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José Miguel Ramírez
Málaga
Viernes, 17 de marzo 2023, 22:36
El barrio de la Trinidad olía a incienso en la tarde noche de este viernes de cuaresma. Las campanas volvieron a dictar la orden de avanzar poco a poco al compás de un tambor ronco o a sones de agrupación musical. Las semanas avanzan y la Semana Santa está aún más próxima. Si ya se vieron los primeros nazarenos por el Tarajal la semana pasada, un nutrido cortejo acompañó a María Santísima en su Dulce Resignación y Esperanza, al mismo tiempo que Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio rezaba el vía crucis en la Parroquia de la Amargura.
Un viernes cofrade que también se vivió con intensidad en el barrio de la Victoria con el traslado de Nuestra Madre y Señora de la Merced a su trono procesional en el Santuario de la Victoria, y de Nuestra Señora del Sol, que partió desde la Iglesia de San Lázaro hasta la antigua casa hermandad de la Cofradía del Rocío.
De forma claustral, también se rezó el vía crucis en el interior de la Iglesia de los Santos Mártires con la sagrada imagen de Nuestro Padre Jesús de la Columna de la Hermandad de los Gitanos.
Los capillos negros tomaron la Calzada de la Trinidad pasadas las 19.00 horas de la tarde. María Santísima en su Dulce Resignación y Esperanza volvió a ser el centro de las miradas de una Málaga cofrade que, admirada, contempló cómo el grupo parroquial se mantiene firme en una línea y estética muy personal en la calle.
Un quinteto de metales interpretaba marchas procesionales en diversos puntos del recorrido, mientras que un tambor ronco iba marcando las suaves mecidas de la Virgen. Como novedad, la sagrada imagen mariana presentó un nuevo nimbo, diseño y obra de Orfebrería Maestrante de Sevilla, mientras que los acólitos estrenaron unos nuevos roquetes.
Ataviada con suma delicadeza y originalidad, la pequeña Virgen en su Dulce Resignación y Esperanza se engrandeció mientras caminaba sobre los pétalos y hojas de hierbabuena que iban arrojando los hermanos en el cortejo. Con pocos recursos, este grupo parroquial volvió a demostrar su seriedad en la calle abriendo así un intenso fin de semana de vísperas.
Un año más volvió a ocurrir. De la misma manera que siempre, pero sentido de forma única. Nuestro Padre Jesús del Santo Suplicio volvió a salir de la Ermita de Zamarrilla para rezar el vía crucis en la Parroquia de Santa María de la Amargura.
Con austeridad realizó rápidamente el recorrido de ida. En su vuelta se incorporó la Agrupación Musical San Lorenzo Mártir. Fue entonces cuando los hermanos de Zamarrilla se giraban para contemplar a su sagrado titular, al que ya ansían ver procesionar en Semana Santa sobre su trono con sus manos extendidas para abrazar a toda la ciudad.
Con una túnica lisa de color granate y un exorno floral en tonos morados el Señor miraba hacia arriba buscando a esos vecinos que se asomaban a los balcones para ver cómo el Señor de su ermita procesionaba en una nueva cuaresma. En la calle Antonio Jiménez Ruiz se vivieron los momentos más emotivos con la interpretación de 'A la Gloria', 'Salud de los enfermos' y 'Ego Svm'.
Las salidas procesionales continuarán durante todo el fin de semana, el sábado lo harán Jesús ante Anás, en la barriada del Palo, y la Virgen del Carmen Doloroso, en Pedregalejo. El domingo harán lo propio la Virgen del Sol en la Victoria y el Grupo Parroquial de Lágrimas del Carmen en Huelin, que saldrá por última vez desde la Parroquia de San Patricio para encerrarse en su nueva sede, la Parroquia del Santo Ángel.
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