Secciones
Servicios
Destacamos
Aunque todavía queda el Domingo de Resurrección para poner el definitivo final a la Semana Santa de 2023, Málaga guarda ya en su retina la brillantez de lo que han sido seis días de procesiones para enmarcar. La solemnidad y el recogimiento del Viernes Santo ... puso epílogo a una semana en la que la climatología acompañó por completo y que se pudo vivir en toda su plenitud después de los años duros de la pandemia.
Este Viernes Santo también fue un día de mucho público en las calles del Centro para disfrutar de los cortejos procesionales en las calles, aunque ya con el cansancio propio de unas jornadas que han sido muy intensas y que se han prolongado desde las primeras horas de la tarde hasta bien entrada la madrugada. Además hizo algo más de frío que los días precedentes.
La primera cofradía en ponerse en marcha fue la del Monte Calvario, que lució uno de los principales estrenos de esta Semana Santa, el bordado del techo del palio, lo que pone fin a la ejecución de una importante obra del bordado que ha requerido 13 años para completarse. Dos diseñadores, el recordado Eloy Téllez y Fernando Prini, y dos talleres de bordado, el de Salvador Oliver en Málaga y el de Jesús Arco en Granada, han ejecutado este palio que queda ya como una de las joyas más admiradas de las cofradías.
Noticia Relacionada
Pasión del SUR
El palio representa un frondoso y tupido jardín, colmado de frutos, flores y hojas, cuya composición sigue un patrón geométrico, al estilo de las alfombras persas. El centro es un medallón de contorno mixtilíneo: la gloria, en la que está representado el Monte Calvario y las tres cruces. En torno a ella se encuentra la parte más densa y rígida de la obra, conformada por ricas molduras gallonadas que se entrecruzan –con predominio de hojilla y cartulina–, formando un voluminoso marco que recuerda a una armadura mudéjar. En ella se incrustan cuatro querubines plañideros, labrados en marfil por Juan Manuel Parra, con alas ejecutas en lentejuela de nácar y canutillo inglés, que custodian el centro de este jardín.
Desde el barrio de La Malagueta volvió a llegar hasta el Centro de la ciudad la Hermandad del Descendimiento. El consejero de la cofradía Rafael Domínguez dio los primeros toques de campana en el trono del Cristo, y en el de la Virgen hizo lo propio el presidente de la Agrupación de Cofradías, Pablo Atencia. Este año, la hermandad varió su recorrido de regreso y discurrió por toda la calle Guillén Sotelo, por detrás del Ayuntamiento, hasta su encierro.
El Descendimiento presentó ente sus novedades la restauración del guión, una gran pieza del bordado realizada por las hermanas Martín Cruz. También la Archicofradía de los Dolores de San Juan lució la restauración de su guión por el taller de Manuel Mendoza. Uno de los momentos más emotivos del Viernes Santo se vivió en la plaza de Arriola, donde las Hermanas de la Cruz volvieron a cantar al paso del Cristo de la Redención y la Virgen de los Dolores, una tradición que se inició de forma espontánea en 1978 y que perdura.
La de este Viernes Santo fue una salida especial para la Cofradía del Amor porque además de su desfile procesional dieron comienzo los actos con motivo del centenario fundacional. El consejero de Turismo, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía, Arturo Bernal, dio los primeros toques de campana para dirigir el trono del Crucificado, que salió a los sones de la marcha 'Cristo del Amor'. Un cuarto de hora después salió la Virgen de la Caridad, cuyo trono lució un exorno floral a base de rosas blancas.
Del barrio de la Trinidad partió el cortejo del Santo Traslado y la Soledad de San Pablo, cuyas coloristas túnicas pusieron el contrapunto al negro clásico de la jornada. La popular cofradía estrenó los nimbos y halos para los santos varones y las santas mujeres y un tul bordado en oro fino del siglo XIX.
El barrio del Molinillo se echó a la calle en su día grande para arropar a la Piedad. Un soneto y una saeta fueron las plegarias que recibió en su salida el trono, exornado con un monte de lirios salpicados de rosas.
Una saeta saludó la salida del Sepulcro, la cofradía oficial de Málaga, que cerró la nómina de hermandades agrupadas en el recorrido común de las procesiones con un nutrido y sobrecogedor cortejo. Los primeros toques de campana en el trono del Señor los dio el responsable de protocolo, Antonio Romero, y la delegada del Gobierno andaluz, Patricia Navarro, fue la encargada de levantar el trono de la Virgen de la Soledad. Tras el encierro, el trono del Cristo fue bajado en la casa hermandad por el hermano mayor, Pablo Sánchez, y el deán de la Catedral, José Ferrary, hizo lo propio en la Virgen. Prácticamente sin solución de continuidad, el Sepulcro ha convocado para este mismo Lunes de Pascua un cabildo de hermanos para decantarse por uno de los dos diseños elaborados para un nuevo manto bordado para su titular por parte de Fernando Prini y Antonio Moreno, respectivamente.
El Viernes Santo volvió a tener como punto y final el luctuoso cortejo de la Virgen de los Dolores de Servitas, evidente aviso de que la Semana Santa de Málaga de 2023 llega a su fin a la espera del gozoso Domingo de Resurrección.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.