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Cuadro del Cachorro que conserva la Archicofradía de la Esperanza, y fotografía de la Virgen a mediados del pasado siglo. Sur / Fondo Bienvenido Arenas. Archivo CTI-UMA
El Cachorro de Sevilla y la Esperanza de Málaga: Desconocido precedente de una relación histórica

El Cachorro de Sevilla y la Esperanza de Málaga: Desconocido precedente de una relación histórica

La vinculación de ambas cofradías, que podrían protagonizar una inédita procesión por Roma dentro de dos años, se remonta a 1949

Alberto J. Palomo Cruz

Lunes, 27 de noviembre 2023, 00:16

Desde el pasado mes de septiembre viene siendo muy comentada la posibilidad de que salga en procesión por Roma, como colofón al gran Jubileo de las Cofradías que tendrá lugar en 2025, el trono e imagen de María Santísima de la Esperanza de Málaga junto al paso y el Crucificado sevillano de la Expiración. Tal propuesta, ideada por la cofrade Paloma Saborido, aúna las dos ciudades que, sin duda alguna, cuentan con las celebraciones públicas de Semana Santa más importantes de todo el orbe católico. Implica además a dos hermandades que cuentan con unos titulares cuya popularidad trasciende fronteras y que son el aliciente idóneo para culminar un encuentro magno que reunirá a cofrades de todo el mundo y en el que la religiosidad andaluza ocuparía un sitio preponderante. Por supuesto, hacer realidad esta empresa requiere vencer muchos obstáculos de todo orden, pero hoy en día, cuando no pasa de ser un proyecto todavía no refrendado oficialmente, es una iniciativa que hace soñar a los procesionistas, tanto de Málaga como de Sevilla.

A cuenta de todo esto, husmear en las hemerotecas nos ha llevado a descubrir algo parecido a un precedente en el tiempo que enlaza en cierta forma a la Archicofradía del Paso y la Esperanza con la Pontificia del Cristo de la Expiración y el Patrocinio. Según recogían las páginas del diario SUR, en la tarde del 27 de junio de 1949 se celebró un acto de confraternización entre estas dos corporaciones, teniendo lugar en la capilla de la Archicofradía perchelera, en la iglesia de Santo Domingo. Estuvieron presentes en el mismo, el entonces hermano mayor Manuel García del Olmo, acompañados de los directivos Abela, Mena, Medina, Jurado y un numeroso grupo de hermanos esperancistas.

Por parte de la Cofradía de la Expiración, más conocida por el apodo que recibe su Crucificado titular, 'el Cachorro', recayó la presidencia de la delegación en Antonio Mateo Torres, designado especialmente para ello en atención a ser «sevillano de cuna y malagueño de adopción». En las palabras que dirigió a los asistentes recalcó: «…el afecto y cariño con que allí miramos a esta simpatiquísima y querida hermandad. Y pueden ustedes creer que es para mí un verdadero orgullo y que siento una enorme satisfacción, ya que me brinda la oportunidad de rendir homenaje a esta hermandad, a la que tanto quiero, y al propio tiempo coadyuvar para la continuación de una gran amistad, fraterna y llena de contenido espiritual». Dicho lo cual hizo entrega de un cuadro que enmarcaba una artística fotografía del busto del famoso Cristo expirante que tallara Ruiz Gijón, hacia 1682, obra con la que conseguiría pasar a la historia del Arte.

Recibida semejante donación con las expresiones de agradecimiento que cabía esperar por parte de los cofrades malagueños, dicha reproducción quedó entronizada en la capilla donde, al parecer, colgó de uno de sus muros laterales durante varios años. En la actualidad, se conserva en la sala de juntas de la casa hermandad de la Esperanza. Se trata de un cuadro con enmarque dorado y un paspartú de damasco rojo sobre la que destaca una preciosa fotografía en blanco y negro del perfil de la cabeza del impresionante Crucificado, sin postizo alguno, ya que por esa época comenzó a ser frecuente que sus capilleres le hicieran prescindir de la corona de espinas y las potencias que, en la actualidad, han vuelto a recuperar. En el ángulo inferior derecho, escrito en pluma sobre la instantánea, hay una dedicatoria realizada a mano con una preciosa caligrafía que dice: «A la Real Archicofradía del Dulce Nombre de Jesús del Paso y Ntra. Sra. De la Esperanza de Málaga, le dedica este recuerdo en símbolo de aprecio fraternal, la del Cachorro de Sevilla. Sevilla a 1 junio de 1949. El hermano mayor (firma)». Quien estampó la rubrica en cuestión, era Daniel Herrera Ortiz, que llevaba desempeñando tal responsabilidad desde 1935 y que seguiría haciéndolo hasta 1957, cuando ya estaban muy avanzadas las obras de la actual basílica del Cristo de la Expiración. Reputado 'cachorrista', ejerció junto a su esposa el padrinazgo de la bendición del milagroso simpecado de la Hermandad del Rocío de Triana.

El 'fake' de la coronación de la Macarena en el Vaticano

Siguiendo un orden cronológico, el ensueño de los cofrades andaluces por procesionar en la capital del catolicismo se remonta a los años anteriores a la coronación canónica de María Santísima de la Esperanza Macarena, allá por 1964, aunque hay que aclarar de inmediato que aquello se trató más bien de una broma, un 'fake' como se dice ahora. Todo se debió a una ocurrencia del recordado cofrade Juan Marín Vizcaíno, director del Boletín de las Cofradías del Consejo de Sevilla que, apasionado macareno como era, no tuvo otra cosa que expandir el bulo que tan famosa Virgen sería trasladada hasta la Ciudad Eterna para ser coronada por el mismo Papa Pablo VI, lo que implicaba además el traslado de la imagen y su paso en un navío de la Armada Española. Lo relevante fue que la supuesta información la iba transmitiendo Vizcaíno a escogidas personas a las que rogaba que no comentara nada de ello. Como es de imaginar, el secreto a voces corrió velozmente por toda Sevilla, haciéndose famosa la coletilla con la que terminaban de comentarlo cada persona que lo iba transmitiendo 'confidencialmente': «Te lo digo yo, que lo sé de buena tinta».

Por el contrario, a este chascarrillo, tenemos, más cercano en lo físico y en el tiempo, la realidad de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, donde pasos y tronos de toda España, incluida Málaga y Sevilla, desfilaron en 2011, como uno de los actos más destacados de este encuentro presidido por Benedicto XVI. De sobras es conocida la enorme receptividad mostrada en aquella ocasión por parte de las hermandades malagueñas en contraste con las reticencias y los prejuicios chauvinistas de un sector del procesionismo sevillano que incluso motivó que el arzobispo hispalense, monseñor Asenjo, se lamentara, según declaró, de una falta evidente de «eclesialidad». Finalmente, es sabido que procesiónó por las calles madrileñas, en representación de la Semana Santa de la ciudad de la Giralda, el paso de María Santísima de Regla, mientras que nuestra ciudad quedó representada con los tronos y titulares del Prendimiento y la Buena Muerte.

Sin embargo, la primera hermandad penitencial que hizo realidad transitar procesionalmente por las históricas calles de Roma, incluida la mismísima Via della Conciliazione, fue Nuestra Señora del Mayor Dolor, de la Cofradía de los Escolapios de Granada. Tal proeza la llevó a cabo el 18 de junio del año 2000, partiendo desde la iglesia de San Juan de los Florentinos hasta llegar a la plaza de San Pedro del Vaticano donde fue recibida por el Papa Juan Pablo II.

De llevarse a cabo el proyecto que se está gestando para 2025, pasará de ser un acontecimiento importantísimo a todo un hito para la historia cofrade y que, además, contribuirá a estrechar la cooperación y los lazos afectivos que deben primar entre las hermandades de las dos ciudades hermanas. Una relación que arrancó hace casi 75 años en un gesto entre el Cachorro y la Esperanza desconocido por muchos.

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