Entrevista
«No es realmente cierto que el obispo Balbino Santos obligara a las cofradías a montar los tronos fuera de las iglesias»Entrevista
«No es realmente cierto que el obispo Balbino Santos obligara a las cofradías a montar los tronos fuera de las iglesias»El historiador Andrés Camino presenta este viernes un nuevo libro que, si bien hay que catalogarlo dentro de la temática cofrade, arroja, también, una serie ... de datos y curiosidades que nos sirve para recordar, conocer, en algunos casos, y comprender, a través de la biografía de varios malagueños de nacimiento o de adopción de la época, cómo era la Málaga del siglo XX. Después de 'Personajes de la Semana Santa de Málaga. Vida y obra de 72 cofrades', editado en 2021 por la Agrupación de Cofradías, con motivo del centenario fundacional de la entidad, llega 'Personajes de la Semana Santa de Málaga. Vida y obra de 33 cofrades', publicación que nace bajo la colección 'Libros La Saeta', editada, igualmente por el ente agrupacional, al que Camino se encuentra vinculado desde hace más de dos décadas, no en vano, es director de la revista oficial de la Semana Santa de Málaga, la más antigua en su género a nivel nacional.
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'Personajes de la Semana Santa de Málaga. Vida y obra de 33 cofrades' se dará a conocer este viernes, a las 19.30 horas, en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés, a cargo del periodista de SUR Antonio M. Romero.
Su precio de venta es de 25 euros y podrá adquirirse en librerías de El Corte Inglés y Proteo, en la tienda de la Archicofradía del Paso y la Esperanza, y en el quiosco de prensa de calle Larios.
-Nuevo libro sobre personajes de la Semana Santa de Málaga. ¿Podemos decir que es una segunda parte de aquel libro que publicó hace tres años sobre la biografía de 72 cofrades que dejaron huella en las hermandades malagueñas?
-En efecto, es una continuación de aquella obra que tuvo una excelente acogida entre el público cofrade, llegando a agotarse la edición. Con la premura de tiempo no pude alcanzar la cifra de los cien personajes, por aquello del centenario fundacional de la Agrupación de Cofradías, y me acogí al número 72, el de los primeros emisarios de Jesucristo mencionados por el evangelista san Lucas.
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-Conocemos numerosos artículos centrados, principalmente, en la historia, que cuentan con su firma. Sin embargo, el género memorialístico comenzó a cultivarlo recientemente. ¿Cómo y cuándo empezó a interesarse por la biografía de personas vinculadas a la Semana Santa de Málaga?
-Precisamente cuando usted dirigía la revista 'Grial', de la Hermandad de la Sagrada Cena. En la editada en la cuaresma de 2010 publiqué un artículo titulado 'El espíritu cofrade de Francisco de Asís Cabrera Anaya'. Ahí empezó el camino. Por lo tanto, llevo catorce años dedicándome a investigar a hombres y mujeres que dieron lo mejor de sí, en sus distintas facetas, por las hermandades y cofradías penitenciales.
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-La primera vez fueron 72 cofrades y ahora, en este libro, se centra en la figura de 33. ¿Ese número viene dado por la edad que se cree que tenía Jesucristo a su muerte y resurrección?
-Así es. He querido continuar con la simbología de los números. El próximo libro, si Dios quiere, tendrá que ser el de doce, el número de apóstoles de Jesús.
-Construir una biografía debe ser, incluso, más complicado que escribir sobre un hecho histórico, ¿no cree?
-Bastante más. El mayor obstáculo es lograr datos personales y, para ello, habría que contactar con un familiar que no siempre es posible. Sin embargo, la parte cofrade (por ejemplo, su pertenencia a una hermandad), resulta más accesible por las fuentes escritas o impresas que pueden consultarse.
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-¿Qué fuentes utiliza a la hora de buscar información sobre estos personajes?
-Las documentales y hemerográficas y, en menor medida, las bibliográficas y electrónicas.
-En su primer libro arrancó en el siglo XVIII. En cambio, en esta nueva publicación se centra en el siglo XX. ¿Por qué esta centuria?
-Porque se puede obtener más información y, además, es el siglo en el que hemos nacido y nos hemos formado como cofrades. Por consiguiente, es interesante conocer aquellos hombres y mujeres, que también las hubo, aunque no en el número que hubiésemos deseado, que diseñaron y trabajaron por la Semana Santa que hoy conocemos.
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-¿Se atrevería a afirmar que el XX ha sido el siglo más importante de la Semana Santa de Málaga?
-Estoy completamente seguro. La Semana Santa vivió una época de esplendor en los años veinte, pero se tuvo que reinventar tras la guerra civil, gracias a la figura de Enrique Navarro, uno de mis cofrades de referencia que se recogió en el libro de los 72 personajes. Recientemente, he escrito un libro dedicado a él titulado: 'Enrique Navarro Torres, el hombre que se convirtió en un mito de la Semana Santa', editado por la Archicofradía de la Expiración con motivo de los cien años (1923-2023) de su elección como hermano mayor.
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-Entre las 33 biografías vemos un solo obispo, Manuel González. ¿Qué aportó este prelado a la Semana Santa de Málaga?
-Bajo su pontificado tuvo lugar un más que destacado número de fundaciones, reorganizaciones y revitalizaciones de hermandades y cofradías, no vistas hasta entonces. Don Manuel González no dejó pasar ni una a las corporaciones nazarenas que no cumplían con las normas establecidas por él. De hecho, suspendió, en 1927, a la junta de gobierno de la Cofradía de la Expiración por celebrar una cruz de mayo. Enrique Navarro, que era el hermano mayor, tuvo que pedir perdón y se levantó el castigo, pero este hecho sirvió de aviso a navegantes.
-Tras el episcopado de monseñor González vinieron los de Balbino Santos, Ángel Herrera Oria, Emilio Benavent, Ángel Suquía, Ramón Buxarrais y Antonio Dorado. ¿Algún obispo para el próximo libro? Porque imagino que, como se suele decir, no hay dos sin tres y habrá una tercera entrega.
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-Sí, estoy realizando una biografía de don Balbino Santos Olivera. Se le ha tratado injustamente, colgándosele el 'sambenito' de que obligó a las cofradías a montar los tronos fuera de las iglesias. Eso no es realmente cierto, al no poderse demostrar. No he encontrado ningún documento en el que se recoja esa decisión. Por otra parte, nunca, que yo sepa, ha habido una autocrítica ni tan siquiera se ha cuestionado la actitud de los cofrades a la hora de incumplir unas normas en una época de rectitud, dictadas por el propio Santos Olivera.
-Usted escribió en el primer libro sobre varios presidentes de la Agrupación de Cofradías, caso de Antonio Baena, el primer cofrade que presidió la entidad, Enrique Navarro, un hombre clave en la Agrupación, Alfonso Sell Aloy, José Atencia García y Carlos Gómez Raggio. En cambio, en este nuevo libro centra su atención en José Álvarez Gómez, Dionisio Ric y Jesús Saborido. De los tres, ¿quién fue más decisivo para la entidad?
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-Sin duda, Jesús Saborido. José Álvarez pasó parte de su mandato enfermo de cáncer, siendo sustituido interinamente por Enrique Navarro. Dionisio Ric, estuvo solo un año al frente de la institución, y Saborido, durante los seis años de su presidencia, organizó y celebró el 75.º aniversario fundacional de la Agrupación, que no es poca cosa, incorporó una cotitular a la entidad, María Santísima Reina de los Cielos, y 'colocó' la primera piedra de lo que sería el vía crucis agrupacional del primer viernes de cuaresma.
-¿Qué personaje le ha costado más la reconstrucción de su biografía?
-El hermano mayor de la Soledad de San Pablo, Antonio Molina Fernández, por la falta de datos. Siempre queda la puerta abierta para que, en el futuro, se puedan aportar datos biográficos.
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-Se dice que nadie es imprescindible en la vida, pero ¿usted cree que sin la figura de tal cofrade, esa cofradía o la Agrupación no habría llegado a la posición que está hoy día?
-Es difícil responder a esa pregunta. Por eso digo que no sé qué podría haber ocurrido en la Cofradía de la Expiración y la Agrupación de Cofradías sin la figura de Enrique Navarro. Quizá, sería una cofradía diferente, sin haber llegado a lo más alto del procesionismo malagueño. Y en la entidad agrupacionista, tendría que haber surgido otro 'padre' de la reconstrucción de la Semana Santa.
-Encontramos un periodista cofrade en este libro, Antonio Guadamuro. Háblenos de este personaje.
-Mi trato fue más intenso en los últimos años de vida de Guadamuro. Siempre estaba muy pendiente de la presentación de la revista La Saeta. En cierta ocasión me confesó que, cuando pusimos en marcha la edición de Otoño, no era partidario de ella, pero que, con el tiempo, se fue convenciendo de la idoneidad. Este tipo de manifestaciones le honraban y le hacían grande como persona. Se le echa de menos.
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-¿Y qué me dice de los investigadores cofrades? No vemos ninguno en este libro y, sin embargo, en el siglo XX aparece una serie de personajes, como usted mismo, que se dedican a la investigación cofrade.
-De algunos ya se dio cuenta en el libro de los 72 personajes. En el futuro tendrá que tratarse de dos ejemplares cofrades que se han marchado muy pronto al cielo: Augusto Pansard y Manuel Molina, este último más ligado al mundo de la investigación cofrade que el primero.
-Las cofradías, en el siglo XXI, han conseguido tal magnitud y dependen de tantos factores que, seguramente, ya no hay personas decisivas en la Semana Santa, ¿no cree?
-Actualmente, las cofradías actúan más como equipo, al contrario de épocas pasadas en la que una persona era decisiva para que su hermandad saliese adelante. Ahí están los casos de Antonio Baena, Enrique Navarro, Alfonso Sell, Miguel Hermoso, Francisco Lara…
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-Pese a esa premisa, ¿se atrevería a dar diez nombres de cofrades decisivos en lo que llevamos del siglo XXI?
-Sí, claro. Eduardo Rosell Vergara (Fusionadas), Pablo Atencia (Estudiantes), Pedro Ramírez (Estudiantes), Francisco Calderón (Penas), María del Carmen Ledesma (Amor), Antonio Sánchez (Pasión), Rafael López Taza (Cena), Miguel Ángel Vargas (Salud), José Carlos Garín (Salud) y Emilio Betés (Sepulcro).
-Volviendo al libro, ¿qué personaje era el más desconocido para usted?
-Sin duda alguna, Julián Corchado Martín, hermano mayor que fue de la Crucifixión.
-¿Y qué personaje le ha llamado más la atención y por qué?
-Hay un personaje que me ha encantado: Joaquín Mañas Hormigo. Su vida es para llevarla al cine. Un militar de Infantería destinado en 1896 a Filipinas. Durante la guerra cae enfermo, lo ascienden a primer teniente y luego lo hacen prisionero en Indiang, pudiendo escapar y llegar a Manila, donde fue repatriado a España.
-Concluye el libro con Julián Corchado, vinculado a la Hermandad de la Crucifixión y una persona totalmente desconocida por los cofrades. ¿Qué criterios ha seguido para la elección de los 33 personajes?
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-Lógicamente, he intentado buscar a personajes desconocidos para el gran público como el citado Julián Corchado; el hermano mayor del Huerto, Rodrigo Garret Souto; el hermano mayor de la Soledad de San Pablo, Antonio Molina Fernández; o la guardesa de San Julián, Isabel Díaz Ortiz. Para mí el periodo más atractivo es el de los años veinte, de ahí el número de diecinueve que son los que aparecen.
-Por último, en qué anda trabajando actualmente?
-Como he comentado anteriormente, sobre el obispo Balbino Santos Olivera, en la vinculación de la Archicofradía de la Expiración con la Guardia Civil y en la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores de Pizarra. Tres proyectos que verán la luz en los próximos dos años.
-En 2027 hará 30 años como director de la revista La Saeta, órgano de difusión de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa de Málaga. ¿Qué hace para seguir ilusionado con este proyecto?
-No perder las ganas ni la ilusión, que las mantengo intactas. Eso es fundamental. Merece la pena trabajar por La Saeta, órgano oficial de información de la Agrupación de Cofradías, en vez de hacerlo en una junta de gobierno. Además, me siento arropado por mis compañeros del consejo de redacción: Pilar Díaz, Stella Gómez, Alberto Palomo, Rafael Rodríguez, Susana Rodríguez de Tembleque y José Manuel Torres; y por el equipo fotográfico: José Alarcón, Francisco Carneros, Santiago Guerrero-Strachan, Daniel González, Rafael Gómez, Francisco Jódar, Juan José Mayorga y Laura de las Peñas. También ha sido importante el apoyo de los presidentes Clemente Solo de Zaldívar, Rafael Recio, Eduardo Pastor, Pablo Atencia y José Carlos Garín, que me han dado su confianza para continuar al frente de esta publicación decana del género cofrade en España. He de reconocer que nunca ha habido ningún tipo de injerencia editorial.
-¿Es reconocida la labor investigadora, hoy día, por las instituciones competentes o el mundo de las cofradías se ve como una temática de segunda? Sé que me va a decir que existe una cátedra cofrades y que en varios cursos de verano se ha incluido, pero entiendo que son iniciativas puntuales que nacen del empeño de un cofrade.
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-En el mundo académico y universitario no es valorada. Sin embargo, nosotros sí estamos contando en la edición de La Saeta de Otoño con colaboraciones de catedráticos, profesores e historiadores. Para nosotros es muy importante trabajar por la cultura de Málaga y con la Semana Santa, guste o no, se hace cultura por todo lo que abarca.
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