
Secciones
Servicios
Destacamos
'Yo soy del sur'. Así se titula una de sus sevillanas más populares. La cantante María del Monte engloba en ese 'sur' una amalgama de emociones y sensaciones en la que no existen las fronteras. La artista sevillana se encuentra desde el pasado sábado en Málaga para asistir al traslado y la procesión de Jesús Cautivo, un Cristo con el que se encontró casualmente hace 38 años y al que no ha dejado de buscar desde entonces. En el hotel AC Málaga Palacio, su casa cuando viene a la ciudad, atiende a SUR para expresar sus sentimientos cofrades.
- ¿Cómo vive María del Monte la Semana Santa?
- Me gustan todas. Tenemos que aprender a disfrutar. La Semana Santa de Málaga me encanta, porque es de mi tierra también, y tengo que reconocer que tengo debilidad por un Cristo que me encontré un día hace 38 años, por casualidad, cuando venía aquí a trabajar. Lo vi por la Alameda, no había la masificación que hay hoy. Vi una cosa andando me dije: «¿Eso qué es?» Porque eso era magia. Yo no sé dónde está el orden, si yo me fijé en el Cautivo o Él en mí. Es una duda que tendré siempre. Sólo sé que me llama y aquí estoy. Tenemos que escucharnos por dentro un poquito, no abandonarnos y saber dónde nos encontramos bien.
- Ese encuentro con el Cautivo fue entonces totalmente fortuito.
- Fue absolutamente casual. Venía para el hotel Málaga Palacio en coche. Aquello me impactó, me cautivó y forma parte de mis cosas importantes.
- En estos 38 años, ¿qué le ha dado el Cautivo y qué le ha ofrecido usted a Él?
- Creo que lo más importante que me ha dado es salud. Y yo a Él, cariño, fe, confianza, amor… Son cosas en las que no nos paramos últimamente. No nos paramos a querernos. La Semana Santa nos recuerda que tenemos que estar más unidos y, de hecho, hay un término que se llama hermandad. ¿Qué tipo de hermandad se hace cuando no se ejerce? Creo que el Cautivo y yo nos entendemos. Lógicamente, yo soy la que habla y Él escucha.
- Al final todo esto nos ayuda a ser mejores.
- Yo creo que sí. Soy una persona católica, respeto a quien no lo sea. Desde pequeña me inculcaron esa fe y nos sirve para mucho, porque en momentos malos te cobija y sabes que hay alguien ahí que te va a escuchar, con predisposición a escucharte. Esa confianza te da tranquilidad.
- Para María del Monte, ¿quién es Dios?
- Es alguien que nos creo a su imagen y semejanza, aunque no nos parezcamos en muchas ocasiones, pero es esa fuerza superior a todos, que es un derroche de amor y que escucha a absolutamente a todo el mundo, y que lo tenemos que tener 'frito' de tanto pedirle. Es curioso, pero en pocas ocasiones le pido algo a una imagen cuando estoy delante de ella. Tiene que ser algo que me esté marcando mucho en ese momento. Delante de las imágenes normalmente rezo, pero pedir, no… no sé por qué, no me sale. Hay una cosa que estamos pidiendo siempre, la salud, pero la pedimos constantemente, no hay que acordarse sólo de Santa Bárbara cuando truena.
- ¿Cómo ha sido su encuentro de este año con el Cautivo?
- Es que siempre impacta. La primera que subí a la balconada de la casa hermandad, donde me lo encontré al lado, dispuesto en su trono, tuve la sensación de estar con Él de tú a tú y me quedé sin habla. Hoy, Lunes Santo, he ido, y he vuelto a tener esa experiencia. Pero, conociéndola, es que no tiene nada que ver… me ha vuelto a pasar. El efecto es el mismo, pero no es lo mismo.
- ¿Alguna vez ha pensado en cantarle al Cautivo?
- No podría. Bueno, una vez en la Feria de Málaga, canté aquello de 'Cautivo te llevan, llevo siguiendo tus pasos Padre por la Alameda…'. Improvisé un trozo en el concierto que di en el auditorio de Cortijo de Torres. Pero saetas y cosas así no podría cantar porque hay una cosa superior a mi voz, que es mi emoción. Se me seca la boca. Ninguna vez he cantado saetas, pero también se pueden cantar por dentro.
- ¿Y en Sevilla? ¿Qué es lo que más le emociona de la Semana Santa?
- Para mí es muy especial la Hermandad de Montesión, del Señor Orando en el Huerto y la Virgen del Rosario. Es algo que he vivido desde pequeña, que me tira y me llama. Ese es mi Cristo de Sevilla sin lugar a dudas, reconociendo que el Señor de Sevilla es el Gran Poder, que también me tira. Es que no hay que crear rivalidades, hay que ir añadiendo cosas que me van enriqueciendo. No me tengo que quedar con un Cristo o una Virgen, no…
- ¿Qué le va a pedir al Cautivo esta noche de Lunes Santo?
- Ya le he dicho que soy de poco pedir, soy más hablar con Él, pero sin lugar a dudas salud para la gente que quiero, para mí, y ya está. Las cosas que no se pueden comprar son las que tienen valor. Los sentimientos no tienen precio.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.