Por primera vez, la Pollinica salió sin Jesús Saborido. Bueno, en realidad no fue así, porque seguro que estaba en la mejor de las tribunas. Allí estaban su mujer, Paloma, y sus tres hijas. Calle Parras era un hervidero de gente, mucha gente. Tres años ... de espera. «Vamos para Dos Aceras». Y en ese momento se amontonaron un montón de vivencias, de hace nada más y nada menos que 50 años, cuando 'Jesús a su entrada en Málaga' salía desde los tinglaos de los altos de la referida calle, y cuando bajaba a los sones de una básica música de cornetas y tambores, simplemente, entre el griterío de los niños y de los mayores. Entonces se vendían en las calles los chicles 'bazookas', y María la lechera, seguía en su puesto que hacía un recodo en la calle..., a escasos metros de los Ultramarinos Carmona, con Paco y Eugenio. Eran días en los que se hacían bocadillos por cientos, porque aunque no se abría en Domingo de Ramos, las vísperas eran gloriosas. Bajaba la Pollinica por Dos Aceras, y la Mercería de Antoñito, la Peluquería de Juan, la portería de Mamabale, la tienda de Fotos Francis y el bar de Manolo se abrían de par en par aunque cerraran. Ayer bajó de nuevo la Pollinica por Dos Aceras, y no sé si sabiéndolo o no renovaron una vieja tradición que parecía perdida en los tiempos de un imaginario que se nos queda a unos pocos en la retina de nuestra historia, de nuestras vivencias. Me imagino que nadie en la Pollinica, porque Jesús Saborido ya no estaba, recordaba lo que significaba que en esos Domingos de Ramos, en torno a las tres de la tarde, bajara Nuestro Padre Jesús por Dos Aceras abajo en busca de una calle Carretería que, sin embargo, este año, por aquello de las obras, no repitió escena. Madre mía, la que se hubiera liado, con los Jurado, los Gómez y los Matos enseñando las ramas de olivo como hacían en aquellos años 60 del siglo pasado. ¿Eran mejores tiempos? Ni mejores ni peores, simplemente diferentes, así de claro hay que decirlo. Repito, bajaba la Pollinica por Dos Aceras y los balcones de las casas donde hoy está la casa hermandad de a Sangre se llenaban de tanta gente que era un milagro que no pasara nada malo. Y aquel joven Jesús, se paseaba arriba y abajo. Dos Aceras se llenaba de momentos estelares, que había gente vendiendo chicles, que no había más cosas... Bajar Dos Aceras era el comienzo de la Semana Santa de Málaga, y eso no era algo baladí, no era algo que pasara desapercibido... porque esa bajada tenía una tremenda importancia: comenzaban los desfiles procesionales, la interacción de un pueblo con sus tradiciones, con su historia y sus costumbres. Y Saborido subía y bajaba, sin ser hermano mayor, para ver cómo iba todo. Dos Aceras para abajo. Lágrimas y Favores no estaba agrupada, eran muchas menos cofradías, el Mutilado salía... Estamos hablando de hace mucho tiempo, cuando la Semana Santa de Málaga comenzaba cuando la Pollinica enfilaba Dos Aceras abajo para comenzar una tradición tan maravillosa como propia. Hoy, aquel niño que odiaba los Domingos de Ramos porque solía estrenar obligado pantalones que le picaban hasta la muerte, ha vuelto a asomarse a Dos Aceras 12/14, al primer piso, para ver pasar la Pollinica, y desde lejos creyó ver a Jesús Saborido pendiente de todo y a su primo Coco vendiendo el famoso chicle Bazooka... ¡Dios, qué impresionante Domingo de Ramos! Y hoy ya es lunes...
Suscríbete durante los 3 primeros meses por 1 €
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.