La lluvia impide la salida procesional del Dulce Nombre de Archidona

Esta madrugada, el Señor del Dulce Nombre de Jesús de Archidona ya lucía acompañado con sus tradicionales claveles rojos recuperando su antiguo cordón de plata sujeto por ángeles en su peana de procesión. Mientras, el Santísimo Cristo de la Misericordia se alza sobre el monte natural en su altar, y la Santísima Virgen de la Paz y el Niño de la Bola lucen su composición de orquídeas y rosas vendela. Todo estaba preparado para recorrer, como cada Viernes Santo, las calles del municipio esta mañana, sin embargo, las inclemencias meteorológicas y la alta probabilidad de lluvia en esta mañana ha llevado a la Archicofradía del Dulce Nombre a suspender la estación de penitencia de este Viernes Santo, según han comunicado en sus redes sociales.

Debido a la suspensión del cortejo procesional, la casa hermandad ha permanecido abierta toda la mañana para la veneración a los Sagrados Titulares realizándose un sencillo acto al mediodía en el salón de tronos, donde ha acudido la legión para acompañar a las sagradas imágenes con el canto de 'El novio de la muerte'. Además, la banda de Zubia ha tocado dos marchas y la casa hermandad ha concentrado las palabras del cura y la hermana mayor.

La archicofradía tuvo su origen en el antiguo convento que la Orden de Predicadores de Santo Domingo erigió en Archidona en la primera mitad del s. XVI; ya en el año 1531 se encuentran referencias a la existencia del convento por la toma de posesión por parte de fray Reginaldo Montesinos de unas tierras, y por una concesión de aguas y licencia para su construcción que Pedro Téllez-Girón, III Conde de Ureña, dio al citado fraile con fecha de 10 de septiembre del citado año. Desde la hermandad aseguran que la devoción al Dulce Nombre de Jesús en Archidona podría datarse en 1547, puesto que ya para entonces era norma obligada en la Regla de los Dominicos, según Bula de Gregorio X dada en el año 1274, II Concilio de Lyón, que les obligaba a tener una especial veneración y a levantarle en cada uno de sus conventos una Capilla para su Culto, aunque la primera referencia se registra en 1548, un año después de la fundación y dotación del convento.

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