Pansard, en su despacho profesional como abogado, tras la entrevista con este periódico. migue fernández
Augusto Pansard Anaya, pregonero de la Semana Santa de Málaga 2024

«He buscado un pregón donde incluso el no cofrade entienda de qué se está hablando»

Cofradías. ·

Afirma que un pregón se debe escribir desde «el personalismo» y es «como ir redescubriendo sentimientos que estaban ocultos»

Viernes, 15 de marzo 2024, 00:26

Augusto Pansard Anaya, sevillano de nacimiento aunque ha vivido prácticamente toda su vida en Málaga, será el encargado de poner voz a la Semana Santa de Málaga de 2024. Será este sábado cuando este abogado, profesor universitario y cofrade ligado a Pollinica, Sentencia y Piedad – ... donde actualmente es el primer teniente de hermano mayor– se subirá a las tablas del Teatro Cervantes para pronunciar un pregón que, según sus cálculos, rondará la hora y 22 minutos.

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–A pocas horas del pregón, ¿cuáles son sus sensaciones?

–De muchas ganas. Cuando uno ha hecho un trabajo donde ha puesto todo su corazón y toda la verdad hay ganas de contarlo. No tengo ganas de llegar para terminar, sino que tengo ganas de estar allí porque lo considero como el culmen de todo este proceso de escribir un pregón.

–Si tuviera que explicárselo a un neófito, ¿qué supone el pregón de la Semana Santa de Málaga?

–Es un anuncio donde preparamos especialmente a los cofrades. El pregón no es una obra de la ciudad ni siquiera cultural, es una obra que está llamada a decirle a los cofrades que llega la hora de culminar todo un año. Ese aviso, como hace un cartel de modo gráfico, lo hace el pregonero de forma verbal diciendo: 'Llega la hora, vamos a prepararnos'.

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–¿Qué sentido tiene hoy el pregón de la Semana Santa en un mundo de la comunicación, de la hipercomunicación?

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–Pienso, posiblemente a diferencia de la mayoría, que el pregón sigue teniendo vigencia, no es algo del pasado o caduco. ¿Por qué razón tiene vigencia? Porque cada año hay un pregonero distinto. Al haber cada año un pregonero, ese pregón se inserta en un momento concreto que es irrepetible respecto del año anterior y seguramente respecto del año siguiente. El pregón no está para informar, sino para ponernos a los cofrades en un momento concreto, en un año concreto y en una situación concreta. Eso lo convierte siempre en novedoso.

Sobre el sentido del pregón: «Sigue teniendo vigencia, no es algo caduco, porque cada año hay un pregonero distinto»

–En una entrevista con SUR cuando fue nombrado dijo que quería que el pregón fuera «una reflexión cofrade nacida desde lo profundo del corazón».

–Lo he conseguido. He conseguido ser fiel a lo que era mi intención primera. La idea originaria de que fuera un pregón donde, primero, yo me reconozca y, segundo, se reconozca el cofrade creo que se ha cumplido.

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–Por cierto, ¿cómo es escribir un pregón de esta índole?

–Primero, escribirlo desde la personalidad, desde el personalismo. No es una obra aséptica dirigida a contentar a todo el mundo y no tiene como objetivo la tremenda belleza neutra de las cosas, sino contar desde el personalismo. Desde ese personalismo, escribir un pregón es algo así como ir redescubriendo sentimientos que estaban ocultos, muy larvados y que posiblemente no afloraban desde hace mucho tiempo y que esta sensibilidad especial que se tiene para escribirlo te lo rescata. Es como cuando vas lijando un mueble para sacar la madera antigua y descubres lo que era el color original. Mi pregón ha llegado a esos momentos originarios del pregonero, que estaban ahí dormidos y han vuelto a surgir.

El pregonero, en un momento de la charla con SUR. migue fernández

–¿Le ha costado escribirlo?

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–Puede sonar a presuntuoso y es todo lo contrario. No me ha costado, en el sentido de que mi sentimiento y mi opinión la tenía clara conmigo mismo. Me ha costado darle forma, pero no me ha costado el plantearme la estructura de qué quería decir y qué quería contar a mis hermanos cofrades.

–¿Qué va a encontrar el público en el pregón de Augusto Pansard?

–Van a encontrar al Augusto Pansard cofrade. Eso quiere decir que el cofrade Augusto Pansard hace un repaso de sus vivencias personales, del momento en que vive actualmente la Semana Santa, pero, en especial, voy a reivindicar que los cofrades tenemos que estar contentos sólo por ser cofrade. En los tiempos actuales, donde se tiende tanto a lo políticamente correcto, muchas veces somos muy tímidos a la hora de expresar en voz alta sentimientos o la forma de ser que tenemos por el temor de que no sea del agrado o no estén vigentes. A veces el ser cofrade nos gusta mucho decirlo entre cofrades, pero cuando estamos en un ambiente donde no lo es, igual nos lo callamos. Y yo creo que hay que estar muy contento y muy orgulloso de ser cofrade.

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–¿Alguien ha escuchado ya ese pregón o lo ha leído?

–La primera, mi mujer, que lo ha escuchado de forma recurrente, y era mi principal crítica. Hay muchas cosas que se deben a ella, a su modo de ver las cosas, especialmente en el cómo debo decir las cosas. Y después este despacho (donde se hace la entrevista) también lo ha escuchado; no los compañeros de trabajo, sino un grupo reducido de dos personas.

–¿Cómo está viviendo esta cuaresma que es especial para usted?

–Disfrutando de momentos que me consta que son irrepetibles y que los estoy viviendo sencillamente por mi condición de pregonero. Ese privilegio es sólo para este año y como tal, lo estoy viviendo como un regalo que me da este año y que me permite momentos, reuniones o asistir a cultos que me honran muchísimo y son muy especiales.

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«En esta cuaresma estoy disfrutando de momentos que me consta que son irrepetibles»

–En estos meses le habrán dicho muchas cosas, ¿hay algo concreto que le haya removido especialmente?

–Hay muchas cosas que te remueven por dentro. Desde la gente anónima que se acerca solamente a saludarte y decirte que tienen ganas de pregón; eso es un chute de confianza. Pero también, especialmente las palabras que nacen de mis hermanos, las palabras que he tenido con los cofrades de las cofradías con las que comparto vida cofrade. Con ellos he tenido actos que me han puesto la carne de gallina y son un baño de confianza, de seguridad y de orgullo de sentirme hermano suyo.

–Me decía a micrófono cerrado que le ha querido dar al pregón esa vocación didáctica de explicar lo que son los cofrades.

–He buscado, con todo el respeto a todo el mundo porque yo no soy ni mucho menos el culmen de la sapiencia ni soy el dueño de la palabra perfecta, un pregón para todo el mundo. Un pregón que incluso el no cofrade pueda entender de qué se está hablando. Un lenguaje asequible porque me importa más el mensaje que el lirismo que se pueda contener en el pregón. Eso no quiere decir que no haya momentos líricos, que también los habrá. Pero si es un pregón que considero, personalmente, asequible y es un pregón comprensible, más que nada porque es lo que pretendo, que el pregón se entienda.

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–¿Un pregón reivindicativo?

–Si lo buscamos como etiqueta primordial no es un pregón reivindicativo, eso no quiere decir que no contenga reivindicaciones, que las contiene.

–¿Qué le gustaría que se dijera tras su pregón?

–Mi profesión es la abogacía y la docencia. Cuando termino una clase siempre le pregunto a mis alumnos: '¿Se ha entendido?' Me gustaría que la gente me dijera: ha sido como una clase, se ha entendido todo; compartido o no compartido lo que he dicho, pero que se ha entendido.

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