Dulce Nombre: La ilusión de unos niños

Esta Dolorosa fue tallada por el malagueño José Dueñas Rosales, habiendo sido encargada por Domingo Parras Palomares, a la sazón primer presidente con que contó la comisión organizadora de la Hermandad.

Fue bendecida el día 20 de mayo de 1990, actuando como madrinas las hermanas clarisas, cuyo convento se encuentra anejo a la iglesia parroquial.

Meses después, en septiembre, se instituyó un triduo en torno a su festividad litúrgica y el acto de la exaltación al Dulce Nombre que, desde entonces, se viene celebrando en su honor, dándose la circunstancia que el primero en realizarlo fue el hermano, presbítero y vecino de Capuchinos, Antonio Jesús Sosa.

Para el año siguiente, como fruto de la consolidación y madurez como entidad procesionista, se decide encargar al mismo artífice que hiciera la imagen de la Dolorosa, la efigie de Nuestro Padre Jesús de la Soledad, a la que siguieron posteriormente las de unos apóstoles, ya que el intento de los fundadores por entonces era el de plasmar en un grupo escultórico el momento que media entre la celebración de la Santa Cena y el arribo al Huerto de Getsemaní.

En noviembre de 1992, se bendice el Señor, prestándose en esta ocasión como padrinos la Cofradía del Amor y la Caridad, radicada en el Santuario de Santa María de la Victoria, hoy basílica.

Las imágenes titulares fueron veneradas en un altar con arcada situado a los pies de la nave del Evangelio de la iglesia parroquial de la Divina Pastora y Santa Teresa de Jesús.

El 5 de mayo de 1993, el Obispado aprueba las reglas presentadas, erigiendo canónicamente la Cofradía del Dulce Nombre. Tras este trascendental evento se convocan elecciones para elegir al primer hermano mayor, recayendo esta responsabilidad en Rodrigo Carreño Bellido, que posteriormente sería reelegido para otro mandato.

Esta etapa está marcada por la necesidad de obtener un patrimonio capaz y digno para afrontar la deseada salida procesional. Finalmente en 1998, concretamente el Sábado de Pasión 4 de abril, salió a la calle la hermandad portando únicamente la imagen del Señor, que transitó por la feligresía, bajando hasta la zona limítrofe de la parroquia de San Felipe Neri. Esta novel procesión sirvió para conocer el pulso de la Málaga cofrade, siendo valorado por las distintas comisiones creadas al efecto por la junta de gobierno.

Concluida la Semana Santa y, tras las deliberaciones oportunas y pertinentes, se acordó modificar los estatutos en lo tocante al momento iconográfico a venerar, por considerar de poco fundamento el que había sido propuesto originariamente.

En octubre del mismo año, fue convocado para este fin un cabildo general extraordinario donde los hermanos aprobaron este cambio, pasando a adoptar el pasaje evangélico de las negaciones de San Pedro, hasta ese presente inédito en la Semana Santa malagueña.

Este cambio llevó aparejado también la sustitución de la imagen de Dueñas Rosales por una nueva, saliendo elegido el boceto presentado por el artista cordobés Antonio Bernal Redondo.

El 3 de abril de 2000 fue bendecida la notable hechura de este Cautivado, al que sirvieron como padrinos las corporaciones hermanas de la parroquia integradas por la Congregación de la Divina Pastora, la Hermandad Romera de la Virgen de la Alegría y la Cofradía del Prendimiento, a las que se sumó nuevamente la Cofradía victoriana del Amor.

Pocos días después, el Sábado de Pasión, recorre por vez primera las calles malagueñas, ampliando la hermandad el recorrido hasta la zona del centro histó rico.

Llegados al año 2003, y después de un lustro de procesiones por el barrio de Capuchinos y algunas céntricas calles, fue admitida esta Hermandad en la Agrupación de Cofradías, realizando en esa misma fecha su primera salida y estación penitencial en la Santa Iglesia Catedral en la jornada del Domingo de Ramos.

En 2005 se bendijo la nueva imagen de María Santísima del Dulce Nombre, también realizada por el imaginero cordobés Antonio Bernal, que efectuó su primer desfile el 23 de marzo de 2008.

Actualmente rige los destinos de esta corporación nazarena Gemma Pérez Barranco.