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La Dolorosa tras salir desde Santo Domingo.

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La Dolorosa tras salir desde Santo Domingo. marcos álvarez

Dolores del Puente: un reencuentro con sus raíces

La Virgen protagoniza una salida extraordinaria por su 275º. aniversario que la lleva al lugar donde estuvo su primitiva capilla y a recorrer El Perchel

Sábado, 9 de julio 2022, 23:08

Cuentan las crónicas que después de haber protagonizado un rosario nocturno popularmente conocido como Hermandad de los Tiñosos y promovido por Martín Federico, el 7 de julio de 1747 empezó a recibir culto una imagen de la Virgen de los Dolores en la capilla callejera situada en las inmediaciones de un puente del río Guadalmedina, en la zona de lo que hoy es la plaza de Arriola y que años antes había construido, a su costa, un vecino llamado Juan Valverde. En ese oratorio también se veneraba una talla del Cristo del Perdón que, con el paso de los años, desapareció por circunstancias desconocidas. Sin embargo, la devoción a la Dolorosa se mantuvo y se fue acrecentando con el paso del tiempo. Y así Málaga lleva casi tres siglos rezándole a una popular Virgen de níveo rostro y manos entrelazadas, cuya autoría algunos historiadores atribuyen a Pedro Asensio de la Cerda.

Durante 180 años, los malagueños acudieron a postrarse ante la imagen con sus oraciones, sus peticiones y sus agradecimientos. En 1927, el desarrollo urbanístico de la zona trajo consigo el derribo de esta popular capilla callejera y obligó a trasladar a la Dolorosa al otro lado del puente, a la orilla derecha. Concretamente, a la fachada este de la iglesia de Santo Domingo, donde la Archicofradía de la Esperanza le labró una pequeña capilla que la imagen empezó a ocupar en 1929 y que subsistió hasta 1992, año en que fue demolida para levantar la actual capilla que mira de frente al popular Puente de los Alemanes y cuyas rejas son testigo imperecedero de la devoción a la Virgen de los Dolores del Puente. Una talla que acaba de cumplir su 275º. aniversario.

Con motivo de esta efeméride, su cofradía, que se reorganizó en 1982 y que antes de ingresar en la Agrupación de Cofradías de Semana Santa protagonizaba cada Viernes de Dolores un recorrido por las calles de la feligresía de Santo Domingo, ha venido celebrando desde mayo una serie de actos litúrgicos, formativos, culturales y caritativos que culminaron este sábado con la salida extraordinaria de la Dolorosa. Una procesión marcada por la sobria elegancia que define el espíritu de esta hermandad y que supuso un reencuentro con las raíces de una devoción que va camino de los tres siglos.

El reloj de la Catedral había dado las nueve de la noche cuando desde el interior de la iglesia de Santo Domingo se puso en marcha el cortejo procesional formado por algo más de un centenar de hermanos y devotos portando una sencilla vela. Entre ellos, los hermanos mayores de Cena, Humillación y Rosario y el teniente de hermano mayor de Mena, todas ellas cofradías radicadas en Santo Domingo, así como los hermanos mayores de cofradías de pasión y gloria de la provincia que son hermanos de Dolores del Puente (Remedios, Rescate, Sentencia o Los Verdes de Alhaurín el Grande), mientras que el hermano mayor de la Pastora fue como cirial. Enrique Sánchez, hermano mayor de Dolores del Puente fue junto al guión.

Acompañada por los sones de la banda de la Archicofradía del Paso y la Esperanza, la Virgen de los Dolores del Puente fue sobre el trono plateado de la Patrona de Álora, la Virgen de las Flores, desprovisto del templete, llevado por 44 portadores en dos turnos y con un exorno a base de flores de distintas tipologías en tonalidad blanca.

La Virgen, a su paso por el Puente de la Aurora. marcos Álvarez

La Virgen, que fue coronada canónicamente en 2004, presentó una estética clásica, ataviada toda de negro, que hizo contraste con la plata del trono. Así, procesionó sin corona, con una media luna a sus pies y lució una réplica de su primitivo corazón traspasado, desaparecido en los años setenta del pasado siglo, que fue propiedad del exhermano mayor fallecido Jesús Castellanos.

El primer destino de esta salida procesional fue la plaza de Arriola, número 1. Allí, donde estuvo su primigenia capilla, el secretario de la hermandad, José Carlos Navarro Pagés, leyó una breve sinopsis sobre el significado de la visita a este lugar. Fue el preludio de un rezo y la bendición del mosaico realizado por el artista Daniel García Romero, que desde este sábado recuerda a quienes pasen por allí que en ese enclave de Málaga, durante 180 años, se veneró a la Virgen de los Dolores. Una imagen de esta Dolorosa enmarcada en un capilla es el contenido de este mosaico.

Un mosaico de Daniel García Romero recordará en la plaza de Arriola el lugar donde empezó a venerarse la imagen

Tras el protocolario acto, la comitiva volvió a cruzar el puente de regreso al Perchel, cuyas calles fueron recorridas por la Virgen de los Dolores en una estampa evocadora de aquellos primeros años ochenta del pasado siglo, cuando los malagueños tenían cada Viernes de Dolores una cita ineludible en este popular barrio para encontrarse con la Dolorosa. Su tránsito por esquinas y plazas por las que no puede pasar en la procesión del Lunes Santo, por las dimensiones de su trono, fue una especie de viaje en el tiempo.

Cuando la madrugada se abría paso en la noche, el cortejo volvió a su iglesia tras haber protagonizado una procesión que fue un regreso a los orígenes de una devoción, la de la Virgen de los Dolores del Puente, que se vive a diario en su capilla callejera, donde es guardiana y consuelo de los malagueños desde hace 275 años.

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