La Virgen de la Paloma estrenará un trono colosal el Miércoles Santo

málaga. Colosal. Este es el adjetivo más apropiado que define el nuevo el nuevo trono de la Virgen de la Paloma. Colosal en tamaño, con unas dimensiones de 4,14 metros de ancho, 5,30 metros de largo, 1,10 metros de alto y unos arbotantes que alcanzan los 2,60 metros de altura (este conjunto supera al anterior entre diez y quince centímetros), y colosal en la riqueza de su ornamentación, en iconografía y en acabado, tras la aplicación de un dorado de 23 tres cuartos de quilates frente al oro metal que presentaba el cajillo de Pedro Pérez Hidalgo.

En definitiva, un sobresaliente trono que ya ha despertado el interés de los cofrades. Posiblemente, de lejos, la impronta sea parecida a las antiguas andas procesionales. Esto es lo que afirma el hermano mayor de la corporación, José Carretín, quien confía en que la obra pueda presentarse y bendecirse el miércoles 29 de marzo, a las 20.00 horas, en la capilla de la hermandad, «siempre y cuando el trono esté finalizado, porque no queremos darlo a conocer sin estar terminado», declara Carretín. Sin embargo, el resultado es bien distinto, como así se encargará de describirlo el periodista Carlos Herrera, que presentará el conjunto procesional.

Más enriquecido

Manuel Caballero, del taller de los Hermanos Caballero Farfán, de Sevilla, hace hincapié en que el trono está basado en el antiguo y sigue el diseño que dejó Jesús Castellanos antes de su fallecimiento, «aunque está más enriquecido», anuncia. En común con la anterior obra, mantiene la particularidad de que, estilísticamente, persigue el estilo neobarroco, «pero tiene detalles neorrococó», comenta el mayor de los Hermanos Caballero al tiempo que revela que en la obra vienen trabajando unas 14 personas. «Llevamos dos años inmersos en este proyecto, sin duda, el de mayor envergadura de cuantos hemos realizado, pero el sacrificio va a merecer la pena, porque su resultado es espectacular», manifiesta Manuel.

El cajillo es un auténtico retablo andante. «Las esquinas son un 40 por ciento más grandes que las del antiguo trono», insiste el tallista. En la ornamentación «se conjugan elementos barrocos con pellejinas» (rocalla), explica. La trasera está completamente tallada -otra diferencia con el anterior-, al igual que el interior de las capillas y la crestería de la sección inferior es de mayor tamaño. Pero si hay algunas piezas «que sorprenderán», estas son los arbotantes, «dado que tendrán un movimiento muy barroco», define Manuel Caballero. Cada uno de ellos se compone de 19 puntos de luz y mantendrán el mismo sistema de plegado que los anteriores, «porque así lo requieren para poder pasar por la calle que comunica la plaza de San Francisco con Carretería», indica.

Y si el trabajo es frenético estos días en el taller de los Hermanos Caballero, no menos lo es en el obrador del escultor malagueño Juan Vega, quien se pasa un día sí y otro también ultimando las piezas que está ejecutando para el conjunto procesional. «En total son 32 obras más los escudos papales de Pío IX y Pío XII para el frontal», declara Vega, que lleva «diez meses dedicado casi en exclusiva» a este trono.

Ocho tondos con momentos de la vida de la Virgen y acabados marfileños y detalles dorados, doce cabezas de querubines alados en diferentes actitudes y dorados, dos altorrelieves con las escenas de la Anunciación y Pentecostés, cuatro esculturas para las capillas laterales (San Joaquín, Santa Ana, San Juan y San José) y seis arcángeles de gran tamaño son algunos de los trabajos que presentará el nuevo trono de la Dolorosa para el que también han intervenido Raúl Berzosa (pintura de la Paloma de Madrid), Orfebrería Montenegro (corona del frontal) y Antonio Cabra (mesa y varales).