿Diría que a la tercera será la vencida de este recorrido?
–Es nuestro deseo. Hay pocas instalaciones temporales de estas características en el mundo. Estamos hablando de 24.000 localidades y poner de acuerdo a 41 cofradías en sus horarios e itinerarios. Cada año surgirá algo, pero no hay que olvidar que, en los días punta, puede haber del orden de 400.000 personas. Cuando hay esa afluencia de personas es muy difícil. Todos tenemos que pararnos cada día antes de salir a la calle, pensar un poco, y analizar los planos que se van a difundir, para ver los espacios por los que tenemos que andar. En algunos casos podremos ir de forma más directa y en otros tendremos que dar un rodeo. Hay más espacios que nunca para ver la Semana Santa. Invito a la gente a que vaya a la Alameda Principal, a la zona de la acera de la Marina, Atarazanas, el entorno de la Catedral… Son espacios donde, cuando veamos que hay una aglomeración, tendremos que movernos a otro espacio, porque creo que hay posibilidad. El recorrido oficial son unos 1.200 metros y la media de una procesión está en torno a los 4.000 metros. Por lo tanto, hay muchísimos más espacios y oportunidades.
–¿Estaría de acuerdo con que su sucesor o sucesora planteara algún tipo de revisión del recorrido oficial?
–Claro, eso nunca lo hemos descartado. Esto es una propuesta aprobada por el 90% de las cofradías, con el plácet de las administraciones, las fuerzas de orden público y Protección Civil. Un cambio absoluto tiene que ser viable. Desde 2018 no ha venido ninguna propuesta que concilie a todos. El nuevo recorrido se pondrá en valor cuando se vea con más distancia y con menos apasionamiento. El público se dará cuenta del gran esfuerzo que se ha hecho a nivel logístico, técnico y profesional. Esto es como todo, no tiene por qué gustar a todo el mundo. Hemos actuado por responsabilidad, y dentro de las características de la ciudad.
–Hay dos cofradías que se han mostrado manifiestamente contrarias a este recorrido oficial. La Congregación de Mena y la Archicofradía de la Expiración, que incluso se plantea abandonarlo para el año próximo. ¿Qué sensación le causa la postura de estas hermandades?
–Ante esto siempre diálogo y cercanía. Evidentemente respetamos y somos conscientes de que los cambios benefician y perjudican a unos más que a otros, pero tenemos que pensar siempre en global. Siempre vamos a estar defendiendo los intereses de las cofradías a nivel global, e individualmente con reuniones. En lo que tiene que ver con los horarios e itinerarios no es una decisión que puede tomar la Agrupación, como sí sucede por ejemplo en Sevilla.
–En las últimas semanas han saltado a la palestra informativa los reparos del Obispado a la presencia de divorciados o personas casadas por lo civil, pero no por la Iglesia, en las candidaturas a algunos de los principales cargos directivos de las cofradías del Rescate y la Humillación, marcadas actualmente por una fuerte división interna. ¿Qué le parecen este tipo de situaciones?
–Somos Iglesia, que tiene unas normas. Como colectivo que pertenecemos a ella, tenemos que acogernos a esas normas. Lo normal es que, cuando llega alguna alegación al Obispado, se responda en consonancia con la normativa. El mundo cofrade es muy bonito pero muy pasional. A veces suena más el conflicto de una o dos cofradías que la gran armonía que percibo en el conjunto. En estos ocho años he ido a más de 2.500 actos y he constatado la unidad y el buen hacer de todos.
–Este año ha estado a punto de organizarse la salida procesional del cortejo del Resucitado desde la Catedral. ¿Cree que será posible el año que viene?
–Sí porque ya tenemos lo más importante que es el plácet del Obispado y del Cabildo Catedralicio. Por cuestiones logísticas y circunstancias, no ha dado tiempo a organizarlo como nos gustaría.
–En septiembre tocan ya elecciones en la Agrupación. ¿Cómo espera que sean estos comicios para los que se barruntan dos candidatos?
–Ahora estamos centrados en la Semana Santa y no queremos entrar en ese tema. Cuando pase, será el momento en el que hablaremos. Lo suyo sería que hubiera una sola candidatura de consenso.
–Este sábado se pone por segundo año en la calle, y esta vez con nazarenos, la Cofradía del Cristo de la Clemencia, el antiguo Mutilado, que el año pasado causó una grata impresión al público cofrade. ¿Cuándo cree que podría esta hermandad ingresar de nuevo en la nómina de la Agrupación?
–Estamos siguiendo su hoja de ruta con mucho cariño y vemos que es una cofradía muy seria que está haciendo muy bien su trabajo, luego Dios dirá. Los estatutos hablan de diez años de salida procesional para poder pedir el ingreso en la Agrupación, pero en este caso es una hermandad que ya estuvo agrupada previamente. No hay normativa que recoja ese supuesto, pero creo que, cuando se den las circunstancias, será un tema que habrá que plantearlo en el seno de la Agrupación, con el Obispado y se verá… El sentido común dice que, cuando esté suficientemente maduro el proyecto, será el momento. La misma cofradía sabrá cuándo podrá pedirlo.
–El Obispado ha prohibido este año incluso los traslados que se realizaban el Sábado Santo para que sea un día sin manifestaciones religiosas hasta la noche pascual. En cambio, en localidades como Jerez de la Frontera se han recuperado este año las procesiones el Sábado Santo. ¿Cómo explicaría esa dicotomía?
–El criterio general de la Iglesia es que el Sábado Santo es un día alitúrgico. En las localidades que ya existía se mantenía. No puedo entrar a valorar en profundidad el caso de Jerez, pero en el caso de Málaga siempre se ha tenido claro que es un día sin celebraciones.
–¿Cómo le gustaría que le recordaran como presidente de esta entidad?
–Me da pudor. Lo último que tiene que pensar uno es cómo le van a recordar. A pesar de lo que pueda parecer en las redes, soy una persona discreta. No me gusta ser protagonista, aunque no me importa serlo. Sí me gustaría que quedara constancia de que el proyecto que me ha tocado liderar ha procurado tener siempre luces largas, pensando en el futuro y en el interés general, con vocación de servicio. A veces tomar decisiones es difícil pero este es un órgano colectivo donde las decisiones se toman por consenso y de forma mayoritaria.
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