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El nuevo sistema de control de accesos a las zonas de sillas y tribunas del recorrido oficial de la Semana Santa de Málaga ha provocado en la tarde de este Domingo de Ramos las quejas de numerosos abonados que han tenido que padecer colas para poder acceder a sus localidades ya que, a diferencia de años anteriores, el personal de seguridad contratado por la Agrupación de Cofradías debe leer un código que aparece en sus resguardos con un dispositivo móvil tanto a la entrada como a la salida de las zonas acotadas.
«Me parece una tontería. Nadie ocupa la silla de otro, y muchas veces hay sillas vacías. Aquí no hay una masificación como para hacer ese control, que lo único que va a provocar es crear problemas. Creo que es un error», ha afirmado José Luis Gálvez, uno de los usuarios consultados por SUR. «Llevo 43 años con mis sillas y me parece indignante que me controlen cada vez que me levante o me siento. Esto de que tenga que esperando colas para entrar no lo veo bien. Para los usuarios no está bien», ha apuntado en el mismo sentido Ana Castro.
Para Carmen Arias, una malagueña de avanzada edad, «si tengo que ir al baño dos o tres veces, cada vez que entre o salga tengo que picar y hay una cola para pasar por los lectores. Hoy está tranquilo, pero veremos a ver qué pasa el Lunes Santo, por ejemplo, para el Cautivo».
«Esto es una traba más para que no podamos venir a la Semana Santa ni podamos disfrutar de nuestras procesiones. Llevo 21 años con mis sillas y ahora tengo que picar cada vez que tengo que ir al servicio. Es inexplicable, no sé a quién se le ha ocurrido, pero me parece muy mal. Nos han dicho que no nos olvidemos de que nos lean el código cuando nos vayamos porque si no mañana no vamos a poder entrar», ha relatado Montse Bravo.
«Han fallado los lectores, esto lo veo un poco atraso, porque la gente se mete, entra y sale… ¿Qué van a hacer un Jueves Santo? ¿Qué van a hacer mañana con el Cautivo? Necesitamos más agilidad. Nos dicen que vengamos media hora antes, pero si es que luego fallan», ha advertido Francisco Javier Fernández. «Se pierde mucho tiempo, y si hay problemas se van a generar aglomeraciones. Espero que esto cambie porque hasta el Jueves Santo va a ser una locura», ha añadido Miguel Mota.
Asimismo, algunos usuarios critican que, a partir de este año, no se permita a los menores de más de tres años acceder al recorrido sin que dispongan de un abono propio. «Tengo una niña de siete años. Que me digan que yo no puedo entrar con mi hija porque necesita una silla, ¿por qué? Tenemos cuatro sillas y somos cinco personas, ¿qué hago? ¿Dejo a mi hija en la calle? ¿Eso cómo va a ser?», se ha cuestionado Elena García.
No obstante, algunos abonados ven bien que se ponga en marcha este sistema que persigue que únicamente accedan a las zonas acotadas de sillas y tribunas las personas que posean una localidad. «En algún sentido lo veo bien, para que no se cuele nadie, pero para quienes tengan niños pequeños es un engorro que tengan que sacar abonos a partir de los tres años cuando un niño de esa edad todavía no está para ocupar una silla», ha comentado Mayte Gómez.
«No lo veo mal, pero este primer día está siendo un descontrol. La aplicación está fallando y da errores sobre quién ha picado y quién no. Depende en la zona, lo veo correcto o no. Pero si se mejora puede ser una buena herramienta», ha opinado José Carlos Camacho.
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