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El artesano cofrade Rafael Ruiz Liébana ha fallecido a los 84 años este domingo. Reconocido tallista, escultor y dorador, Liébana fue autor de varios tronos procesionales de la Semana Santa de Málaga. Entre ellos, destacan los dos tronos de la Archicofradía de la Sangre o el trono del grupo escultórico del Santo Traslado. También intervino en los dos tronos de la Cofradía de Jesús El Rico y restauró el trono del Cristo de la Buena Muerte de Mena. Además en su historia personal atesoraba hitos como el haber sido el encargado de restaurar el mascarón de proa del buque escuela Juan Sebastián Elcano hace poco más de una década. «Es el trabajo más complicado y del que guardo mejores recuerdos», reconoció en una entrevista a SUR.
Lo que inicialmente iba a ser un trabajo rutinario, una sencilla tarea de raspado y dorado, se convirtió en el reto más complicado de toda su carrera, aunque al mismo tiempo el más gratificante de todos. Ojeando cientos de fotografías de aquella época, Ruiz Liébana recordaba que el encargo le llegó a través de Astilleros Nereo, que trabajaba de forma habitual con la Armada, y que las complicaciones llegaron desde el primer día, cuando al llegar a recoger la pieza se la encontró hecha añicos.
En enero de 2019 la Agrupación de Cofradías de Málaga acogió una exposición sobre su obra. Un total de 126 trabajos de dibujo, talla, dorado, escultura, pintura y diseño integraron aquella muestra, que llevaba por título 'Liébana: imaginería, talla, pintura, dorado y diseño'. En la iglesia de San Julián se ubicaron el trono de la Virgen del Carmen de Huelin y la peana de carrete del Cristo de la Misericordia; y en la planta superior del museo, sus trabajos de escultura, talla y dorado, entre ellos una Dolorosa de Colmenar, la Virgen de las Cañas del Puerto de la Torre, tallas de Crucificados, cruces guía, proyectos de tronos, esculturas relacionadas con la tauromaquia, marinas e incluso sus diseños para aviones, una de las facetas menos conocida de este veterano artesano malagueño.
«Es un hombre del Renacimiento en el siglo XX y XXI», destacó por entonces el alcalde. Por su parte, Emilio Betés, de la Agrupación, quiso subrayar la ayuda que Liébana prestó a las cofradías en los años setenta del siglo pasado. «Estuvo a las duras y solucionó muchos problemas con generosidad y entrega», afirmó el historiador Elías de Mateo, comisario de la exposición que, según resaltó, «demuestra que Rafael ha tocado con pericia todos los palos».
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