RAFAEL RODRÍGUEZ
Martes, 4 de octubre 2022, 23:42
Francisco José González Lorente (Málaga, 1969) fue uno de los niños del colegio de los Hermanos Maristas que reclutó, a mediados de la década de los 80, el padre Cacho, el recordado cura 'hippie' de la Cruz Verde, para la creación de la Hermandad de ... la Crucifixión, en la iglesia del Buen Pastor. Mucho tiempo ha pasado desde entonces. Y mucho ha cambiado la cofradía, «para bien», afirma González, quien lo ha sido todo en esta hermandad, incluso, hermano mayor en una etapa anterior, desde 2003 a 2005, por lo que vuelve a dirigir los destinos de la Crucifixión, «con más experiencia», casi veinte años después de su primer mandato.
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-Se reestrena como hermano mayor de la Crucifixión después de 17 años del fin de su breve mandato. ¿Por qué Crucifixión?
-Bueno, estaba estudiando en Los Maristas y el padre Cacho buscaba jóvenes para las campañas de Navidad. Esto nos hizo acercarnos a la parroquia del Buen Pastor. Justo en ese momento llegó allí la hermandad. Bueno, ni siquiera era hermandad aún, ni asociación. Era una Virgen con un grupo de fieles. Precisamente, venía del barrio donde me crie, Parque Victoria Eugenia. Yo ya conocía la Virgen en esta barriada, pues la EGB la hice en el colegio Gibraljaire, que estaba frente por frente a la capillita que había en un local donde estaba la Virgen. Ya estudiando en BUP en Los Maristas, Cacho nos introdujo en la parroquia y nos incorporamos a los grupos jóvenes. Luego, llegó la hermandad y Cacho nos cogió a cuatro o cinco chicos y nos metió en la cofradía. Con el paso de los años, uno de los que llegamos, Paco Pérez Mérida, se hizo cargo de la hermandad. Después fue hermano mayor Luis Vives, que también era de mi grupo, luego fui yo, y, a continuación, Alejandro Acosta. Todos éramos de ese grupo de chicos captados por el padre Cacho. Él quería rejuvenecer la hermandad, porque de Parque Victoria Eugenia venía gente mayor.
-Usted ha pasado por casi todos los cargos en la hermandad.
-Pues sí. Fui albacea de procesión, teniente hermano mayor, hermano mayor en una etapa anterior, vicetesorero, secretario, vocal de protocolo. Este cargo lo ejercí en el primer mandato de José Núñez, el anterior hermano mayor. También he sido consejero, lógicamente.
-¿Por qué volvió a presentarse a hermano mayor casi 20 años después?
-Por intentar que no hubiesen más candidaturas y por seguir la línea que la hermandad siempre ha tenido, para seguir con el trabajo que se había hecho. La verdad es que tenía como un 'debe' con la hermandad, ya que solo estuve dos años de hermano mayor en la primera etapa. Tuve que dimitir por motivos de salud. No fue por otro motivo, porque, luego, el grupo siguió trabajando.
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-Menos mal que, en esos años, no existía Twitter, porque la rumorología, ya se sabe.
-Entonces, tenía mucho trabajo. Estaba de profesor, hacía reportajes, mi mujer se quedó embarazada del segundo niño que nació en cuaresma, íbamos a empezar la construcción de la casa hermandad que luego se retrasó... En fin. Me dio una arritmia y, por consejo del médico, tuve que dejar cosas. Me eché a un lado para que la hermandad siguiera adelante. No quería ser un lastre en esa situación. Ahora me encuentro con ganas. Tenía una espinita clavada, porque se lo debía a la hermandad. Quiero terminar aquellas ideas que teníamos de jóvenes. Con todos los conocimientos que tenemos ahora, ya no solo desde el punto de vista cofrade, sino también profesional, pensé que era el momento de presentarme. También un grupo de hermanos me animó a ello y mi mujer me dio la autorización (risas).
-Me dice que no quería que solo hubiera una candidatura y al final se presentaron dos, la suya y la que encabezaba José Antonio Baena que, por cierto, era la oficialista.
-Bueno, efectivamente, al final presentamos dos candidaturas. Hablé con el anterior hermano mayor justo después de la Semana Santa del año pasado. O sea, un año y pico antes de las elecciones y, entonces, parecía que no iba a haber otra candidatura. Él mismo decía que no era bueno que se presentaran dos candidaturas. Al final no fue así, y, nada, seguimos trabajando con normalidad, sin problema. Es bueno que haya diferentes formas de pensar en las hermandades. No lo veo mal.
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-¿Se han integrado algunos miembros de la otra candidatura?
-Acabamos de entrar. Estamos empezando. Ya hemos pedido colaboración a algunas personas y sabemos que no va a haber ningún problema. Por lo menos, lo vamos a intentar. Las puertas están abiertas para todos. Es más, nuestra candidatura llevaba el lema 'Todos sumamos'. Así que, de la otra candidatura, también, por supuesto. Nuestra intención es que todos los hermanos tengan la misma importancia, estén en la junta de gobierno o no.
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-¿Ha cambiado mucho la cofradía desde que usted fue hermano mayor en una primera etapa a ahora?
-Muchísimo. Antes, las redes sociales, apenas existían. Las redes sociales lo ha cambiado todo. El mismo envío de la correspondencia, ahora por correo electrónico. Antes tenía la 'habitación hermandad', como le llamábamos nosotros, que estaba en los bajos de la parroquia, y ahora tenemos una casa hermandad enorme que genera trabajo y necesita vida. La hermandad ha crecido para bien, gracias a Dios. Hoy tenemos que mantener este buen momento y sostenerlo sobre el patrimonio más importante que tenemos, que es el humano.
-¿La hermandad se encuentra en su mejor momento, pese a los dos años críticos de pandemia?
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-Bueno, estamos en el momento post pandemia. Empezando a funcionar desde el año pasado. La junta de gobierno anterior ha hecho un gran trabajo. Les tocó, bueno, nos tocó a todos los hermanos, vivir unos momentos duros por la pandemia, con dos años sin procesiones, dos años sin, prácticamente, subvenciones, ni ingresos apenas. Por tanto, la cofradía se encuentra en un momento en el que está retomando toda su vida. El año pasado se empezaron a hacer un montón de actividades y poquito a poquito estamos levantando el vuelo. Ojo, que no lo estamos levantando desde ahora, que estamos nosotros, sino desde la anterior junta de gobierno que trabajó para que la hermandad remontara. El problema económico es el más acuciante, ya que la cofradía está, un poco, al día, porque, después de todos estos problemas sobrevenidos por la pandemia, los ingresos han mermado. Pero, vamos, hemos tenido los cultos de septiembre y la iglesia estaba llena. El último día no se cabía en la iglesia. La hermandad tiene vida.
-¿Fue, para usted, una sorpresa ganar las elecciones cuando la otra candidatura era la oficialista?
-Nosotros no estábamos preocupados por ganar, porque lo que queremos hacer es un servicio. Si los hermanos hubieran decidido que el servicio lo tenían que hacer otras personas, nosotros nos habríamos sumado a colaborar, como siempre hemos hecho. Por tanto, no era una preocupación. Cuando el otro grupo decidió presentar una candidatura, nos sorprendimos todos, pero, desde primera hora, tuvimos la confianza de que tendríamos posibilidades, ya que llevábamos un programa importante, fundamentado en el trabajo con los hermanos que, como dije antes, es nuestro principal patrimonio, y eso nos hacía pensar que podíamos ganar las elecciones. También nuestro grupo lo conforman hermanos muy conocidos en la cofradía y contábamos con el apoyo de antiguos hermanos mayores. Sí quiero dejar claro que no ha sido una batalla. Nosotros solo hemos ido pensando en la hermandad, hemos defendido nuestro proyecto y creo que el otro grupo ha hecho lo mismo. Fue un proceso normal.
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-En su programa incluía una serie de talleres artísticos. ¿Cuándo lo pondrán en marcha?
-En ellos estamos. Un proyecto, que se inició con la junta anterior, es la sala de ensayos para bandas de música que estamos realizando, gracias a la subvención que nos ha concedido el Instituto Municipal de la Vivienda para rehabilitar el sótano de nuestra casa hermandad. La obra va a empezar ya, pero eso implica que todo lo que había en el sótano irá al salón de la entrada. Entonces, tenemos falta de espacio ahora mismo, aunque la casa hermandad sea muy grande. Por tanto, los talleres de orfebrería y de pintura no los vamos a empezar de momento, pero sí comenzaremos, a primeros de noviembre, la escuela taller de bordado que, además, parece ser que es el curso que más ilusiona. Todavía no hemos abierto el periodo de inscripción y no sé si lo vamos a poder abrir de las peticiones que tenemos. El taller no lo va a llevar mi mujer –Felicitación Gaviero–, sino el taller. Es un ofrecimiento del taller a la hermandad. El taller no va a cobrar nada. Será un trabajo desinteresado para la hermandad, que pondrá el sitio y los materiales. Hemos habilitado un espacio arriba, provisional, mientras dure la obra. Cuando concluya, pasaremos la escuela taller de bordado al salón de la entrada.
-Por cierto, ¿qué banda ensayará en la casa hermandad de la Crucifixión?
-La de cornetas y tambores de los Gitanos, que ha ayudado, de manera importante, incluso, en el trámite de la subvención. Sin la aportación de esta banda no se hubiese conseguido. Lleva años ensayando en un local en bruto, tragándose el polvo, así que tiene que ser esta banda. Y, además, es del barrio.
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-¿Cuándo finalizará la obra de la sala de ensayo?
-Está previsto en el mes de febrero del año que viene.
-¿Es usted partidario de un grupo escultórico para el Cristo?
-La hermandad tiene un proyecto encima de la mesa desde hace un montón de años, del imaginero Elías Rodríguez Picón, y el Cristo llevará su grupo escultórico. Otra cosa es cuándo. Ahora mismo no lo podemos acometer, porque un grupo de seis figuras es inviable para la hermandad. El proyecto de patrimonio, como he dicho, empieza con el patrimonio humano, formando a personas en la escuela taller de bordado. Todo lo que sea patrimonio por la vía económica es imposible ahora mismo. Incluso, nos han subido la hipoteca de la casa hermandad.
-Los bordados del palio y el manto supongo que saldrán de la escuela taller de la hermandad, ¿no es así?
-Sí, esa es la idea.
-¿Palio o manto primero?
-No lo sabemos aún.
-¿Veremos el palio o el manto en su mandato?
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-Si te digo la verdad, me da igual que se estrene en mi mandato o no. Se estrenará cuando esté terminado. Sin prisas.
-¿No se marcan fechas?
-No, porque primero vamos a hacer piezas de prueba y cuando veamos que la gente va cogiendo el ritmo, empezaremos a hacer piezas definitivas. Para el manto o para el palio no hay una fecha fijada. Es muy difícil saber cuánto tiempo vamos a tardar, teniendo en cuenta que es una escuela taller de gente que no es profesional. Pienso que en los primeros cuatro años se podrá hacer una de las piezas y si seguimos durante cuatro años más, la otra. O sea, dentro de ocho años, quizá, podremos decir que el trono de la Virgen del Mayor Dolor en su Soledad está terminado a falta de lo que le quede de orfebrería, como la candelería y los arbotantes, que dependerán de la economía de la hermandad.
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-¿Tienen ya los diseños del palio y del manto?
-Antonio Rodríguez está haciendo el diseño del manto, y del palio no tenemos aún nada. Ni siquiera hemos hablado del palio.
-Entonces, empezarán por el manto, ¿no?
-No lo tenemos tan claro. Lo decidiremos a principios de noviembre.
-¿Qué me puede avanzar del nuevo trono del Cristo de la Crucifixión? El tallista Manuel Toledano, hijo del autor del actual conjunto, hizo un diseño y ya el pasado año dio los primeros gubiazos.
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-El nuevo trono del Cristo es una donación de un persona anónima. Este proyecto no está vinculado a la economía de la hermandad. Llegará a la cofradía gracias a la donación, el cariño y la devoción de una familia, hermana de la cofradía, que quiere contribuir con la hermandad de esta manera. Gracias, también, al cariño de Manolo Toledano y su familia, se hará este trono. No sabemos fecha. Es un acuerdo de Manolo con el donante. Es un maravilloso proyecto que ya se ha empezado y no se va a parar. No es un proyecto de un año ni dos. Es a largo plazo.
-¿Hay alguna pieza ya tallada?
-De momento están los trabajos de carpintería. Está en la primera fase.
-Mientras llega el nuevo trono, ¿se le van a acometer algunas reformas al actual?
-Cuando comience la escuela de orfebrería queremos acabarlo añadiéndole algunos elementos de orfebrería, como terminar las cartelas que tiene. En definitiva, remataremos algunos trabajos que se quedaron sin rematar.
-¿Quienes se harán cargo de las escuelas de orfebrería y pintura?
-La escuela de orfebrería la va a llevar Estrella Ardiles González y la de pintura, Magdalena Marfil Vicente. Son dos chicas jóvenes, hermanas de la hermandad, que están con muchas ganas y tienen mucho potencial. Hay que destacar, además, que son cursos que van a ofrecer a la hermandad de manera altruista.
-Para la Semana Santa de 2023 habrá cambios, al menos, en el campo musical, ¿no es cierto?
-Sí, con el Cristo irá la banda de cornetas y tambores Nuestra Señora del Carmen de El Perchel. Creemos que la cercanía de la banda en distancia, además de las ganas que tenían por salir con nosotros y la calidad que tienen, porque es una grandísima banda, han ayudado a ello. Últimamente llevábamos la banda de Cabezas de San Juan, que la forma un grupo encantador, que siempre se ha portado muy bien con la hermandad y le agradecemos su esfuerzo y trabajo, pero nos ha surgido esta oportunidad y nos hemos decidido a dar este paso.
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-¿Y del itinerario?
-No habrá cambios importantes. De todos modos, nos tenemos que reunir en la Agrupación en la Comisión de Horarios e Itinerarios.
-Por cierto, ¿le gusta el nuevo recorrido oficial?
-A mí sí y entiendo que a mi hermandad le viene bien. Solucionando los problemas que hay, que es cierto que los hay, tenemos un gran recorrido.
-Para terminar, supongo que estará contento con el nombramiento del pregonero de la Semana Santa.
-Claro que sí. Paco –Jiménez Valverde– es un amigo. ¡Y qué se puede decir de un amigo! Paco va a hacer un gran pregón, porque, además, es un estudioso de la Semana Santa, es un cofrade de los grandes y, por consiguiente, hará un gran pregón, no me cabe la menor duda.
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