Secciones
Servicios
Destacamos
Andrés Camino Romero
Viernes, 8 de septiembre 2023, 00:17
La Archicofradía de la Expiración celebra este año el centenario de la elección de Enrique Navarro Torres como hermano mayor, producida el 20 de junio de 1923. La actividad registrada por Navarro es inconmensurable tras permanecer 58 años al frente de la corporación de culto y procesión de la iglesia de San Pedro y ejercer casi 25 años el cargo de presidente de la Agrupación de la Cofradías en dos etapas diferentes: de 1935 a 1945 y de 1955-1969, amén de dos periodos: de 1932 a 1935 y de 1953 a 1955, que guió interinamente la entidad fundada el 21 de enero de 1921.
Así, en ambas instituciones, dejó una huella indeleble que podrá conocerse con más detalles en el libro titulado: 'ENRIQUE NAVARRO TORRES. El hombre que se convirtió en un mito de la Semana Santa de Málaga', editado por la propia archicofradía y cuya autoría corresponde a quien escribe estas líneas.
Con todo, hay una faceta que ha pasado totalmente desapercibida para el gran público: su trayectoria y labor como hermano y devoto de la Virgen de la Victoria. Por ello, y aprovechando la festividad de la Patrona y de la Diócesis de Málaga, he querido desvelar en este espacio que me brinda el Diario SUR su vinculación con la Real Hermandad de Santa María de la Victoria.
La falta de los libros de inscripción de hermanos y de actas –hasta aproximadamente los años ochenta–, impide conocerse la fecha del ingreso de Enrique Navarro en la Hermandad de Santa María de la Victoria, aunque todo parece apuntar que sería a partir de 1945, puesto que es el año del primer escrito que consta en el Archivo de la Archicofradía de la Expiración.
Dos años después recibía un oficio, fechado el 21 de marzo, en el que el canciller secretario de Cámara y Gobierno del Obispado, Manrique Moreno, le comunicaba, a instancias del obispo Ángel Herrera Oria, el nombramiento de moderador de la hermandad, rogándole la asistencia a la sacristía del Santuario de Santa María de la Victoria el día 22, a las siete y media de la tarde, a la terminación de la salve.
Para finales de ese año, el 23 de diciembre, se le convocaba a una reunión de la junta directiva, por entonces presidida por el ex alcalde y abogado Francisco García Almendro, para tratar asuntos relacionados con el triduo y procesión de la Virgen de la Victoria. Téngase en cuenta que desde la coronación canónica de la titular mariana, el 8 de febrero de 1943, cada año y por esa misma fecha tenía lugar en la Catedral un triduo de Acción de Gracias por la liberación de Málaga y por la paz mundial en honor de la Patrona.
Curiosamente, hay una fotografía –sin fechar, aunque podría situarse en la década de los cuarenta–, realizada por Eduardo Guerrero-Strachan Rosado, del retorno de la Virgen de la Victoria al Santuario (ver la foto de portada), donde se aprecia, en un descanso, a Enrique Navarro conversando animadamente con otros portadores del trono de la Patrona a su paso por la calle Santa María, a la altura de los jardines de la parroquia del Sagrario.
Nuevamente, y en el Archivo de la Archicofradía de la Expiración, se conserva una tarjeta, datada el 8 de febrero de 1951, en la que figura que el «Sr. Hermano Mayor de la Expiración» llevaría las andas de la imagen de la Virgen durante el 6.º turno, desde el convento de las Religiosas Bernardas, sito en la calle Victoria, hasta el jardín de igual nombre.
Al año siguiente, y con fecha 1 de febrero, recibía un saluda de la hermandad victoriana, comunicándole que si deseaba «ser portador del trono de la Stma. Virgen como en años anteriores, deberá retirar de la Sacristía de la S. I. Catedral, el emblema correspondiente, previa entrega de un donativo destinado a sufragar los gastos que la procesión origina».
Para la procesión del 8 de septiembre de 1956, se le asignó llevar «las andas de la Santísima Virgen durante el 1.º turno, desde Salida Catedral hasta Bolsa».
Tres años más tarde, y según los estatutos de la Hermandad de la Victoria, aprobados por el obispo Ángel Herrera Oria, disponía que la primera autoridad eclesiástica de la ciudad se reservaba el nombramiento de hermano mayor, del teniente hermano mayor y del delegado diocesano en la junta de gobierno. A tenor de estas facultades, don Ángel designaba el 25 de agosto de 1959 hermano mayor: al alcalde de la ciudad Francisco García Grana –hijo del citado Francisco García Almendro–; teniente hermano mayor: al comerciante Enrique Navarro Torres; y delegado del Obispo: al maestrescuela de la Catedral Manrique Moreno Arrebola.
Enrique Navarro recibió un decreto episcopal de nombramiento de teniente hermano mayor, firmado en la referida fecha que decía así: «Considerando las virtudes, competencia y acendrada devoción a la Virgen Stma. de la Victoria que concurren en DON ENRIQUE NAVARRO TORRES, habiendo aprobado los Estatutos de la Hermandad de Santa María de la Victoria, Patrona de Málaga y de su Diócesis, según los cuales Nos hemos reservado el nombramiento personal de TENIENTE HERMANO MAYOR de la referida Hermandad, por las presentes y en virtud de nuestras facultades ordinarias venimos en nombrar y nombramos para dicho cargo a DON ENRIQUE NAVARRO TORRES, confiando que su acertada gestión en el presente ejercicio de la Junta Directiva contribuya a encauzar y desarrollar el creciente amor de Málaga a su excelsa Patrona».
En una información facilitada por el Diario SUR de 27 de agosto, los nombramientos se basaban en «la capacidad y amor constante a la Virgen de la Victoria de dos personas que desde el primer momento y a través de todos los tiempos han consagrado su esfuerzo personal a mantener y desarrollar el amor y culto a la Patrona de Málaga en nuestra ciudad».
Más adelante, el 4 de septiembre, se citó a la directiva bajo la presidencia de Francisco García y del delegado episcopal Manrique Moreno, en la sala de juntas del Santuario de la Victoria. Abierta la sesión, tomaba la palabra monseñor Moreno, congratulándose de la formación de la directiva, esperando un fructífero trabajo en pro de la hermandad. Manifestaba el encargo de saludar cordialmente y de impartir la bendición paternal de don Ángel a cada uno de los miembros de la junta de gobierno. A continuación el hermano mayor mostró su gratitud y la de todos los integrantes al Obispo por la confianza depositada. Asimismo, subrayó que le producía una inmensa alegría que formara parte del gobierno de la corporación gloriosa Enrique Navarro, cuyos méritos eran de sobra conocidos por todos.
Tras darse cuenta de la relación de cargos, tomaba la palabra Enrique Navarro y «con vibrantes frases pide conste en acta y así se acuerda por unanimidad: primero la satisfacción que a todos los presentes y a Málaga entera ha producido la designación de Hermano Mayor de Santa María de la Victoria, recaída en la persona de don Francisco García Grana, queridísimo de todos y de quien se esperan los mayores aciertos en el engrandecimiento de la misma. Segundo, que conste igualmente la gratitud de la Junta hacia el excelentísimo y Rvmo. señor Obispo por haber escogido a su miembros, de entre las muchas personas amantes de Santísima Virgen». Además don Enrique manifestaba «tener grandes proyectos a este respecto, de los cuales ya tiene conocimiento el Hermano Mayor y oportunamente serán sometidos a la directiva de la Hermandad para que pronunciándose sobre los mismos, se haga realidad que en el año próximo esté situada la Hermandad en el puesto a que aspira».
Seguramente, una de las propuestas que Enrique Navarro le hiciera llegar a García Grana fuese que la Agrupación de Cofradías se ocupase de la organización de la procesión para 1960. La prensa local informaba que por encargo de la Hermandad de Santa María de la Victoria, la Agrupación se ocuparía del desfile del 8 de septiembre. A la vista de lo acordado, el presidente de la entidad rogaba a todos los hermanos mayores su asistencia a tan piadoso acto con sus insignias más destacadas.
Durante su segunda etapa como presidente, comprendida entre 1955 y 1969 como ya se especificó, sería el artífice de instituir la tradicional visita en el mes de mayo al Santuario de la Victoria para rendirle público homenaje a la Patrona. En el libro de actas de la entidad agrupacional puede leerse lo que sigue: «El Sr. Presidente da cuenta a la Junta del acuerdo concertado con el Sr. Cura Párroco de la Iglesia de la Victoria, para que el día 26, la Agrupación de Cofradías, efectúe el homenaje y ofrenda de flores a la Santísima Virgen. Asimismo manifiesta que asistirá al solemne acto, el muy Ilustre Señor Doctor Don Francisco Carrillo Rubio, Vicario General del Obispado y delegado Episcopal en nuestra Entidad. Exhorta a todos los hermanos mayores para que asistan en unión del mayor número de cofrades posibles a tan señalado acto, que se celebrará en el citado día y a las ocho de la tarde. Por la Secretaría se enviarán escritos recordatorios para tan señalado acto».
Esta más que acertada iniciativa de Navarro animó a congregaciones, asociaciones e instituciones a visitar a la Patrona en su sede canónica, tradición que, desde entonces, se mantiene vigente en el quinto mes del año. El hecho de que Navarro fuese presidente de la Agrupación y, a la vez, directivo de la Hermandad de la Victoria, le permitió tener una relación más fluida y directa con los hermanos mayores de las corporaciones penitenciales para que participasen en la procesión de la Patrona.
Enrique Navarro emprendió en la directiva victoriana algunas iniciativas singulares, como la de implicar a destacados miembros para que adquiriesen diez candelabros, siendo encargados al orfebre sevillano Manuel Seco Velasco, a quien ya conocía sobradamente por haber realizado la gran mayoría de los enseres procesionales (especialmente, el trono de la Virgen de los Dolores) de la Cofradía –hoy día Archicofradía– de la Expiración. Por tal motivo, el artesano hispalense le solicitaba el 27 de junio de 1961 la identidad de los donantes. Al mes siguiente, el día 5, Navarro le dirigía un escrito con los siguientes nombres: Francisco García Grana, Rvdo. P. Francisco Carrillo Rubio, Rafael Betés Ladrón de Guevara, José Vizcaíno Gallardo, Rvdo. P. Benigno Santiago Peña, Rafael Rodríguez Cansino, Federico Orellana Toledano, Miguel Orellana Martín y familia, Enrique Navarro Torres y Agrupación de Cofradías de Semana Santa. La inscripción que llevaría cada candelabro sería: 'EN OBSEQUIO A SANTA MARÍA DE LA VICTORIA, PATRONA DE MÁLAGA'.
Mientras tanto, en la entidad agrupacional se celebraba una reunión el 9 de agosto de 1962, solicitando Enrique Navarro que concurriesen a la procesión de la Patrona «sus directivos y cofrades en la mayor cantidad posible».
Si líneas atrás se efectuaba el comentario de una fotografía en la que se apreciaba a Enrique Navarro como portador de las andas del icono mariano, ahora se hace el de otra. Se trata de una instantánea, tomada en el año 1965 en el Compás de la Victoria, viéndosele delante del trono de la Virgen de la Victoria –por esos años iba a ruedas y empujado por hermanos–, junto con Francisco García Grana y, un poco más atrás, un jovencísimo José Tirado Romero.
Durante el tiempo que él presidió la Agrupación de Cofradías –hasta 1969, en que presentó la renuncia al puesto por motivos de salud–, se ocupó de recordar e invitar a los hermanos mayores de la visita a la imagen de Santa María de la Victoria.
En un oficio fechado el 24 de mayo de 1967 y dirigido al hermano mayor de la Cofradía de Viñeros, Luis Caffarena Sola: «le participa que el próximo lunes día 29, a las 8,30 de la tarde, celebrará nuestra Entidad su tradicional visita a nuestra Patrona, María Santísima de la Victoria, rindiéndole, en su Santuario, el homenaje de los cofrades malagueños y ofreciéndole una canastilla de flores. Para dar mayor brillantez y solemnidad a este acto, ruégole su asistencia personal acompañado del mayor número de directivos y cofrades de la Hermandad que tan dignamente preside».
Esta era una muestra inequívoca de su perseverancia para que las hermandades y cofradías agrupadas no se desafectasen ni descuidasen su vinculación con la Patrona de la ciudad.
Una vez más, y gracias a los recibos conservados en el Archivo de la Archicofradía de la Expiración, se sabe que Enrique Navarro pagaba al trimestre la cuota de 75 pesetas por su pertenencia a la Real Hermandad de Santa María de la Victoria.
Como devoto de la Patrona no dejaba pasar la ocasión para animar a acudir al Santuario. En 1975, y con motivo del 488.º aniversario de la toma de Málaga por los Reyes Católicos, se organizó una visita protocolaria por parte del Ayuntamiento. Al acto asistieron el alcalde accidental, José Ignacio Fernández Berjillos, acompañados de directivos de la Hermandad de Santa María de la Victoria, del general Buenaventura Cano Portal; del teniente de alcalde, Ramón Jiménez Sánchez-Morales; del secretario general, Ángel Ramón Jiménez; del jefe de Protocolo, Alfonso Prini Perona; del hermano mayor de la Congregación de la Divina Pastora, José Claros López; del hermano mayor de la Misericordia, José Tirado Romero y del propio Enrique Navarro.
En 1976, recibió una notificación del canciller del Obispado, proponiéndole el cargo de consejero de la Hermandad de la Patrona. El propio Enrique Navarro contestó el 5 de mayo con el siguiente tenor: «Recibido su atento oficio comunicándome el nombramiento de CONSEJERO dentro de la Junta Directiva y el Consejo General de la Hermandad de Santa María de la Victoria, Patrona de Málaga y de su diócesis, firmado por Su Excma. Rvdma. el Sr. Obispo, tengo el agrado de dirigirle estas líneas en prueba de aceptación al citado cargo, así como en reconocimiento por la designación de que he sido objeto. Con tan grato motivo, quedo a su entera disposición, saludándole muy atentamente». Si bien aceptó la propuesta, no pudo participar en las actividades emprendidas por la corporación presidida por Rafael Betés Ladrón de Guevara, dado su delicado estado de salud, pues contaba con 79 años.
Esta designación honorífica hay que interpretarla en prueba de gratitud por los años dedicados al engrandecimiento cultual y procesional de la Real Hermandad de Santa María de la Victoria.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
Iker Cortés | Madrid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.