Churriana acude al encuentro de su Patrona, la Virgen del Rosario

Pasadas las seis y media de la tarde la Virgen ha salido de la casa hermandad de la Cofradía de San Isidro Labrador a los sones del himno nacional, interpretado por la banda de música 'Maestro Eloy García' de la Archicofradía de la Expiración, entre los aplausos de los fieles que asistieron al inicio de la procesión.

El cortejo lo ha abierto la cruz guía, flanqueada por dos ciriales, y ha estado compuesto por el estandarte de la Virgen y dos faroles, una representación de la Hermandad de San Isidro Labrador y de la Hermandad de los Dolores con los guiones corporativos, hermanos con bastones, monaguillos, la cruz parroquial, los ciriales y el director espiritual de este grupo de la parroquia de San Antonio Abad.

La Patrona de Churriana ha procesionado sobre el antiguo trono de la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno del Paso de esta barriada, llevado por 70 jóvenes portadores con traje oscuro, luciendo una media luna a los pies y un exorno floral con calas, algodón, alstroemería, rosa spray, margarita loli pop y lisianthus, todo de color blanco.

A lo largo del itinerario se ha ido incrementando el público en las aceras, como en la avenida de San Javier, donde han surgido los vivas a la Virgen y aplausos, o ante la sede de la Peña San Antón, cuando el coro parroquial 'Hosanna' ha dedicado unas canciones a la imagen, y muy especialmente en la calle San Fernando. Engalanada para el paso de la titular, esta vía ha presentado los balcones y las fachadas con banderolas y reposteros con los colores celeste y rosa, bajo un cielo de 5.000 flores blancas, cadenetas de bombillas y una profusa alfombra de hierbabuena. En este enclave se han interpretado varias marchas procesionales como 'Madre de Dios del Rosario' y 'Virgen de los Remedios', de Sergio Bueno, y han intervenido los Hermanos Ortigosa cantándoles unas plegarias desde un balcón.

Asimismo, otros momentos de especial interés han sido el paso de la Virgen por la calle Doctor Castañón a los sones de 'Pasa la Soledad', de José Antonio Molero, y la subida a Camino Nuevo enlazando cuatro piezas musicales, antes de su encierro, pasadas las diez de la noche.