Nacido en la trinitaria plaza de San Pablo en 1951, Mario Ortega fue elegido recientemente hermano mayor de la Cofradía de Jesús Cautivo y la ... Virgen de la Trinidad. Con 17 años, este oficial de notarías con dos hijos y cuatro nietos, sacó por primera vez sobre sus hombros al Señor de Málaga, después pasó por los varales de la Dolorosa y ha sido capataz y mayordomo de ambos tronos además de haber ocupado distintos cargos en diversas juntas de gobierno. Ahora coge el timón de la hermandad del Lunes Santo.
–¿Qué supone estar al frente de una cofradía que tiene como titular a una imagen del tirón devocional del Cautivo?
–Una responsabilidad muy grande. Antes de dar el paso de presentarme hablé con muchas personas de la cofradía porque hoy día ser hermano mayor del Cautivo es algo muy grande, una responsabilidad muy grande. Yo pude haber sido hermano mayor antes, porque me lo ofrecieron, pero dije que no, que en ese momento prefería estar en un segundo plano.
–¿Por qué ha dado el paso ahora?
–Porque hay determinadas crisis entre comillas, en las que no voy a entrar porque no he estado dentro, y un grupo de hermanos me animó a presentarme por mi conocimiento de la cofradía. Lo pensé y di el paso de intentar hacer las cosas lo mejor posible y llevar a nuestra cofradía lo más alto posible.
–De los 470 votos emitidos en las elecciones, obtuvo el apoyo de 422. ¿Ese dato significa que la cofradía está unida?
–Bueno, tanto como unida. Hoy la unidad es muy difícil, no sólo en nuestra cofradía sino en cualquiera. Una de mis principales propuestas es unificar la cofradía al máximo. Si no unificamos la cofradía es imposible sacar las cosas adelante.
–En su junta de gobierno hay integrantes por así decirlo de distintas 'familias' y sensibilidades internas dentro de la cofradía. ¿Es otra señal para buscar esa unidad?
–Claro. No vengo a revolucionar nada, vengo sólo a unir. ¿Que lo consigo? Bendito sea. ¿Que no lo consigo? Ya vendrá otro que lo hará mejor que yo. Mi idea principal es unir. ¿Cómo puedo unir? Pues todas aquellas personas que por algún motivo están fuera y que son válidas para la cofradía pues incorporarlas al proyecto.
–¿Cómo interpreta los 47 votos que hubo en blanco?
–Puede ser descontento, no lo sé. Yo de hecho conozco a algunos y no lo llego a entender. Ya hablaré con ellos e intentaré integrarlos.
–¿Cuáles son los ejes sobre los que pivotará su gestión?
–Hay un proyecto, que no sé cómo está ahora mismo, que es un solar para la casa hermandad, ya que en la actual no tenemos ni para colgar un cuadro, tenemos dificultades para la salida de los tronos... Una casa hermandad es el gran proyecto de la cofradía. Asimismo, a nivel patrimonial tenemos que hacer sí o sí la candelería de la Virgen con la que terminaríamos el trono de la Virgen tras el manto y el palio. Otra cuestión muy importante es la captación de hermanos. A consecuencia de lo que ha sido la pandemia y de dos años sin salir hay mucha gente que se ha dado de baja y tenemos que recuperarlos. Y después hay una cuestión que para mí es importantísima: la caridad. Nuestro objetivo, en función de la economía de la cofradía, es impulsar la labor caritativa aumentando los vales para la Fundación Corinto, colaborando con Cáritas, ayudando a vecinos del barrio que lo necesitan...
–¿El Cautivo y la Virgen de la Trinidad están en el sitio que merecen en la iglesia de San Pablo?
–No.
–¿Dónde deben estar?
–En el altar mayor. El Señor de Málaga no puede estar en la trasera de un altar mayor. Lo suyo sería estar en el altar mayor y si no a ver qué posibilidad habría, pero veo que ya hay pocas porque la posibilidad es el lateral donde estaba antiguamente el sagrario. Sería un tema de verlo y que los hermanos decidieran en un cabildo. Si en un futuro tenemos esa casa hermandad nueva ya se vería la situación de otra manera.
–Hay quienes propugnan un templo propio para el Cautivo. ¿Le gustaría que el Cautivo tuviera un templo propio?
–Por supuesto. Y además si como dice la gente es aquí en la plaza (por San Pablo), mucho mejor. Eso sería extraordinario. No sé si el solar está. Cuando tomemos posesión tendremos que ver cómo están las cosas. Dependemos también de la iglesia, que tiene que dar el visto bueno. Es una cuestión a abordar más a medio plazo.
«Una de mis principales propuestas es unir la cofradía al máximo. No vengo a revolucionar nada, vengo sólo a unir»
–La anterior junta de gobierno cambió el lugar donde se desarrolla el acto con los enfermos del Hospital Civil, ¿lo va a mantener?
–Va a depender de los hermanos y de lo que diga el hospital.
–El Cautivo irá a la Catedral a la exposición del Centenario, ¿dónde va a estar?
–Aún se está perfilando. En una reunión preparatoria nos hablaron de que Jesús Cautivo estará en un lugar preeminente. El Cautivo va a estar allí dos meses viéndolo el mundo entero.
–¿Cuál es su valoración de la gestión realizada por su antecesor, Ignacio Castillo?
–Ningún hermano mayor que entre en una cofradía va a hacer una gestión mala. Yo no puedo hablar mal de Ignacio. Ha hecho su trabajo y lo respeto.
–¿Volverán a desfilar los Regulares con el Cautivo en la tarde-noche del Lunes Santo.
–Yo me he criado con la presencia de los Regulares y es un tema que si es posible... Pero esto tiene muchas connotaciones, hay que sentarse y verlo. ¿Presencia de militares? Estupendo. Pero eso vale mucho dinero en viajes, estancia,... todo va en función de la economía de la cofradía y siempre que podamos porque hay que ver que a la hora de entrar en penúltimo lugar en el recorrido oficial tenemos unos horarios muy limitados de paso. Si metemos militares el horario se va de tiempo. Cuando llegue el momento, es cuestión de hablarlo con la comisión de horarios e itinerarios. Y luego que los hermanos digan sí o no porque traerlos vale dinero. A mí me gustan los militares, pero por encima está la caridad.
–¿Para usted qué representan el Cautivo y la Trinidad?
–Pasión, devoción (se emociona con lágrimas en los ojos), muchos sentimientos.
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