Las cofradías de Málaga meten el hombro solidario con un proyecto en Camboya

Las más de tres décadas de guerra civil y el régimen maoísta de los Jemeres Rojos dejó a Camboya como un país destrozado y con un gran número de discapacitados físicos a consecuencia de las minas antipersona. En ese escenario comenzó a trabajar, en 1985, el asturiano Figaredo, quien ayudó a crear el centro de formación ‘Banteaby Prieb’ para personas con discapacidad y la fábrica para las sillas de ruedas ‘Mekong’, de las que ahora la Agrupación donará como mínimo un centenar para facilitarles la vida a las personas que la necesitan en este país asiático.

Esta labor con los más desfavorecidos camboyanos llevó a que Kike Figaredo sea conocido como ‘el obispo de las sillas de ruedas’ y a formar parte del equipo que en 1997 recibió el Nobel de la Paz por su Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersona.

A día de hoy Figaredo, que tiene la nacionalidad camboyana y es el prefecto apostólico de Battambang, continúa con su misión en un país con 35.000 católicos y sesenta sacerdotes –nueve de ellos camboyanos– desarrollando una labor fundamentada en tres ejes: la asistencia a los colectivos más vulnerables, la atención a los discapacitados y la educación y sanidad.

Así lo explicó este lunes Kike Figaredo durante la presentación de la acción social de la Agrupación en un acto celebrado en la Casa Diocesana del Beato Manuel González. El jesuita destacó el papel de la iglesia católica en Camboya intentando «que se manifieste el rostro misericordioso y compasivo de Dios» y puso en valor que la iglesia en este país «da esperanza y está al servicio y junto a la gente sencilla».

Figaredo, que por la mañana fue recibido por el vicario general de la diócesis malagueña, Antonio Coronado, agradeció el apoyo de las cofradías a su misión en Camboya y la labor que realizan las hermandades.

El jesuita fue presentado por Alan Antich en un acto en el que estuvieron el presidente de la Comisión del Centenario, Luis Merino, el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia, el delegado episcopal de Hermandades y Cofradías, Salvador Guerrero, y la responsable del área social del Centenario, María del Carmen Ledesma, quien destacó esta «importante» acción social y ensalzó la figura «emblemática y especial» del padre Figaredo.