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En febrero de 2006, SUR daba a conocer la investigación realizada durante un lustro por el entonces profesor de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, Juan Antonio Sánchez López, y el entonces becario de investigación de su departamento Sergio Ramírez González sobre una ... saga de escultores malagueños del siglo XVIII desconocida hasta entonces y a la que se atribuyeron valiosas imágenes de Dolorosas de la Semana Santa de Málaga, como la Virgen de los Dolores del Puente, la de los Dolores de la Archicofradía de la Expiración, la Virgen de los Dolores de San Juan y la del Amor Doloroso, entre otras.
Aquel trabajo sirvió para poner apellidos a los autores de estas imágenes y descubrir quiénes estaban detrás de la ejecución de estas singulares tallas marianas que comparten rasgos comunes. Veinte años después, Sánchez López, hoy ya catedrático de la Universidad de Málaga, y Sergio Ramírez, profesor de la institución docente, presentan un libro en el que amplían y consolidan aquella investigación que supuso un antes y un después en el análisis histórico del patrimonio religioso malagueño.
Con el título 'La impronta de una familia. Los Asensio de la Cerda, escultores en la Málaga del siglo XVIII', la publicación, editada por la Fundación Málaga, se presenta este miércoles en el salón de actos de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo (ubicada en la segunda planta del Museo de Málaga), a las 19 horas, con entrada libre hasta completar el aforo.
La investigación de estos profesores ha servido para catologar unas ochenta obras dentro de la producción de esta familia de escultores que tuvo como cabeza visible a Pedro Asensio de la Cerda Martínez (1703-1773), de orígenes murcianos al haber nacido en Cieza, y que fue el titular del principal taller de Málaga en el siglo XVIII junto al de Fernando Ortiz (1717-1771). En la publicación se detalla que sus sucesores fueron Vicente Asensio de la Cerda Rodríguez de Ávalos (1733-1791), quien siguió con el taller malagueño de su padre hasta finales del siglo; y Antonio Asensio de la Cerda Rodríguez de Ávalos (1731-?), un escultor que tuvo «el talante y el carácter de un artista nómada», según explica Sánchez Lópéz, por lo que extendió la influencia del círculo escultórico malagueño del XVIII hacia otras provincias a raíz de su establecimiento en la localidad gaditana de Ubrique en 1752. Inicialmente se pensó que Pedro podría ser hermano de Antonio, pero esta publicación aclara que fueron padre e hijo.
Precisamente de la Sierra de Cádiz vino el hallazgo que sirvió a estos investigadores para tirar del hilo y descubrir la producción escultórica de estos imagineros. Se trata de la Virgen de los Dolores de la localidad de Setenil de las Bodegas, que estaba documentada como obra de Vicente Asensio de la Cerda en el año 1775. Aquella escultura fue destruida en 1936 en los sucesos de la Guerra Civil, pero apareció una fotografía en la que se descubrió que sus rasgos eran muy similares a los de Vírgenes Dolorosas de talleres dieciochescos de Málaga cuyos autores todavía no habían sido identificados.
Aquel descubrimiento y las investigaciones posteriores han servido para atribuir la autoría de la Virgen de los Dolores del Puente a Pedro Asensio de la Cerda, la de la Virgen de los Dolores de la Expiración a Vicente Asensio de la Cerda, y las de Dolores de San Juan, Fe y Consuelo (Cofradía del Monte Calvario), Amor Doloroso (Archicofradía de la Pasión) y Carmen Doloroso a Antonio Asensio de la Cerda.
Este libro ahonda en la vida personal de estos escultores y destaca la proyección que tuvo su obra no solo a nivel provincial, sino también en el panorama andaluz. «Fueron creadores y difusores de tipos iconográficos de hondo calado y espectacular éxito en el contexto de su tiempo», recuerda Juan Antonio Sánchez López, quien apunta que han logrado identificar obras de esta saga en territorios del norte de África y en la isla de Malta.
«Esta investigación nos ha permitido calibrar y confirmar la importancia de la ciudad de Málaga dentro de la cada vez más estudiada y conocida escultura española del Siglo de las Luces, ya que hemos demostrado cómo este círculo jugó un papel central y determinante en la creación escultórica andaluza de la segunda mitad de esa centuria», añade Sergio Ramírez, quien destaca que el territorio malagueño ejerció un liderazgo a nivel andaluz «compartido con Antequera en el área oriental de la región y con Cádiz y Jerez de la Frontera en la occidental».
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