El nuevo recorrido oficial de la Semana Santa de Málaga está más cerca de ser una realidad, para que se estrene el próximo año, si recibe el visto bueno de un número cualificado de cofradías. La Agrupación quiere que en septiembre esté todo decidido. Ayer ... se conocieron las características del proyecto, que contempla que el itinerario común de las hermandades sea más seguro, ofrezca más comodidad a los abonados y tenga un total de 1.200 metros de longitud, es decir, 330 más que el actual, con una anchura de calzada para el paso de los cortejos procesionales de seis metros. La tribuna oficial de la plaza de la Constitución será de menor altura y albergará a 800 personas en vez de a las 1.200 de la anterior (su aforo disminuye en dos tercios). El recorrido oficial se cerrará con vallas y los abonados accederán a las sillas y tribunas por detrás y no por delante, como sucede con el actual. La ampliación del itinerario facilitará que más personas –tanto las que disponen de abono como las que no– puedan ver mejor las procesiones. El número de tribunas se reducirá a la mitad (de 8.000 localidades se pasará a 4.000), lo que implicará una mayor visibilidad de los cortejos.
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Igualmente, se prevé la apertura de la segunda puerta de la Catedral para que entren las cofradías a través de una rampa situada en Postigo de los Abades. Las innovaciones que se aplicarán obligarán a ubicar a casi la mitad de los abonados en otros lugares. Esas variaciones de sitio se harán por bloques. La Agrupación abrirá una oficina de información a los abonados para explicarles los cambios y resolver sus dudas.
Los datos fueron presentados ayer en la entidad de San Julián por su presidente, Pablo Atencia; el vicepresidente segundo, Pedro Ramírez, y el arquitecto José Manuel Ruiz Luque. Atencia dijo que detrás de las modificaciones planteadas hay muchas horas de trabajo. «Todo lo hemos hecho pensando en el interés general. Este es un proyecto de ciudad», afirmó el presidente de la Agrupación. Añadió que durante el mes de julio se hará un sondeo entre las cofradías y luego se convocará una junta de gobierno para votar si se aprueba o no el nuevo recorrido. El proyecto se ha elaborado informando al Ayuntamiento, el Obispado, la Junta de Andalucía y Metro Málaga. Las instituciones se han mostrado de acuerdo con las transformaciones, explicó Atencia, que precisó que es el momento adecuado para llevar a cabo esta iniciativa. «Comprendo que todo cambio genera dudas, pero estamos convencidos de que lo que queremos hacer será positivo no solo para las cofradías sino para Málaga», aseguró el presidente del ente agrupacional.
La mejora de las medidas de seguridad es un factor clave para abordar las modificaciones. El incremento de las vías de escape, de hacerse en el itinerario que se conoce hasta ahora, supondría la eliminación de unas 7.000 sillas. Aunque con el nuevo recorrido no se gana aforo (se mantienen las 23.800 localidades) tampoco disminuye el número de abonados, pero sí se dota a las personas que ocupen las sillas de mayor comodidad, ya que estas serán de mayor anchura (tendrán de 40 a 45 centímetros). Se ha previsto la instalación de un pasillo de acceso a las localidades cada 40 sillas como mucho.
Las cofradías seguirán solicitando la venia en la plaza de la Constitución, pero con la novedad de que este punto será el inicio del recorrido oficial. La tribuna que se montará será de un tamaño más pequeño en capacidad (800 plazas) y de menor altura (3,5 metros) y tendrá 20 metros de fondo. La tribuna estará en paralelo al eje de las calles Especería y Cisneros y dejará espacio para que las hermandades puedan acceder a la plaza por la calle Granada. A partir de la plaza de la Constitución, las procesiones discurrirán por Larios, Martínez, Atarazanas, Torregorda, Alameda Principal, plaza de la Marina y Molina Lario. El camino común de las hermandades finalizará junto a la torre inacabada de la Catedral. Este recorrido da un mayor protagonismo al entorno del primer templo de la ciudad –se reforzará el apartado litúrgico y permitirá que más cofradías entren a la Catedral– y a la plaza de la Marina, en cuya parte sur se instalaran tribunas y sillas y en la norte, solo sillas.
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Respecto a la Alameda, la Agrupación cree que las obras de rehabilitación que se van a acometer, con la peatonalización de los laterales, suponen una oportunidad y no un problema o un paso atrás. En ambos lados de la Alameda se colocarán ocho filas de sillas, seis en la calzada y dos encima de las aceras. Como en la Alameda no se instalarán tribunas, las personas que carezcan de abonos podrán ver mejor las procesiones.
En la calle Larios se suprimirá la quinta fila de sillas en ambos lados. Eso, unido a que habrá más vías de escape y pasillos, hará que el 30 por ciento de los abonados deban ser reubicados en otros lugares. Al final de Larios habrá una tribuna. Está previsto que más de la mitad de los abonados se encuentren situados en el eje Alameda, plaza de la Marina y Molina Lario, donde habrá unos palcos a pie de calle.
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En algunas zonas de la calle Martínez habrá una fila de sillas y en otras, dos. En Atarazanas se situarán dos filas de sillas en la zona pegada al mercado Central, mientras que en la otra parte de la calle habrá cinco filas. En Torregorda, se contempla una fila de sillas en ambas orillas de la calle.
Un punto fundamental del nuevo recorrido es la apertura de la segunda puerta de la Catedral. Para salvar la altura de esa entrada, se situará una rampa de acceso al templo. Hay dos alternativas. Una prevé que la reja se abra en toda su amplitud a través de un mecanismo y la otra aboga por quitar la reja y guardarla para volver a ponerla después de Semana Santa. La Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía deberá decidir cuál es la mejor opción. En función de eso, la rampa tendrá 23 o 29 metros de largo.
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Otros aspectos del nuevo recorrido son que aumentarán las alternativas de camino de las cofradías hasta llegar al inicio del itinerario común, se redistribuirá el aforo actual para dar mayor permeabilidad y viabilidad a los no abonados, que tendrán más facilidad para ver las procesiones, se reducirán las tribunas y se situarán más sillas a pie de calle, se mejorarán el horario y el itinerario de las hermandades y habrá una señalética homogénea, entre otras cuestiones.
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