La historia de la devoción a la imagen de Jesús Cautivo, el Señor de Málaga, la escriben desde hace décadas las emociones y las vivencias de las miles de personas que durante todo el año se agarran a la reja de su capilla en la ... girola de la iglesia de San Pablo como quien se aferra a un salvavidas en un naufragio. Es el caso de Carmen Pacheco, que todavía recuerda como si fuera ayer el momento en el que acudió rápidamente a postrarse a las plantas del Cautivo cuando los médicos del Clínico le dijeron que lo único que se podía hacer ya por su padre era rezar. En 1996 le detectaron una pancreatitis aguda con muchos tumores. Los médicos accedieron a colocar una reproducción de la imagen junto a su cama en la unidad de cuidados intensivos, en la que se debatía entre la vida y la muerte. Al día siguiente, de forma milagrosa, el estado de salud de Salvador Pacheco dio un giro radical sin que los médicos pudieran explicarse aquel cambio. Desde aquel momento, sus hijas caminan cada Lunes Santo tras la estela de la túnica blanca.
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