¡Arriba con la tradición en el Jueves Santo de Málaga!

Día grande en El Perchel, que se echó a la calle para acompañar a una de las imágenes con mayor devoción en Málaga: Nuestro Padre Jesús de la Misericordia. El Chiquito volvió a levantar pasiones y hacer vibrar a su barrio. Un buen número de promesas acompañó al trono, al frente del cual fueron como mayordomos Agustín Soler, hermano mayor que se estrenó en un Jueves Santo, y Antonio López Nieto.

En el frontal del trono fueron las gorras de los oficiales del Ejército del Aire capitán Borja Aybar y el teniente Fernando Pérez, fallecidos el pasado año. La representación del Ejército del Aire estuvo encabezada por dos tenientes generales, Juan Carrasco y Rafael Otero, el general de división Alfonso Otero y el coronel de la base aérea de Málaga, Jesús Canales.

La Legión española renovó un año más su vínculo indisoluble con el Cristo de Mena y Málaga. Miles de personas se echaron por la mañana a las calles de la ciudad para presenciar los actos protagonizados por las tropas legionarias: el desembarco en el muelle 2 de la compañía de honores de la décima bandera del Tercio Alejandro Farnesio IV de La Legión, su desfile hasta la iglesia de Santo Domingo y el traslado del Cristo de la Buena Muerte desde su capilla al trono procesional.

Después de una espera de casi media hora mientras llegaban las autoridades, los legionarios llegaron entre vítores y aplausos.

Los sones del Himno Nacional precedieron la salida del Cristo de la Buena Muerte desde la oscuridad del interior de Santo Domingo a hombros de dos escuadras, a lo que siguió la interpretación de ‘El novio de la muerte’. Después vino el toque de oración en recuerdo a los caídos, la interpretación del himno de La Legión y el recitado de dos máximas del credo legionario cuando el Cristo fue entronizado.

La ministra de Defensa, María Dolores de Cospedal, presidió por segundo año consecutivo los actos en honor al Cristo de Mena en su traslado. Estuvo acompañada por sus compañeros de gabinete Juan Ignacio Zoido (Interior), Rafael Catalá (Justicia) e Íñigo Méndez de Vigo (portavoz y Educación), el comisario europeo de Energía, Miguel Arias Cañete; el jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra, Francisco Javier Varela; el almirante jefe de la Flota, Juan Rodríguez Garat; el general jefe de la Brigada de La Legión, Juan Jesús Martín, entre otras autoridades.

La Virgen de la Soledad Coronada, de la Congregación de Mena, salió ayer acompañada por vez primera por la banda de música que ha creado esta corporación del Jueves Santo y que ya se ha estrenado en los pasados días de esta Semana Santa. Con un exquisito exorno de fresias, calas y rosas blancas, el trono fue acompañado por diez guardiamarinas de la Escuela Naval de Marín, de Pontevedra. El hermano mayor, Antonio de la Morena, ejerció de mayordomo junto a otros.

El Cristo de la Vera Cruz, sagrado titular de la Reales Cofradías Fusionadas, fue la última imagen en pasar por el recorrido oficial. Tras la alegría y la grandiosidad de la Esperanza, se hizo el silencio y el recogimiento de la Vera Cruz anticipó lo que esta previsto que se viva hoy en las calles de Málaga. La imagen, que salió de la iglesia de San Juan, fue portada por hermanos con la cara cubierta con un capillo color verde. El Cristo de la Vera Cruz es el Crucificado más antiguo de la Semana Santa de Málaga.

Tres militares de la Unión Militar de Emergencias (UME) salieron ayer en la procesión de Viñeros: el teniente coronel Isaac López García, jefe del segundo batallón de Intervención en Emergencias con sede en Morón; el comandante de ese batallón, Álvaro Martín Molina, y el capitán Matías Lacal Vázquez. El Ayuntamiento de Málaga ofreció un reconocimiento a la UME por su intervención para rescatar al malagueño Jorge Gómez Varo, cofrade de Viñeros que falleció en el terremoto de México en septiembre pasado.

La Cofradía de Viñeros es santo y seña de la zona de Carretería. Los nazarenos se pusieron en marcha desde la iglesia de Santa Catalina y pasaron por delante de la casa hermandad para poder ver al Señor de Viñeros y a la Virgen del Traspaso y Soledad, que lució radiante con su nueva candelería. Los hombres del trono del Nazareno de Viñeros lo levantaron de modo muy lento para entrar en la Tribuna de los Pobres. El hermano mayor, Leopoldo Guerrero, que se recupera de una operación en una pierna a causa de un accidente, fue en una silla de ruedas, vestido de nazareno, tras la Virgen.

Entre dos barrios, la Trinidad y el Perchel, reina María Santísima de la Amargura. La Virgen de la rosa roja es una imagen de intenso fervor popular como se demostró de nuevo ayer en su recorrido por las calles de la ciudad, en el que llevó la corona antigua, como también hizo en 2017. En la procesión de la Hermandad de Zamarrilla, la representación del Rey la ostentó Santiago Aguado, coronel inspector del Arma de Caballería. En un acto celebrado por la mañana, se entregó en la ermita el nazareno de plata a José Soria, albacea de la cofradía. Por su parte, la rosa de la Virgen la recibió Gloria Papiri, camarera de María Santísima de la Amargura. Hubo una gran petalada en la calle Carretería preparada por el grupo joven de la hermandad.

El Jueves Santo se abrió con la sobriedad y el recogimiento de la Hermandad de la Santa Cruz. La gran novedad fue el estreno de la saya que lució la Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia, una obra salida del taller de Joaquín Salcedo. En un día de tronos de grandes dimensiones, Santa Cruz aportó un cortejo caracterizado por la espiritualidad. La procesión, una vez completado el recorrido oficial, hizo estación de penitencia en la Catedral.

El Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso lució por primera vez en su desfile del Jueves Santo la túnica que le ha bordado Salvador Oliver con diseño de Eloy Téllez. Una pieza de alta calidad, que refulgió en la noche malagueña.

El hermano mayor de la archicofradía, Carlos López Armada, fue el encargado de dar los primeros toques al trono del Señor. Detrás del Nazareno del Paso desfiló una representación del Cuerpo de Intendencia del Ejército de Tierra encabezada por el general de división José María de Barutell Rubio, acompañado de catorce jefes y oficiales de este cuerpo, que cumple 75 años de vinculación con la hermandad.

En el trono de la Virgen, el encargado de dar los primeros toques fue el exhermano mayor y medalla de oro de la archicofradía Carlos Ismael Álvarez, a quien López Armada le regaló un martillo.

Por segundo año consecutivo el romero se repartió a mano y en esta ocasión, como novedad, se hizo desde la cruz guía. El periodista Matías Prats fue el encargado de recitar el soneto que precedió a la bendición del Nazareno del Paso en la Tribuna Oficial y en la Tribuna de los Pobres.

Todo ello en un Jueves Santo especial en el que en la mente de los hermanos estuvo muy vivo el recuerdo de dos grandes archicofrades fallecidos en los últimos meses: el doctor Luis Méndez y el profesor y académico Antonio Garrido Moraga.

Micrófono en mano, vestido con la túnica nazarena de la sección de la Virgen de la Paz, el hermano mayor de la Sagrada Cena, Rafael López Taza, momentos antes de la salida de la cofradía, dio la bienvenida a los nuevos hombres de trono y pidió a los veteranos que les enseñasen que lo que se vive bajo los varales de los dos tronos es magia. Junto al hermano mayor estaba el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, que dio los primeros toques de campana del Cristo. López Taza impuso la medalla de la cofradía a los delegados del Gobierno andaluz en Málaga y de Empleo, José Luis Ruiz Espejo y Mariano Ruiz Araujo, respectivamente. Por segundo año consecutivo, el cortejo pasó por la calle Fajardo en busca de la plaza de Camas tras la salida. Ambos tronos fueron llevados de forma espectacular, con una simbiosis perfecta con la música, lo que hizo que el público aplaudiera para reconocer ese esfuerzo.