José Carlos Garín: «Este recorrido oficial no puede estar en cuestión continuamente»

–Deseo que sea muy brillante para todos los participantes. Espero que todos quedemos satisfechos y lleguemos al domingo en el que triunfa nuestra fe con mucha alegría.

–Este año ya será el cuarto del actual recorrido oficial. ¿Qué mejoras ha previsto la Agrupación en este itinerario común?

–Siempre estamos trabajando para una mejora continua de la movilidad del público que atrae la Semana Santa y hemos reforzado la señalización de los pasillos para cruzar, para que sea más visible. El recorrido supuso unos cambios importantes y todo el mundo sigue aprendiendo, incluidos quienes planifican los flujos en la ciudad para favorecer la movilidad. También hay algunos cambios en el mantenimiento, aunque no son sustanciales. Se trata de consolidar lo que tenemos. En el caso de la Catedral, sí se han adaptado las dimensiones de la rampa a la base de la grúa para la obra del tejado. Vamos a probar con la anchura que es la que nos permite la situación actual. También se ha desplazado la tribuna de las personas con movilidad reducida para colocarla junto a la de los mayores, en la plaza de la Marina.

–Después del drástico cambio que supuso este nuevo recorrido desde 2019, ¿cree que ya está más asentado y aceptado tanto por parte del público como de las cofradías?

–Creo que se está imponiendo el sentido común. El que, con una mirada un poco superficial, diga que el cambio de recorrido obedeció a una sola variable, del 'me gusta o no me gusta', tiene un planteamiento poco profundo. Este cambio tan sustancial venía obligado por un montón de variables. Las palabras accesibilidad y seguridad no formaban parte, para nada, de nuestra Semana Santa, y eso se ha impuesto de una manera innegable, incuestionable y además por ley, por lo que hay poco margen de maniobra. Había tres premisas: dar cabida a todos los abonados; que fuera un recorrido seguro y autorizable; y que diera entrada y salida a todas las cofradías. Es lo que ahora mismo tenemos y no hay una alternativa. Estamos aceptando la realidad que tenemos. Los abonados y el público en general van adaptándose a la nueva situación, y las autoridades también. Por eso en algunas zonas van reforzando y en otras, levantando el pie del acelerador. Además, tengo la sensación de que muchas cofradías han empezado a ver que, a una nueva situación, hay que dar nuevas respuestas. No podemos quedarnos estancados.

–¿Podría ser entonces esta Semana Santa la de la definitiva consolidación del recorrido oficial?

–Espero que sea así. No es un tema que esté escrito en piedra o grabado a fuego, pero no puede estar en cuestión continuamente. No podemos estar lamiéndonos ninguna herida todo el día, eso no lleva a ningún sitio. Este año se han hecho esfuerzos por parte de todos y el año que viene más. Estoy convencido de que en pocos años estaremos en una situación mucho más equilibrada en cuanto a horarios y recorridos.

–Este año se ha percibido una actitud más proactiva de la Agrupación a la hora de plantear opciones para buscar un mejor encaje de los horarios e itinerarios de días complicados como el Miércoles Santo y el Jueves Santo. ¿Espera que funcione el plan para el Miércoles Santo?

–Espero que sí. Siempre digo que la Agrupación son los hermanos mayores y son ellos, los que mejor conocen sus fortalezas y debilidades, los que tienen que decidir cómo quieren organizar cada día. El Miércoles Santo ha hecho este año una apuesta importante y, como todas las cosas, lo de 'prueba-error' tiene que existir, pero no es una prueba que se haga a lo loco. Viene destilado de estos años atrás y de los problemas que han podido detectar. De todo eso surge ese nuevo orden procesional que espero que dé resultados. Y estoy a la espera de que en el Jueves Santo también se produzcan cambios que lo acoplen más. Este año han hecho algunos cambios en horarios que esperemos que funcionen, siendo un día muchísimo más complicado todavía.

–¿Qué falta para que pueda mejorarse la configuración de esa jornada?

–Es un día complicado porque se añade el problema de la gran cantidad de personas que se mueven en torno a algunos cortejos procesionales. Hay algunos puntos complicados. Se hicieron algunas propuestas de cambios de orden por parte de la Agrupación y los hermanos mayores las estudiaron, pero este año no han visto pertinente ponerlas en marcha. Sí, falta que poco a poco se vayan adaptando. Si lo de este año da resultado, pues perfecto, no hay nada que hablar, pero hay que entender que, en el Jueves Santo, cualquier mínima incidencia que se produzca es como aquello del aleteo de la mariposa: se multiplica por diez.

–Este año parece que hay menos reparos respecto a las medidas de la Policía Local para limitar el paso del público por determinadas calles. ¿Se seguirá aforando la calle Fajardo?

–El uso de los drones el año pasado ha sido definitivo. Eso ayudó tanto al Cuerpo Nacional de Policía como a la Policía Local a conocer bien los flujos del público. Hay que entender que algunas cosas las afrontaban por primera vez, por eso entiendo los reparos de un profesional funcionario que tiene que asumir ciertas cosas. Todo no puede estar depurado desde el primer día, hay que dar un tiempo. El anterior recorrido tenía problemas todos los años, ahora llevamos ya cuatro años de rodaje con el nuevo y espero que se vaya mejorando. Este año hemos tenido muchas reuniones y vamos directamente a atajar los problemas. Sí, calle Fajardo se queda como vía de evacuación como el año pasado. Además, se va a difundir mucha información sobre la ubicación de los puntos de cruce entre los abonados y el público en general. El esfuerzo informativo está más que hecho, aunque luego habrá personas que no lo vean. De todos modos, la posición de los pasillos nos viene dictada por la autoridad.

–¿Todo bien respecto a la convivencia con las terrazas de la hostelería?

–Sí, hemos tenido reuniones con Mahos, la Asociación de Hosteleros de Málaga, con la que ha habido muy buena sintonía.

–El pregonero de este año, Augusto Pansard, hizo un llamamiento a la unidad de los cofrades. Actualmente hay una cofradía intervenida por el Obispado, la del Rescate. ¿Cómo podrían evitarse este tipo de situaciones que dañan la imagen del mundo de las hermandades?

–Ahí estamos hablando de la esencia de las personas. ¿Cómo evitarla? Los problemas que ocurren son muy personales y, en ocasiones, no depende de la cofradía, ni del entorno, ni del Obispado, ni de la Agrupación… Son las personas las que tienen que reflexionar y ver a qué conducen ciertos posicionamientos.

–También el pregonero hizo un guiño a la posibilidad de que haya procesiones el Sábado Santo, si bien el actual obispo se ha mostrado siempre contrario a esa opción. ¿A usted le gustaría?

–A mí me parece bien, si hubiera una demanda importante dentro de la Agrupación respecto a este tema. Entiendo que pueda ser una reivindicación. Como posibilidad no lo veo mal, pero no es algo que ahora mismo sea una demanda dentro de la Agrupación.

–¿Volverá a plantearse para el año que viene la salida del Resucitado desde la Catedral?

–Hay un mandato de la junta de gobierno de la Agrupación que es que se salga desde allí. Para el próximo año, volveré a hacer la consulta a la junta de gobierno y, si se sigue manteniendo, mi obligación es poner todos los medios para que se lleve a cabo.

–Desde la Agrupación se apuntó que la mesa del trono de la Virgen Reina de los Cielos no reunía las condiciones para ser transportada en grúa a la Catedral. ¿Se ha revisado?

–Ya está revisada y arreglada, no hay peligro alguno. La mesa tenía problemas mínimos, pero había un informe técnico que nos decía que no debíamos someterla a ese 'estrés' del traslado. Haremos una mesa nueva pasada la Semana Santa.

–¿Está garantizado que las obras del tejado no van a impedir la entrada de las cofradías para hacer estación de penitencia en la Catedral una vez que el año que viene ya estén plenamente en marcha?

–En este momento, sí, absolutamente. Por parte de los técnicos de la obra no hay ningún inconveniente para que se pueda seguir con la entrada de las cofradías en la Catedral.

–¿Cree que podría incrementarse la nómina de cofradías agrupadas bajo su mandato en los próximos cuatro años? ¿Tiene alguna petición sobre la mesa?

–No hay petición, pero cualquier cofradía está en su derecho de solicitarlo. Tenemos unos estatutos que marcan claramente las condiciones, pero no hay una solicitud inmediata ni nadie llamando a la puerta.

–En el caso del Cristo de la Clemencia, el antiguo Mutilado, ¿tendría que seguir saliendo siete años más en la antesala de la Semana Santa para cumplir con los diez que marcan los estatutos para pedir el ingreso?

–Nosotros dependemos del Obispado. Tenemos unos estatutos, pero también el Obispado podría decir algo. Si es por nuestros estatutos, yo tendría que cumplirlos y el fiscal así lo exigiría, pero hasta ahí puedo decir.

–Es decir, que puede existir una dispensa por parte del Obispado respecto al condicionante de los diez años.

–Por supuesto, eso va a existir siempre, con el Mutilado y con cualquiera.

–Tras declararse desierto el concurso el año pasado, ¿cómo tiene previsto retomar el proyecto del monumento a la Semana Santa?

–Se retomará, pero hay cosas que es mejor dejarlas enfriar un poco. Se ha hecho una apuesta con un concurso nacional, pero no ha habido una resolución a nuestro gusto. Es un tema que puede esperar. Espero que se retome en mi mandato.

–Por último, ¿qué le parece que la Junta haya limitado la suelta de palomas el Miércoles Santo a raíz de una nueva ley estatal de protección a los animales?

–Si hay una ley, hay que cumplirla. Pero nos tocará explicar a nuestros hijos y a nuestros nietos que, en algún momento, en Málaga, lanzar una paloma era una oración, y eso se va a perder.