Monte Calvario: orígenes mínimos

En 1977, un grupo de jóvenes cofrades acude a la ermita del Monte Calvario donde son recibidos por su capellán Manuel Gámez. El interés por las imágenes que allí reciben culto y la voluntad de reorganizar la antigua Hermandad del Monte Calvario que está documentada desde 1656 y que integraban los terciarios mínimos, hombres y mujeres, fueron suficientes para poner en marcha un proceso que culminaría en 1981 con la aprobación de sus primeros estatutos, la erección canónica en la ermita del Monte Calvario y su incorporación a la Agrupación de Cofradías.

Sus primeras procesiones se realizaron en 1979 en torno a la iglesia de la Victoria con todos los enseres prestados por otras cofradías.

En 1982, salió por primera vez por el recorrido oficial y realizó su estación de penitencia en el Patio de los Naranjos de la Catedral. Desde 1988, la realiza en el interior de la misma.

Precisamente desde ese año tiene la Hermandad del Calvario la propiedad de la ermita y los alrededores de la misma.

Esta concesión del Obispado le reconoce la continuidad con la que fuera antigua hermandad mínima que cada viernes del año realizaba su vía crucis hasta la capilla que los religiosos de la Victoria les habían concedido y que los Viernes Santos acompañaban, portando cruces, a la procesión del Nazareno victoriano.

Rica en titulares, nació la hermandad en torno a las imágenes de Santa María del Monte Calvario, obra anónima reformada por Luis Álvarez Duarte en 1970 y repolicromada por Juan Manuel Miñarro en 2001, y el Santísimo Cristo Yacente de la Paz y la Unidad en el Misterio de su Sagrada Mortaja, realizado por el escultor sevillano Antonio Eslava Rubio en 1971.

A estas imágenes se unieron más adelante otros sagrados titulares. En 1990, lo haría San Francisco de Paula, razón por la cual la cofradía está hermanada con la Orden de los Mínimos y por la que dedicó al santo taumaturgo calabrés su casa hermandad de la calle Fernando el Católico, bendecida en 1995.

Con motivo de la realización de un nuevo trono para Santa María del Monte Calvario en 1995, se incorporó a éste una imagen de San Juan realizada por Eslava Rubio en 1967. El lugar de esta Virgen a la cabecera del Cristo en la escena de la mortaja fue ocupado por la Dolorosa que ejercía hasta entonces de Santa Mujer en el grupo de misterio y que recibió a partir de ese momento la advocación de Nuestra Señora de Fe y Consuelo, nueva titular de la hermandad desde 1994 en que fue bendecida. Se trata de una obra del siglo XVIII recientemente atribuida a Antonio Asensio de la Cerda.

El 6 de marzo de 2005, se bendijo el último titular de la cofradía. Un Crucificado realizado por Juan Manuel Miñarro López y que recibió el título de Santo Cristo del Monte Calvario y vía crucis.

Éste recibe culto en la capilla de la que toma nombre pero no participa en la procesión de la corporación penitencial.

Dos trágicos sucesos conmovieron a esta antigua y joven hermandad en los últimos años. Por un lado, el hundimiento de parte del muro de su capilla mientras se restauraba el tejado en 1998. Por otro, en la madrugada del 26 de febrero de 2006, un incendio en la capilla destruyó parcialmente la imagen del Yacente de la Paz y la Unidad y acabó con las manos y la policromía de Nuestra Señora de Fe y Consuelo.

En la triste Semana Santa de 2006, sólo salió en procesión el trono de la Virgen. En la sección del Cristo, los hombres de trono acompañaban con cirios un estandarte con una pintura de las imágenes calcinadas.

Gracias al apoyo de los malagueños y a instituciones como el Ayuntamiento de Málaga, la Agrupación de Cofradías y la Consejería de Cultura, los hermanos del Calvario pudieron recuperar estas imágenes merced a la labor técnica y artística del escultor y restaurador Juan Manuel Miñarro López.

Fueron presentadas en febrero de 2007 y el 23 de ese mes presidieron el Vía Crucis oficial de la Agrupación de Cofradías en la Catedral, después de haber celebrado un triduo en la iglesia del Sagrario. Ese mismo año se estrenó un nuevo trono para el Cristo y la Virgen de Fe y Consuelo la cual recibió en 2009, donada por la Agrupación de Cofradías, una réplica de la corona que el incendio también había destruido.

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