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La madrugada de procesiones que ha dejado la magna en honor de la Virgen de la Victoria ha tenido dos momentos especialmente singulares. Uno de ellos ya estaba anunciado y programado de antemano. Se trata del encuentro de las Vírgenes de la Amargura (Zamarrilla) y de la Trinidad, titular de la Cofradía de Jesús Cautivo, en la calle Trinidad, que ha congregado a numeroso público en las recoletas calles del barrio trinitario.
Sin embargo, también se ha producido otro que el público cofrade no estaba seguro de poder presenciar. Pasadas las tres de la madrugada, la Virgen de los Dolores de la Archicofradía de la Expiración y la Virgen de la Esperanza han estado frente a frente, en una imagen que quedará para la historia de la Semana Santa malagueña. Ambas titulares marianas han recorrido juntas el itinerario de regreso a su sede, primero la Esperanza y después los Dolores de la Expiración. Al llegar ante su basílica, la Esperanza se ha encerrado cuando pasaban escasos minutos de las tres de la mañana a los sones del himno nacional y de su himno de coronación. Ello ha provocado cierta decepción en el público asistente.
No obstante, cuando todo apuntaba a que el esperado encuentro entre las dos Vírgenes coronadas no se iba a producir, la Esperanza ha vuelto a salir desde su salón de tronos y la Virgen de los Dolores se ha girado hacia ella, hasta que han quedado frente a frente, momento que los portadores de ambos tronos han rubricado con un aplauso. La banda de música de la Expiración ha interpretado el himno de coronación de la Esperanza, primero, y el de la coronación de la Virgen de los Dolores, después, piezas ambas del desaparecido compositor Perfecto Artola. Un momento único, cargado de emociones contenidas. Hubo vivas a ambas Dolorosas y a su barrio del Perchel y se rezó el Ave María.
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