antonio moreno
Martes, 7 de abril 2020, 02:43
A las 15.00 horas sale el Rocío; a las 15.45, Nueva Esperanza; a las 17.45, las Penas, Humillación y Estrella y el Rescate; y a las 19.30, la Sentencia. Ese era el plan para hoy hasta hace unas semanas, pero todo ... se ha ido al traste. ¿No te pasa mucho que tus planes no salen como querías? A lo mejor no has descubierto que es Dios quien lleva las riendas.
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En el Evangelio de hoy lo vemos con un ejemplo claro. Estamos en la Última Cena y Jesús sabe ya cuál es la voluntad de Dios, cuál va a ser su destino en unas horas. Pero Judas tiene otros planes. Quería que Jesús fuera un libertador político y no acepta el plan del Padre que pasa por la humillación de la cruz. No lo soporta, se levanta y se va a sellar su traición. Pedro también quiere hacer la historia a su manera y promete lo que no puede cumplir: «Daré mi vida por ti». «¿Con que darás tu vida por mí? –le responde Jesús–. Te aseguro que no cantará el gallo antes que me hayas negado tres veces».
La pandemia nos ha puesto ante esta cruda realidad: nos creíamos dioses. El hombre del siglo XXI creía haber dominado la naturaleza, y aquí se ve ahora, encerrado de nuevo en la cueva, no por miedo a un león que ronda el poblado, sino a una criatura invisible. ¡A que tú también te creías que esto solo pasaba en las películas! Yo creía, tú creías, él creía, nosotros creíamos… ¡Todo lo que te creías, a la basura en dos telediarios (literal)!
Hay quien no soporta no ser Dios, hay quien no soporta que Dios no haga las cosas como a ellos les parece que tendrían que haber sido. Judas no lo aguanta y se va. «Era de noche», añade misteriosamente el Evangelista en el relato. Es la oscuridad del que solo se ve a sí mismo, del soberbio que no puede reconocer a Dios en la fragilidad de las cosas temporales, del que rompe definitivamente con el que es la luz y se encierra en sus propias tinieblas.
Pedro es más listo. Reconoce su fragilidad, que es lo mismo que reconocer que Dios es Dios y no él. Y su final será por eso tan distinto al de Judas. El canto del gallo que anuncia la mañana lo sella. Judas y Pedro, la noche y el día.
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