La Archicofradía de los Dolores de San Juan ha celebrado en la tarde de este Viernes Santo un acto penitencial en la iglesia del mismo nombre. Con gran recogimiento, los hermanos han rezado el vía crucis y ha habido una meditación de los dolores de la Virgen y la adoración de la cruz. Todo se ha llevado a cabo con la solemnidad requerida. La asistencia ha quedado restringida a quienes lo habían solicitado previamente para cumplir con las medidas de seguridad impuestas por la pandemia y las limitaciones de aforo del templo.
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Las imágenes del Cristo de la Redención y de la Virgen de los Dolores han sido cambiadas desde su capilla hasta el centro del altar mayor de la iglesia de San Juan, donde ha sido expuestas de forma muy sencilla: el Crucificado está sobre un monte de lirios morados, con dos hachones a cada lado; la Dolorosa, delante, flanqueada por dos ánforas con claveles blancos y dos cirios en cada lado. Con el acto se ha rememorado la estación de penitencia que la archicofradía no ha podido llevar a cabo por las calles de la ciudad. Las puertas de la iglesia se han abierto a la finalización del culto interno para que el público pueda ver las imágenes.
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