Nuestro Padre Jesús Cautivo. Hugo Cortés
#AlhilodelaSemanaSanta

El Cautivo viene a verte

Antonio moreno

Lunes, 6 de abril 2020, 00:35

¿Quién te iba a decir a ti hace un mes que este Lunes Santo el cautivo ibas a ser tú? Sí, tú. Mírate ahí preso en tu casa. Encerrado entre cuatro paredes. Enclaustrado, confinado, prisionero, recluso. Las manos atadas: «¡No toques nada! ¡No te las lleves a los ojos, ni a la boca, ni a la nariz!». ¿Has intentado abrir una bolsa del Mercadona con los guantes puestos? Es imposible. La mascarilla, las gafas que se empañan… ¿Esta es la mano con la que he cogido el dinero o era la otra? ¿Ahora con qué mano cojo la fruta? ¡Y qué ganas de pillar de nuevo el Paseo Marítimo y pasear arriba y abajo! ¿Verdad?

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Atados, este Lunes Santo estamos todos atados de pies y manos. Como atado estaba Lázaro, el amigo de Jesús, dentro del sepulcro, con las vendas y el sudario. Cuando el Señor lo resucitó, le dijo: «¡Lázaro, ven fuera!» y enseguida ordenó a los que contemplaban la escena: «Desatadlo».

En el Evangelio de hoy, vemos a Jesús comiendo tranquilamente con él unos días después. La casa de Lázaro y sus hermanas Marta y María, en Betania, era el lugar de descanso del Señor, donde él reponía fuerzas, y le ofrecieron una cena. Marta, que por eso es patrona de los hosteleros (¡este año hay que pedirle especialmente por ellos!), les servía. Y María dicen que «tomó una libra de perfume de nardo, auténtico y costoso, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su cabellera. Y la casa se llenó de la fragancia del perfume». Ante la reprimenda de Judas por el derroche, Jesús le contesta: «Déjala; lo tenía guardado para el día de mi sepultura; porque a los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis».

El Lunes Santo 2020 no se ha suspendido ni mucho menos. Este Lunes Santo, así lo ha dispuesto Él, no somos nosotros quienes vamos a ver a Jesús Cautivo, llenando las calles. Es el Señor de Málaga quien va a llenar nuestras casas viniendo a visitarnos a nosotros, cautivos en ellas. ¿Lo serviremos como se merece? Jesús Cautivo está hoy en tu mujer, en tu marido, en tus hijos, en quienes comparten confinamiento contigo, porque no siempre nos tendremos… Prepárales un banquete, derrocha, sírvelos, que la fragancia del amor llene tu casa en la esperanza de que pronto nos dirán: Paco, Maricarmen, Manoli… ¡salid fuera!

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