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Los peores pronósticos se cumplieron y la lluvia frustraba y deslucía el nuevo Martes Santo que habían pactado las cofradías de la jornada para intentar eludir el riesgo de precipitaciones. Finalmente, el agua ha hecho acto de presencia justo en torno a las seis de ... la tarde, cuando las predicciones apuntaban a una reducción de las probabilidades de chubascos, y también pasadas las once de la noche. Así, la procesión de la Cofradía de Nueva Esperanza ha regresado de forma precipitada a su casa hermandad al verse sorprendida por un fuerte aguacero, y las del Rocío y el Rescate han optado por suspender directamente su salida.
En cambio, tras esperar dos horas y cuarto a tener más posibilidades de no verse afectada por el líquido elemento, la Hermandad de las Penas ha puesto su su cortejo en la calle camino del recorrido oficial y la Catedral. Asimismo, ha salido con una hora de retraso la Cofradía de Jesús de la Humillación y la Virgen de la Estrella, desde la parroquia de Santo Domingo, con un cambio en su itinerario de llegada al recorrido oficial, sin dar un rodeo por el Llano de Doña Trinidad y el puente de la Aurora. Por su parte, la Cofradía de la Sentencia ha sido la única que ha podido cumplir con el horario pactado en el último momento para la tarde, y ha salido poco antes de las nueve de la noche desde su casa hermandad en la calle Frailes.
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Pasadas las once de la noche, la lluvia ha vuelto a hacer acto de presencia con fuerza en las calles del Centro de Málaga cuando la Hermandad de las Penas se encontraba enfilando la llegada a la Catedral para la su estación de penitencia, la Humillación en el recorrido oficial y el Cristo de la Sentencia llegando a la tribuna de la plaza de la Constitución. Las Penas ha acelerado el paso para refugiarse en la Catedral y el Cristo de la Humillación se ha vuelto a gran velocidad hacia Santo Domingo cuando se encontraba en la Alameda Principal, donde le han colocado un plástico. Por su parte, la Virgen de la Estrella, que se encontraba en la calle Atarazanas, ha seguido recto hacia el puente de la Esperanza.
También el cortejo de la Sentencia ha optado por volverse hacia su casa hermandad cuando el Cristo se encontraba en la calle Larios y la Virgen del Rosario en la plaza de la Constitución. El Señor lo ha hecho por la calle La Bolsa y la Dolorosa por la calle Strachan.
Finalmente, pasadas las doce de la noche, el canónigo Felipe Reina anunciaba que los tronos de la Hermandad de las Penas se quedan refugiados en el trascoro de la Catedral. Se baraja que el regreso del Cristo de la Agonía y la Dolorosa del manto de flores se lleve a cabo a las once y media de la mañana de este Jueves Santo, una vez que haya finalizado el desfile de las tropas legionarias por el Centro tras su desembarco en el puerto, camino del traslado del Cristo de la Buena Muerte, de la Congregación de Mena.
Por Antonio M. Romero
La frustración, las lágrimas, la rabia y la impotencia se apoderaron de los hermanos de la Cofradía del Rocío cuando la lluvia llevó a la junta de gobierno de la hermandad a acordar no salir en procesión. Una decisión que rompió las ilusiones de los hermanos que ansiaban volver a la calle tras dos años sin poder hacerlo por la pandemia.
«Hermanos, imagino que sabéis la triste noticia que os voy a decir. Lamentablemente no podemos salir a la calle», anunció el hermano mayor, Javier Martín, visiblemente emocionado, mientras algunos de los participantes en la procesión corearon: 'no, no'.
A partir de ese momento, llegaron los abrazos para consolarse, las lágrimas, las miradas de impotencia hacia los titulares y los rezos. Las puertas de la casa hermandad permanecieron varias horas abiertas para que los fieles pudieran ver al Nazareno de los Pasos y a la Novia de Málaga.
Por Ángel Escalera
La Cofradía de las Penas tuvo que acelerar el paso para cobijarse en la Catedral al empezar a llover fuerte sobre las once de la noche. Finalmente, las imágenes y los tronos se quedaron en el interior del primer templo de la ciudad, en la zona del trascoro. La procesión se había puesto en marcha a las ocho de la tarde, dos horas y cuarto después del horario previsto. La lluvia, que cayó con intensidad durante ese tiempo, obligó a retrasar la salida hasta que las nubes descargaron y el cielo se despejó. El público aguardó con incertidumbre y paciencia esas más de dos horas. La junta de gobierno, con su hermana mayor a la cabeza, Ángela Guerrero, se reunió y estuvo pendiente del parte meteorológico hasta que decidió poner a la cofradía en la calle. En un principio, las Penas pretendía hacer un recorrido abreviado para, una vez pasar por la tribuna oficial, ir por Larios y Sancha de Lara para entrar en la Catedral, pero la Agrupación de Cofradías no lo autorizó y tuvo que hacer el recorrido oficial entero y seguidamente entrar en el primer templo de la ciudad para llevar a cabo su estación de penitencia.
La Virgen de las Penas lució un manto de flores, elaborado por el servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Málaga, confeccionado con 1.875 unidades de claveles, 203 tallos de véndela ecuatoriana y tres metros cúbicos de ciprés. El trabajo se hizo siguiendo un diseño de José Carlos Gil. En el centro del manto de flores, con motivo del 50.º aniversario del Cristo de la Agonía, había una corona de espinas, un INRI, una maza y una gubia.
Por Jesús Hinojosa
Apenas tres cuartos de hora pudo estar ayer el cortejo de la Cofradía de Nueva Esperanza en la calle. Tal y como estaba previsto, a las cinco y media, el hermano mayor, David Vidal, mandaba abrir las puertas de la casa hermandad y la ilusión brillaba en la cara de los hombres de trono. El Nazareno del Perdón se ponía en marcha entre aplausos y vivas, y enfilaba la calle Magistrado Salvador Barberá con un paso decidido y acelerado que solo se aminoraba para mecer al Señor a los sones de las marchas.
Un cuarto de hora más tarde, la Virgen de Nueva Esperanza salía del salón de tronos y entonces empezaban a caer unas gotas que poco a poco se convirtieron en lluvia incesante que hizo florecer los paraguas en las aceras. A los pocos minutos ya no cabía duda: un chaparrón obligaba a volver a los nazarenos al interior de la parroquia de Santa Ana y San Joaquín, y a los tronos a la casa hermandad. La lluvia que reflejaba el radar de la Agencia Estatal de Meteorología era cierta.
Túnicas empapadas, y rostros surcados por las lágrimas de impotencia. La Dolorosa de Nueva Málaga volvía sobre sus pasos rápidamente para encerrarse tras estar apenas 15 minutos en la calle, y el Nazareno del Perdón también regresaba entre vivas y aplausos para ponerse a resguardo.
Con los dos tronos dentro de la casa hermandad, los directivos de la cofradía pedían a los portadores del Cristo que no tocaran el cajillo para no dañar el dorado de la madera. Acto seguido, tomaba la palabra el director espiritual y vicario diocesano para el laicado, Manuel Ángel Santiago: «Hemos hecho lo mejor que teníamos que hacer. Ha sido acertado dar la vuelta por el patrimonio y por las personas. Os agradezco a todos vuestro esfuerzo hoy y todos los días».
Por Antonio M. Romero
De la calle Agua bajó un manantial de lágrimas cuando el hermano mayor de la Cofradía de Jesús del Rescate y la Virgen de Gracia, Joaquín González, anunció la suspensión de la procesión desde la balconada del salón de tronos. «Sintiéndolo en el alma, no vamos a poder salir por las inclemencias meteorológicas», afirmó.
Una decisión que rompió las ilusiones de los participantes en el cortejo y los devotos, que tuvieron el consuelo de los malagueños que acudieron a visitar a los titulares en el salón de tronos, entre ellos el consejero de Presidencia y portavoz de la Junta de Andalucía, Elías Bendodo.
Por Ángel Escalera
La lluvia trastocó los planes de la Cofradía de Humillación, que tuvo que darse la vuelta en mitad de su recorrido al sorprenderle un fuerte aguacero. La Virgen de la Estrella cogió por Atarazanas para dirigirse al puente de la Esperanza. Por su parte, el Cristo dio la vuelta en la Alameda. Los portadores aceleraron el paso en un esfuerzo titánico para huir cuanto antes de la lluvia. El Señor de la Humillación fue cubierto con un plástico para evitar posibles daños en la talla por el aguacero.
La Virgen de la Estrella llegó en primer lugar a la Explanada de Santo Domingo. A continuación, llegó el Cristo. Afortunadamente, ya había dejado de llover, lo que permitió que hubiese un emocionante encierro, con ambos tronos levantados a pulso.
Las precipitaciones de por la tarde obligaron a cambiar la primera parte del recorrido para ganar parte del tiempo perdido a causa de la lluvia. Así, la junta de gobierno decidió no ir al Llano de Doña Trinidad, calle Mármoles y puente de la Aurora y eligió, tras salir de la parroquia de Santo Domingo, transitar por las pérgolas del Guadalmedina, puente de la Esperanza, pasillo de Santa Isabel camino del recorrido oficial.
Por Jesús Hinojosa
La Cofradía de la Sentencia fue la única de la jornada que pudo cumplir el horario que pactaron las hermandades del Martes Santo para atrasar las salidas y, de ese modo, intentar evitar la lluvia, que finalmente impidió la salida de tres y que sorprendió a la hermandad de la iglesia de Santiago cuando el Cristo se encontraba llegando a la tribuna oficial pasadas las once de la noche. A partir de ese momento, se optó por la vuelta del cortejo por las calles La Bolsa y Strachan.
Los cofrades de la Sentencia tuvieron especialmente este Martes Santo en la memoria la figura de Enrique Cristófol, quien falleció el pasado mes de enero. Medalla de oro de la cofradía, fue hermano mayor durante diez años en dos etapas diferentes, de 1992 a 1999 y de 2004 a 2007, en las que se alcanzaron grandes logros como la nueva casa hermandad, con la ayuda de Antonio Chacón, y la restauración de los dos tronos. El bastón y escapulario de Enrique Cristófol figuró en el frontal del trono del Cristo, que lució la túnica bordada por Juan Rosén. El pregonero de este año de la cofradía, Felipe Ruiz, fue el encargado de dar los primeros toques de campana.
La banda de música de Nuestra Señora de la Soledad de Mena estrenó tras el trono de la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos las marchas 'Rosario Madre Imnaculada', de Jesús Espinosa de los Monteros, 'Rosario Doloroso' de Cristóbal López Gándara y 'Rosario de Santiago' de Manuel Marvizón. Como desde hace treinta años, Ramón Vega realizó un llamativo exorno floral para el trono de la Dolorosa, en esta ocasión en tonos blancos y amarillos, introduciendo también flores de talco en las ánforas. Asimismo, la Virgen del Rosario estrenó velas rizadas en su candelería.
El actor Antonio Banderas presenció la salida de la cofradía desde el interior de la casa hermandad y también desde uno de sus balcones.
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