El pregonero, este jueves, en el Obispado de Málaga con la Catedral al fondo, tras la entrevista.marilú báez
José Ferrary Ojeda. Pregonero de la Semana Santa de Málaga y deán de la Catedral
«Quiero transmitir cómo vivo y concibo la Semana Santa, sin alardes»
Entrevista. ·
El sacerdote destaca que la Semana Santa vive un momento «excepcional» y que las cofradías deben acomodarse a los cambios «sin perder ni la idiocincrasia ni la tradición»
José Ferrary Ojeda (Málaga, 1960) se subirá este sábado, 5 de abril, a las tablas del Teatro Cervantes para pregonar la Semana Santa de la capital. Una celebración que este sacerdote, profesor de Derecho Canónico y deán de la Catedral conoce muy bien porque es un cofrade desde niño. Actualmente es hermano de Estudiantes, Mena, Dolores de San Juan, Fusionadas, Piedad, Monte Calvario, Rocío, Descendimiento, Misericordia y Sepulcro, cofradía esta última en la que ostenta el cargo de consejero. Ferrary, que avanza que habrá alguna sorpresa en el acto sin dar más detalles, será presentado por el periodista Santiago Souvirón ya que su predecesor, Augusto Pansard, falleció pocos meses después de dar el pregón de 2024.
–A pocas horas del pregón, ¿cuáles son sus sensaciones?
–No tengo una sensación de nerviosismo. Sí tengo dos sensaciones para mí nuevas. La primera es de una sorpresa por la cantidad de gente que va a ir a la cena posterior, y pienso que si ese es el índice de expectación por el pregón la verdad es que sientes la presión. La segunda sensación es la de descanso porque el texto está terminado y estoy contento con el texto.
–¿Le costó mucho escribirlo?
–No me costó. No suelo tener dificultad para escribir y cuando tengo la idea clara me van saliendo el texto con cierta facilidad. En este caso me hice un esquema que me daba el patrón y en torno a ese esquema es como he ido trabajando.
Entre la Victoria y finales de noviembre
–¿Cuándo lo terminó de escribir?
–Empecé justo después de la Victoria (8 de septiembre), aunque tuve un periodo de un mes previo de maduración, y lo terminé a finales de noviembre.
–¿Qué va a encontrar el público que escuche el pregón?
–Muchas cosas y en algún momento puede sorprenderse porque hay cosas que yo mismo me he sorprendido y no sabía que tenía dentro. En un 80% el pregón es aquello que me va surgiendo y que yo vivo cuando me sitúo delante de una imagen determinada o de una cofradía.
–¿Qué mensaje quiere transmitir con el pregón?
–Sólo quiere transmitir cómo vivo y concibo la Semana Santa, pero sin alardes. Es algo que comparto y ofrezco para que la gente lo conozca y me conozca, incluso salen temas que son muy personales. El pregón es porque soy malagueño, porque vivo en Málaga, porque quiero a mi tierra, porque soy cofrade, cofrade activo en las hermandades, y porque por una cosa y otra entiendo a las hermandades y cofradías.
Cofradía, iglesia y sociedad
–¿Qué papel tienen que jugar las cofradías en su relación con la iglesia y con una sociedad cada vez más alejada de la religión?
–Las cofradías, en la medida en que son asociaciones de fieles que rinden culto a unas imágenes sagradas y que están dentro de la iglesia, tienen un papel que, en determinados puntos, es más claro que el que puede hacer un sacerdote y van a llegar a lugares donde a lo mejor, de entrada, no voy a llegar por mi condición de sacerdote. Es decir, las cofradías hoy por hoy tiene un papel evangelizador. Pero anunciar el evangelio no mediante una catequesis ni saliendo a la calle con una pancarta, sino anunciando el evangelio con la vida y haciéndose oír en medio de este mundo e iluminar nuestra fe. Y también tienen una función que es la de integrar a esos emigrantes que llegan a Málaga y que tienen una tradición católica. Ahí se abre una vía que deben empezar a estudiar las hermandades cómo lo hacen. ¿Cómo se hace? Boca a boca. Si yo conozco a este, pues me lo traigo. Lo que hemos hecho con otras personas que eran vecinos nuestros.
–¿Es un pregón reivindicativo?
–No, no reivindico nada. He querido hacer un pregón que, sobre todo, nos deje con una fotografía de la Semana Santa en nuestra retina del corazón.
Afirma que el suyo no es un pregón reivindicativo.
marilú báez
–¿Qué le diría a aquellos sacerdotes que todavía ven con cierto recelo a las cofradías?
–Eso tiene en sí más de leyenda que de realidad. Hay algunos que les cuesta trabajo estar con las cofradía como a otros les cuesta trabajo estar con los jóvenes. En el caso de la relación con las cofradías tiene que haber una labor mutua porque es el cofrade con el cura y el cura con el cofrade. Los dos se tienen que armar de paciencia y abrir siempre vías de diálogo.
–¿Cuáles son los retos que tiene por delante la Semana Santa de Málaga?
–En estos momentos, la Semana Santa de Málaga está en una situación excepcional. Ha crecido muchísimo, ha perfeccionado muchísimas aristas que tenían, que no eran malas, pero que tenían que pulirse... El reto que tiene es terminar de asentar internamente, cada una de las cofradías, aquellas dificultades que puedan surgir en torno al camino. Además, tienen que saber que tienen, por un lado, un objetivo individual, que es cada cual cómo vamos viviendo y cómo vamos creciendo, y otro común y es ahí donde se reclama una mayor unidad de criterios para todas las hermandades. Eso supone que tenemos que acomodarnos y tengamos, en ocasiones, que ceder y saber que las cosas van cambiando y si van cambiando tenemos que acomodarnos a los cambios que hay, sin perder nunca ni la idiosincrasia, ni el carisma, ni la tradición de verdad.
«Las hermandades tienen hoy un papel evangelizador, anunciando el evangelio con la vida»
–Supongo que desde que fue designado pregonero habrá recibido muchos consejos, opiniones o comentarios, ¿de lo que le han dicho hay algo que le haya llamado especialmente la atención?
–Lo que me han dicho los pregoneros de otros años y todos tienen el mismo denominador: me han dicho que disfrute el momento del pregón, pero también antes del pregón y después porque es algo tan grande, que te va a pasar nada más que una vez en la vida, que hay que gozar estos momentos. Y eso es lo que estoy haciendo.
–¿Qué momento de la Semana Santa no se pierde nunca?
–Hay varios. Uno es muy reciente, del año pasado, y es recibir a la Pollinica en la Catedral porque me hace ver que ya empezó la Semana Santa. Me gusta ver a Dolores de San Juan si es posible por la calle San Juan; siempre tengo que ver al Rocío; me gusta ver al Sepulcro de vuelta por la calle Duque de la Victoria hasta la Puerta de las Cadenas de la Catedral porque ahí la Virgen de la Soledad cambia mucho, soy muy de la Virgen de la Soledad. Y me gusta mucho ver al Nazareno de Viñero porque es una imagen que me disloca.
–¿Cómo le gustaría que fuera recordado su pregón?
–No he pensado en ningún momento en eso. Sí me gustaría que la gente terminara diciendo que es lo que esperaban que dijera y que he sido coherente en lo que he dicho y en cómo lo he dicho.
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