Así es el diseño del futuro trono del Cristo de la Victoria de Málaga

La presentación del proyecto del que será el trono del Cristo de la Victoria se ha celebrado en la tarde de este martes, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, en el marco de la exposición dedicada al diseñador Curro Claros, que se prolongará hasta el Miércoles Santo, y en la que el malagueño muestra su aportación a la Semana Santa andaluza a través de más de una treintena de creaciones, tanto en dibujo como la propia obra ya ejecutada.

El acto ha contado con la participación del hermano mayor de la Santa Cruz, así como con el sacerdote diocesano y hermano de la corporación, Álvaro López, quien ha realizado la propuesta iconográfica del trono, el exhermano mayor Alberto Stecchini y el propio artífice del proyecto, Curro Claros.

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Según se observa en el dibujo de Claros, y como ha recalcado el propio hermano mayor de la Santa Cruz, José Antonio Sánchez, las futuras andas procesionales del Cristo de la Victoria presentan un diseño que evoca a tiempos pasado, «con sabor añejo y malacitano», ha subrayado. De estilo neobarroco para ser ejecutado en madera de caoba y bronce, su morfología se relaciona con los característicos tronos de carrete, o de 'garganta', que imperaron en la Málaga del barroco, consistente en dos formas troncopiramidales, invertida la superior y unidas por su superficie más estrecha hasta configurar una forma de huso o fusiforme. Así, el trono del Crucificado proyectado por Curro Claros arranca de un sencillo baquetón que conforma la base estructural del conjunto lignario y de donde se erige una peana abombada, ricamente tallada, que, iconográficamente, a modo de cáliz, símbolo fundamental de la fe católica, recoge la sangre de Jesucristo como símbolo del triunfo de Cristo en la cruz. Por tanto, el peso simbólico y ornamental de la obra radica en la peana que alzará al Crucificado.

Del proyecto, también llama poderosamente la atención los cuatro sinuosos arbotantes esquineros de diez brazos y cincuenta puntos de luz que iluminarán al Crucificado, mientras que catorce tulipas –siete en cada costado– enmarcan las cartelas que decoran los flancos del trono. Estas cartelas, que se realizarán en madera de limoncillo policromada, a imitación de los trabajo en marfil, refuerzan la lectura alegórica del proyecto, que representa el misterio de la consagración o de la transubstanciación, momento culminante de la celebración eucarística en el pan y el vino, por la acción del espíritu santo, se convierten en el cuerpo y la sangre de Jesucristo. En consecuencia, el futuro trono del Cristo de la Victoria girará en torno a la eucaristía como tema central, en la que se celebra precisamente la victoria del Señor, la advocación del titular cristífero de la Santa Cruz, sobre la muerte.

En relación a los pasajes iconográficos que aparecen en en diseño, el frontal recoge la escena del lavatorio de pies, suceso relacionado con el día procesional de la hermandad, el Jueves Santo, que es cuando se produjo la institución de la eucaristía y cuando Cristo, en la última cena, se puso a lavar los pies a sus discípulos.

A los costados se ubican la multiplicación de los peces y la lanzada, el misterio que representa el momento en que Longino, montado a caballo, propina la sagrada lanzada a Jesucristo en el costado, que yace en la cruz, para cerciorarse de su muerte.

El discurso narrativo de la peana de carrete se cierra en la trasera con Jesús y los discípulos de Emaús, cuando este, en una cena con sus seguidores, al partir el pan, fue reconocido como el Mesías.

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La iconografía del conjunto se completa con la ubicación de las figuras de los cuatro evangelistas –San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan– en los ángulos del arranque de la peana de garganta y la representación de los siete sacramentos en diferentes escenas repartidas a lo largo del baquetón. Cada sacramento está representado según un pasaje de la vida de Cristo, como por ejemplo, la sanación de la madre de Simón, como alusión a la unción de enfermos, o el pasaje de las bodas de Caná, alusivas al sacramento del matrimonio.

En definitiva, un trono acorde al carácter de la hermandad en su acabado, en consonancia con las andas procesionales de la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia, y en su simbología, con la eucaristía como eje central de este conjunto ideado para el Cristo de la Victoria, que es obra del imaginero sevillano José María Leal y bendecido el 23 de noviembre de 2019 con el madrinazgo de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. Un Crucificado que, en palabras del propio escultor, «vuela» sobre la cruz. Es decir, que el cuerpo muerto del Señor, mediante una complicada combinación de elementos, como la postura anatómica, la expansión de la caja torácica o la caída de la cabeza, transmite una apariencia de vida que supera a la muerte.

Esta efigie, que la hermandad trabajará para que procesione el Jueves Santo de 2028, ya lo hizo de forma puntual en la cuaresma de 2022, precisamente por el centenario de la Agrupación de Cofradías.