García Palomo, en pleno proceso de talla. SUR
Entrevista

Juan Manuel García Palomo: «Los imagineros somos artistas, no atletas; hay demasiadas prisas»

El escultor malagueño celebra sus 30 años en el oficio con la talla de una Dolorosa para la barriada de El Palo, la Virgen de los Ángeles

RAFAEL RODRÍGUEZ

Martes, 13 de diciembre 2022, 23:56

Juan Manuel García Palomo (Málaga, 1969) pasa por ser el imaginero más veterano de cuantos se encuentran en activo en nuestra ciudad. Nacido en el desaparecido hospital 18 de Julio, «sobre las cinco de la mañana», precisa el artista, es autor de dos imágenes que ... procesionan en la Semana Santa malagueña, como son la Virgen Mediadora de la Salvación y el Nazareno del Perdón, de la Hermandad de Nueva Esperanza.

Publicidad

García Palomo celebra 30 años de trayectoria artística con la talla de una nueva Dolorosa para Málaga, María Santísima de los Ángeles, titular de la Asociación de Fieles de Jesús ante Anás, de la barriada de El Palo, bendecida el pasado 1 de noviembre por el sacerdote Antonio Eloy Madueño.

-Parece mentira, pero ya han pasado unas cuentas décadas desde que despuntó aquel joven conocido como el 'niño imaginero de Málaga', porque, entonces, era un escultor que prometía y fue muy conocido, incluso, fuera de la geografía malagueña.

-Pues sí. Se me conocía como el 'niño imaginero de Málaga'. Es que soy malagueño de pura cepa. Me encanta mi tierra, la amo y la siento. Vivo en el barrio de la Victoria y tengo el taller en el barrio de la Trinidad desde 2000, aunque mi primer estudio lo abrí en la calle Barcenillas, en la Victoria, en 1991. Tres años más tarde, pasé a otro taller, en la misma zona, y en 1997 me trasladé a la calle Victoria, a una tercera planta de un piso antiguo. No obstante, el actual creo que es el definitivo.

Publicidad

-Y ese 'niño imaginero de Málaga' ha trabajado, sobre todo, para su tierra, aunque ha habido momentos muy fecundos y otros más tranquilos.

-Bueno, para Málaga he trabajado bastante. El primer encargo que me hicieron, que en el mes de julio se cumplieron 30 años, fue la Virgen de los Dolores de Puerto de la Torre. A partir de esta imagen, vinieron muchas cosas más, como María Salomé, José de Arimatea y Nicodemo de la Hermandad del Monte Calvario, la restauración de la Virgen de Gracia y Esperanza de los Estudiantes, el San Juan del Huerto, las manos y restauración de la Virgen de la Estrella, que le coloqué las pestañas, le hice brazos nuevos, retoques de los arañazos que tenía, la Virgen del Carmen de Olías, la Virgen Mediadora y el Nazareno del Perdón, por supuesto, la intervención en la Virgen de Nueva Esperanza, el San Juan de los Gitanos, el grupo escultórico del Prendimiento y restauré el Señor y la Virgen del Gran Perdón, el Cristo de Llagas y Columna, la Virgen de la Aurora de Cañete la Real, los ángeles cirineos del Nazareno de los Pasos de la Cofradía del Rocío, y los angelitos del cajillo del trono de la Virgen del Traspaso y Soledad de Viñeros. Este año estrenó los ángeles de los arbotantes delanteros y la próxima Semana Santa sacará los cuatro de la parte trasera. También restauré en antiguo Nazareno de los Pasos y el actual, aunque luego lo han tocado, y tallé el Nazareno del Dulce Nombre de la ya Hermandad del Carmen Doloroso de Pedregalejo. En fin, muchas cosas. Seguro que se me olvida alguna otra pieza más.

Jesús de la Esperanza ante Anás, de la barriada de El Palo. A. F. JESÚS ANTE ANÁS

-Aunque lleva 30 años en el mundo de la imaginería de forma profesional, ¿le ha costado mantenerse? Lo digo porque, cuando empezó, apenas quedaban imagineros en Málaga, todo lo contrario de lo que ocurre hoy día.

Publicidad

-Ya sabemos que Málaga es una ciudad un poco complicada, que no ha sabido valorar a sus artistas. Pues aún así, he podido mantenerme durante 30 años. De hecho, cada vez me llegan más trabajos. Ahora tengo seis proyectos para sacarlos adelante. Lógicamente, ha habido momentos mejores y otros, peores, pero sigo estando ahí.

-Usted es el imaginero más veterano de cuantos se establecen en Málaga, ¿no es así?

-Pues sí. Yo fui pionero. Era muy joven. En ese tiempo estaba Rafael Ruiz Liébana y no recuerdo si alguno más. Aporté un aire distinto a lo que se estaba haciendo en Málaga en ese momento. Lo mío llamó mucho la atención y tuve una muy buena acogida. Añoro ese tiempo. Empecé con mucha ilusión.

Publicidad

-¿De dónde le venía la ilusión por ser imaginero?

-Pues mire, con ocho años, en el colegio, ya dibujaba y mi maestra le decía a mi madre que tendría que hacer algo de arte, porque siempre destacaba en los dibujos. En 1978, vi en el ropero de mi tía, que vivía con nosotros, porque crio a mi madre, unas postales maravillosas con el escudo de oro, era un tríptico, en las que salían el Cristo de la Buena Muerte, la Virgen del Rocío, en su trono antiguo, y una fotito más pequeña de la Pollinica en la Alameda. Cuando vi aquello, me dio un pellizco. Solo quería dibujar. A mis padres los traía locos, porque me compraban postales para dibujar las imágenes de la Semana Santa. Luego, un día, un año después, me dio por querer llevar esas imágenes a bulto redondo. El dibujo ya no era suficiente. Así que, la primera imagen que hice fue el Cristo del Cautivo en plastilina. Mi madre, que fue modista y trabajó en el taller de Elisa Corpas, en la calle Granada, me hacía la ropa de las figuras. Esta señora, por cierto, como anécdota que no conoce mucha gente, vestía en los años 60 a la Virgen del Amor Doloroso con ropas de su tienda y con aquellos tules y aquellas vestimentas estrafalarias, pero, bueno, fue una mujer implicada en la Semana Santa.

-Y de la plastilina a la madera.

-Pues sí, en 1984 tuve la suerte de entrar al taller de un tallista de aquí, de Málaga, desaparecido hace muchísimos años, que se llamaba José Escalona. Lo apodaban 'el curita', porque era una persona muy seria, muy solitaria y tenía unas manos divinas para trabajar. Él me enseñó el manejo de la gubia. Tenía el taller en Fuente Olletas. Allí lo que se hacía era talla ornamental que, a mí, en realidad, no me gustaba, porque lo mío era lo mío. Sin embargo, me sirvió muchísimo para trabajar la madera. A mí me llamaba Manolo. Me decía, Manolo, tienes que cortar mucha madera. Estuve allí hasta 1988 y, luego, hice algunos curcos monográficos, con Suso de Marcos en la Escuela de Artes también, pero me faltaba a alguien que me enseñara técnicas sobre imágenes, porque nunca había estado en un taller con un imaginero. Entonces, en 1992 tuve la suerte de conocer a Luis Álvarez Duarte. Él me enseñó a rematar lo que me faltaba. Técnicas de policromía, de estucado, un montón de cosas. Hice varias visitas a su taller de Sevilla y también me iba explicando a través de llamadas telefónicas, desde las cabinas de las calles y desde casa. Pero cada artista tiene su cocina y yo mismo me fui labrando mi camino. Tengo muchos dibujos de Álvarez Duarte con indicaciones de aquel tiempo.

Publicidad

El imaginero García Palomo, interviniendo en la imagen del Señor del Prendimiento. RAFAEL RODRÍGUEZ

-Está claro que Álvarez Duarte le marcó sobremanera.

-Sí. Cuando lo visité por primera vez tenía en su taller restaurando a la Virgen del Rocío de Málaga. Estaba yo haciendo la Virgen de los Dolores de Puerto de la Torre y le mostré algunas fotografías y con un bolígrafo, Luis empezó a rectificarme cosas y me decía cómo se pintaban las cejas. A día de hoy, mis trabajos los hago prácticamente como él los hacía, porque, al margen de lo grande que ha sido, a mí me encantaban sus terminaciones. Me fijaba mucho en cómo acababa sus obras. Sin duda, he sido y soy un seguidor de la obra de Luis Álvarez Duarte, porque ha sido un grande de la imaginería.

Noticia Patrocinada

-¿Le molesta que, 30 años después, le digan que su obra se parece a la de Luis Álvarez Duarte?

-En absoluto. Lo llevo con mucho orgullo. Lo reconozco, además, aunque no todas las obras.

-Su última obra, la Virgen de los Ángeles, para la Asociación de Fieles de Jesús ante Anás de El Palo así lo corrobora.

-Sí. En este caso, me pidieron que fuese una Virgen guapa, con los ojos claros, azules verdosos, y a mí que me encantan las bocas carnosas, las narices afiladas... ese estilo, en definitiva. Y aquí se han dado una serie de condiciones y, claro, al verla, la impronta es de Álvarez Duarte, pero, ojo, no es una copia de ninguna de Duarte. Tiene mi estilo, pero siempre me ha gustado y me gusta la obra de Luis. Es que es lo que yo empecé haciendo, pero en cada obra doy un toque distinto. Hay otras piezas que no tienen nada que ver con esta. Siempre me gusta variar. Yo destacaría de mi obra que hay una gran variedad. No se parece ninguna. Son todas muy diferentes. El Cristo de Llagas y Columna no tiene nada que ver, por ejemplo, con el Nazareno del Perdón o con el San Juan de Los Gitanos, que fue una pieza que estudié en profundidad con la idea de que se acercara a los trabajos de Francisco Buiza –el carmonense acometió la reforma del Señor de la Columna y fue el autor de la Virgen de la O, los dos titulares de Los Gitanos– , otro grande, también, de la imaginería. Cada cosa tiene su toque. Me gusta que una obra sea distinta a la otra. Lógicamente, todas van a tener mi sello, pero son distintas.

Publicidad

El Nazareno del Perdón, de la Hermandad de Nueva Esperanza. RAFAEL RODRÍGUEZ

-Le voy a decir una cosa. En una entrevista que tuve la ocasión hacerle a Álvarez Duarte hace ya unos años, en su taller de Gines, me decía que había muchos imagineros que decían que eran discípulos suyo, pero ninguno lo había sido. Él me insistió en que solo Ventura Gómez era realmente su discípulo.

-Yo no puedo decir que sea discípulo de Luis, porque, aunque él me atendía en su estudio y me brindó el taller para que me fuera a trabajar con él para verlo policromar y para todo, yo, en ese tiempo, por muchas circunstancias, no me podía ir. Aparte, empecé a recibir trabajos aquí, en Málaga, y no era posible. Pero si me dijo: «Mi 'arma', tú tienes aquí las puertas abiertas para cuando quieras venir o me llamas». Así fue, durante varios años. Pero, en realidad, no puedo decir que fuese discípulo de Luis, porque no estuve en su taller aprendiendo ni haciendo nada allí, pero sí me siento muy identificado con él, porque fue quien me ayudó a subir los últimos peldaños que me faltaban para aprender el oficio.

Publicidad

-Imagino que no se esperaba su muerte tan pronto.

-Claro. Me sorprendió muchísimo y sentí mucha tristeza. Tengo grabaciones de entrevistas a Luis en el año 1994. Una, por ejemplo, que le hizo Inmaculada Jabato, que le preguntaba por la imaginería que se estaba haciendo en Andalucía y él le respondió que en Málaga había un chico, que se llama Juanma García Palomo, que en el día de mañana va a dar que hablar. Siempre me tuvo una estima especial.

-Usted es autor de dos titulares de la Semana Santa de Málaga. Esto no está al alcance de todos los imagineros contemporáneos de la ciudad y provincia.

-Pues sí. Para mí es un orgullo. Hice la Virgen de Mediadora de la Salvación y el Nazareno del Perdón. Sigo confiando en que pueda hacer un tercer titular. No hay dos sin tres. Ojalá.

Publicidad

-En el caso de Humildad y Paciencia, se ha cambiado el Señor en muy poco tiempo. ¿Cree usted que hay más titulares, hoy día, en la Semana Santa de Málaga que carecen de calidad y debieran ser sustituidos?

-Sí, pero, lógicamente, no voy a mencionar a ninguna. Se pueden hacer interpretaciones de gran calidad. No digo que se cambien gestos a una imagen que lleva al culto décadas y los hermanos le tienen devoción, pero sí se puede hacer una nueva pieza, con esos rasgos y una talla mejorada. Ejemplos hay en tronos, como el de la Virgen de la Soledad de Mena.

Publicidad

-¿Y qué me dice de las alteraciones de las imágenes, ya no solo con gubia, que son irreversibles, sino también con labores polícromas? Si una imagen no tiene calidad, pienso que es mejor hacer una nueva que transformarla, ¿no cree?

-Comparto su opinión.

-Sin embargo, en algún momento, muchos imagineros, como Luis Álvarez Duarte o usted mismo, por poner solo dos ejemplos, han intervenido en piezas que las cofradías han pedido variar.

-En lo que a mí respecta, en el caso de la Virgen de Gracia y Esperanza de los Estudiantes, el que era albacea de Culto en aquel momento, que era vecino mío, me visitó para decirme que la Virgen se la habían cargado en una intervención anterior, que no era la misma. Y esto, a quince días de la Semana Santa de 1993. Le dije que me la trajera, aunque no tenía tiempo, pues llevaba para adelante otros trabajos. Me pidió que intentara arreglar algo antes de Semana Santa para luego volvérmela a traer para terminarla. Cuando vi a la Virgen de Gracia y Esperanza ni la conocí. Le advertí que íbamos a hacer un trabajo de policromía para asemejarla a como era y después de Semana Santa continuaríamos con el trabajo de restauración. Y así fue. Quedaron muy contentos por la pronta restauración y, tras la Semana Santa, la dejé en madera y rectifiqué lo que habían hecho en Sevilla, donde intentaron convertirla en una Dolorosa. Yo, por medio de fotografías que este hombre me aportó, intenté asemejarla todo lo que pude a su aspecto de origen. En ningún momento la transformé, sino intenté recuperarla. Así ha estado hasta la última intervención que ha tenido que, si le soy sincero, la habría dejado como estaba, porque, tal y como ha quedado, no me gusta. Es triste, pero es así.

-¿Y la Virgen de Nueva Esperanza?

-Tampoco fue una transformación. La dejé en madera y lo que hice fue rectificar algunas cosas que tenía de una intervención que le hicieron años atrás. Le habían dejado una comisura del labio más abierta y la otra, más cerrada. La Virgen tenía unos ojos de plástico grandísimos, que se los quité y le puso unos de cristal, le arreglé los dientes... Rectifiqué esos detalles. No fue una transformación. Nunca he sido partidario de transformar imágenes. Otra cosa es tocar una imagen que ya se ha tocado, como la Virgen de la Esperanza y Refugio de los Ancianos, del Asilo de los Ángeles. A esa imagen la habían tocado tres o cuatro veces y, por tanto, ya no era lo que fue al principio. En este caso, sí me tomé la libertad de hacer una Dolorosa nueva con lo que había. Pero lo hice porque ya fue tocada. Yo, ya, con mis 53 años, no hago transformaciones. Si alguien me viene a que le transforme la imagen, le digo que no. La hago nueva, porque se puede hacer una interpretación buena. La transformaciones lo que traen son polémicas.

Publicidad

-Quizá, en el caso de Álvarez Duarte, sus famosas intervenciones de finales de los años 60 a la década de los 80 le dieron algún que otro quebradero de cabeza.

-En el caso de la Virgen del Gran Poder, de la Hermandad de la Misericordia, que la intervino en un piso que tenía Lola Carrera en la plaza de las Flores, la hermandad le pidió que le diera un aire parecido a la Virgen de la Esperanza, pero cuando Luis tocó la imagen, esa Virgen ya había sido tocada. La Virgen, después de la guerra, se salvó solo la cabeza y luego la tocó Palma, pero no estuvo muy acertado, porque la imagen ya no quedó como era. Y en los años 70, una persona que estaba en la hermandad, la tocó de nuevo e intentó ponerle la cabeza derecha y cuando llegó Luis, hasta le sacó pegotes de chicle. La imagen que cogió Álvarez Duarte no era ni por asomo lo que fue antes de la guerra. En comparación al estando en que quedó la Virgen el Gran Poder antes de cogerla Luis, lo que hizo fue un buen trabajo. Y con Consolación y Lágrimas, igual. Antes de tocarla Luis, ya la habían tocado. También era otra época.

-Pasamos a otra época, también, pero algo más reciente. 25 años de la Virgen Mediadora de la Salvación. Un cuarto de siglo y parece que fue ayer cuando la talló y se bendijo.

-Pues sí. Es una de mis Vírgenes predilectas. Tengo unos recuerdos preciosos, junto con Salvador de los Reyes, hoy hermano mayor y, entonces, presidente de la asociación. Él quería que fuese una imagen distinta a todas las que había hecho. Planteé una Virgen con la cabeza ladeada, los ojitos mirando hacia el lado, la boca entreabierta, con ese rollito místico que a él le gustaba, le encantaba, y, la verdad, es que vivimos unos momentos muy gratos. Creo que lo conseguí. Tiene un aire distinto a la mayoría de las Dolorosas que tenemos en Málaga. Es una imagen con mucha unción. Cuando se bendijo, yo sabía que saldría en la Semana Santa malagueña, porque era una asociación, y luego hermandad, que siempre ha ido por derecho. Tenía unas metas claras y unos cimientos muy firmes. Sabía que llegaría a buen puerto, como así ha sido.

La Virgen Mediadora de la Salvación en la clausura de su 25.º aniversario. HERMANDAD DE LA MEDIADORA

-¿La vio en su salida extraordinaria por el 25.º aniversario?

-No pude. Salvador me llamó y le dije que lo sentía mucho, pero no podía ir, ya que estaba, precisamente, ultimando la Virgen de los Ángeles de El Palo. Estaba metido en estuco y no podía moverme.

-El año que viene será el 25.º aniversario de la ejecución del Nazareno del Perdón, aunque se bendijo el 18 de febrero de 1999. ¿Qué me dice de esta imagen? ¿La hermandad le dijo que quería una talla que se asemejara al Señor de Pasión de Sevilla?

Publicidad

-No, no, qué va. Fue cuestión mía. Me pude equivocar o no, pero en ese momento quise que tuviera ciertos aires al Señor de Pasión de Sevilla. Se parece, pero no es que sea igual. Tuvo muy buena acogida. El barrio de Nueva Málaga le tiene mucha devoción y eso es lo importante cuando haces una imagen.

-Repasando su catálogo imaginero, observamos cómo su irrupción y continuidad durante la década de los 90 fue excelente. En cambio, hemos visto que su producción no ha sido tan fecunda a raíz del 2000. ¿Por qué?

-A partir del 2000 también he seguido haciendo obras. Quizá no se veían tanto, porque internet no estaba como ahora. No he parado. He hecho cosas para hermandades y particulares. En 2010, por ejemplo, hice una copia de la Esperanza Macarena para Buenos Aires. Es cierto que ha habido rachitas que, a lo mejor, llegaron con menos trabajo, pero, gracias a Dios, ahora hay bastante trabajo. Tengo que decir no a algunas cosas, porque es imposible hacer todo lo que te llega. Hoy por hoy llevo seis proyectos adelante.

-¿Sigue trabajando solo o tiene algún ayudante?

-Mi pareja me ayuda a lijar y en temas de acabado de madera, porque es una persona que tiene cualidades para el arte. Dibuja de maravilla.

-El Cristo de Llagas y Columna puede ser su obra más particular?

Publicidad

-Sí, sin duda. De imagen de Cristo, es la más particular. Cuando se presentó en el Colegio de Economistas, en 2007, impactó muchísimo, por la calidad, por el gesto, que es muy peculiar. Aún recuerdo cuando Jesús Castellanos entró y se quedó impresionado. Y mira que él era una persona que entendía el arte desde otro punto de vista, pero me reconoció que este Cristo me había marcado un antes y un después. Siempre se ubican las imágenes, que si es de estilo granadino o sevillano, pero mi Cristo de Llagas y Columna no sabían ubicarlo, porque tenía cosas que recordaban la escuela castellana o la granadina. Tiene una profunda unción. Es una imagen interesante, creo, con esa espalda magnífica. Es un Cristo que me conmueve.

-De impronta granadina es también su Nazareno del Dulce Nombre, de la iglesia del Corpus Christi de Pedregalejo, una obra distinta en su catálogo imaginero.

-Es que teniendo esta hermandad la Virgen que tiene, una Dolorosa del periodo barroco, había que hacer un Cristo que se adaptara a ese canon del círculo malagueño o escuela granadina. Siempre me he ido adaptando a todo lo que me han ido pidiendo.

-Llegando a la actualidad, en 2020 hace la imagen de Jesús de la Esperanza ante Anás y este año, la Virgen de los Ángeles, para la misma asociación de fieles de El Palo.

-Pienso que el Señor es muy bonito y cumple con la iconografía que está representando, pero yo me quedo con la Virgen. Creo que en El Palo va a tener mucho éxito.

Rostro de la Virgen de los Ángeles de El Palo. A. F. JESÚS ANTE ANÁS

-Ya solo falta que las imágenes estén en un templo.

Publicidad

-Claro. Lo ideal es que estuvieran en la parroquia o en una capilla callejera, porque no pueden estar todo el año sin que la gente pueda rezarles.

-¿En qué momento artístico se encuentra?

-Me encuentro en un momento de mucha exigencia. Estoy muy exigente y no me conformo con poco. Quiero ir a más. Estoy empezando a gustarme en algunas cosas, pero todavía quiero más. No he llegado todavía donde quiero llegar.

-¿Es exigente también a la hora de coger los trabajos?

-Como le decía, no puedo coger todo lo que me llega. Y hay una cosa importante: las personas que me vengan a encargar un trabajo tienen que tener educación y que me valoren como artista. Si no te valoran, malo. Y luego están las prisas. Ha habido trabajos que ha importado más una fecha que lo que le vas a hacer y eso no puede ser. Un artista no puede trabajar nunca con prisas. Hay demasiadas prisas y esto no es una competición. Yo no voy a cambiar. Los imagineros somos artistas, no atletas. Los artistas merecemos un respeto, porque nosotros alegramos los corazones de los creyentes y esos cofrades se arrodillan ante las imágenes. Que un dirigente diga que los imagineros no somos artistas, como he escuchado esta cuaresma, me parece una cosa gravísima. Si nosotros no somos artistas, ¿qué hace usted reclinándose delante de su Virgen o de su Cristo? Porque esa imagen la ha hecho un imaginero, que es un artista.

-Bueno, hay hermandades que no deparan a la hora de hacer un trono y sí buscan un escultor barato para su titular.

-Eso no puede ser, porque tienen que buscar una obra para la posteridad.

-Han emergido escultores en Málaga en los últimos años que se están labrando un nombre en el panorama imaginero andaluz. ¿Le gusta alguno en especial?

-Para mí, todos merecen un respeto. El sol sale para todo el mundo. Luego, como es lógico, hay unos más buenos y otros menos buenos. Hay gente que está destacando, por ejemplo, mi amigo Israel Cornejo, que hace muchísimos años lo tuve, incluso, en el taller. Está trabajando muy bien. Hay varios artistas en Málaga, cómo no, Ruiz Montes y más gente. La verdad es que no me gusta nombrar, porque a alguien me lo puedo dejar en el tintero. Málaga siempre ha sido una ciudad de grandes artistas, pero tiene que cuidar y mimar más a los artistas que tiene.

Publicidad

-¿Se siente reconocido en su tierra?

-Es lo que decía. Me siento reconocido, sí, aunque podía estar más reconocido. Pero, bueno, ya sabemos cómo es Málaga. No ha sabido mimar a los suyos, ni siquiera conservar sus cosas. De todos modos, no me puedo quejar. He trabajado bastante para mi tierra, tengo mucha gente que me quiere, mucha gente que me sigue, mucha gente que me tira (risas). Estoy contento con mi acogida y de estar en Málaga, mi tierra.

-Conociendo su obra, quizá en otras ciudades lo mimarían más, ¿no crees?

-Pues sí, seguramente.

-¿Qué me dice del hiperrealismo en la imaginería del siglo XXI?

-No me gusta. Absolutamente, nada. La imagen es una cosa divina. Los rostros del Señor y de María Santísima no existen. No puedo ver a una Virgen que tenga la cara de mi amiga o de mi prima. O un San Juan que es tu amigo que lo han cogido de modelo. No. Eso no es imaginería. La imaginería es otra cosa más mística. Es lo que no existe. Mire esa imaginería antigua, que es lo que, en realidad, a mí me gusta, aunque no he podido nunca hacerla, porque no me lo han demandado. Bueno, precisamente, ahora sí tengo varias cositas que van en esa línea.

-¿Con qué imagen de Cristo y de Virgen de la Semana Santa de Málaga se queda?

-Con el Cristo de la Expiración, aunque tiene cosas que son muy profanas, pero es una maravilla. La imagen de Jesús Cautivo también me encanta. Hay quien dice que no tiene calidad artística. Sin embargo, para mí es una magnífica obra. Tiene una planta... Tiene un algo. Te podía decir muchas. Y lamentablemente, porque mi Cristo de Llagas y Columna no está en el recorrido oficial. Es una pena ese Cristo. Es una pena que no haya prosperado ese intento de hermandad que hubo. Si ese Cristo estuviera en el concierto cofrade, te diría que sería una de las mejores imágenes de la Semana Santa de Málaga, porque esa imagen está todavía por descubrir. Para mí es una espina tremenda la que llevo clavada con la situación de este Cristo. Y de Virgen, todas las antiguas, como los Dolores de la Expiración, la Virgen de la Estrella, la Concepción del Huerto, que me encanta. Hay muchas también.

El Cristo de Llagas y Columna, en día de su presentación. SUR

-¿Qué imagen le gustaría hacer?

-Me gustaría, por ejemplo, un Cristo coronado de espinas. ¡Me encanta!

-Para terminar, ¿qué proyectos tiene? Me hablaba de seis proyectos.

-Efectivamente. De los seis proyectos, cuatro son para Málaga capital, y hay otros dos que van para fuera de Málaga. De los seis, dos son para particulares y el resto, para hermandades.

-¿No me da más pistas? ¿Veremos una nueva obra de García Palomo para la Semana Santa de 2023?

-No puedo avanzar más. Posiblemente, se podrá ver el Señor de la Salud, del Asilo de los Ángeles. Si Dios quiere, la veremos pronto. Va a ser una imagen bonita. Es un Cautivo. Representa el momento en el que Jesús es presentado ante Caifás.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €

Publicidad