PECAR POR EXCESO

Tan malo es pecar por defecto como por exceso y, en el caso del fenómeno de la cartelística cofrade en Málaga, en los últimos años asistimos a un claro exceso a la hora de acudir a este tipo de reclamos que, en el caso de otras ciudades andaluzas, no es tan abundante como aquí. La cuaresma malagueña se ha convertido en una sucesión de presentaciones de carteles que han generado, en torno a este modo de anunciar las salidas procesionales o los traslados, todo un fenómeno social en el que, en ocasiones, llega a tener más importancia el continente que el contenido.

¿Realmente es necesario llegar a este extremo? ¿Qué beneficios aporta esta moda a las cofradías? ¿Merece la pena el esfuerzo que se emplea en un acto de presentación de cartel con reserva de un salón de actos, acompañamiento de una actuación musical y cena posterior en algunos casos? ¿Son de calidad las obras pictóricas o fotográficas con las que se elaboran estos singulares anuncios cofrades?

La saturación que ha alcanzado esta tendencia a realizar carteles para cualquier salida procesional, evento o pregón, aunque se presenten apenas unos días antes de que se celebre lo que se pretende difundir, debe invitar a la reflexión.

¿Qué pasaría si el afán que las hermandades prestan a alimentar las carpetas y paredes de los coleccionistas de este tipo de obras lo dedicaran a organizar exposiciones sobre su historia y patrimonio, o actos de culto como vía crucis o besapiés y besamanos a sus imágenes titulares durante jornadas enteras? ¿Cómo podría ser la cuaresma malagueña si las cofradías pusieran el mismo empeño en organizar, por ejemplo, jornadas de puertas abiertas en sus casas hermandad para conocer de primera mano los preparativos de la Semana Santa? El potencial de las cofradías, bien canalizado, puede dar mucho de sí en estas fechas. No todo pueden ser carteles.