Rafael r. puente
Sábado, 2 de abril 2016, 01:20
Cuatro años y 140 días. Este es el tiempo que ha permanecido la Cofradía de los Estudiantes en la iglesia de San Agustín con motivo de las obras de restauración del Santo Cristo de la Salud, su sede canónica desde 1948.
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Casi un lustro después de su llegada fue el domingo 13 de noviembre de 2011, el Cristo Coronado de Espinas y la Virgen de Gracia y Esperanza regresaron a su antigua capilla del templo de la calle Compañía, no sin antes despedirse del recinto agustino que los ha acogido durante todo este tiempo y donde han venido recibiendo culto, de forma provisional, hasta ayer mismo, tras el traslado de las imágenes, a las 19.15 horas, desde la casa hermandad de la corporación, donde aún permanecían concluida la Semana Santa, hasta la iglesia del cenobio que lleva el nombre del santo obispo de Hipona.
Ya en San Agustín, con la sensibilidad a flor de piel de los hermanos, se ofició una misa de acción de gracias, presidida por fray Justo Díaz Villarreal, OSA, rector del templo, y concelebrada por Francisco Pineda, director espiritual de la hermandad, y los frailes agustinos y sacerdotes José Luis Sánchez Ortiz, Javier Pérez Barba y Miguel Ángel Martínez Fuertes.
Durante la homilía, intervino primeramente el padre Pineda, quien recordó los orígenes de la cofradía, «pues aquí refiriéndose a San Agustín se refundó en 1945». A continuación, tomó la palabra fray Justo Díaz, que hizo hincapié en que no se trataba de una despedida, «ya que esta es vuestra casa.Somos agustinos, somos estudiantes y el maestro es uno; somos la única Iglesia delSeñor», comentó, al tiempo que anunció que «hoy es un día de alegría y nostalgia, histórico y entrañable, pero hay deseo de reencontrarse», afirmó.
Cáliz del siglo XVIII
Antes de finalizar la eucaristía, en la que participó el Coro Oficial de la Universidad de Málaga, la Comunidad agustina recibió un cáliz de plata de ley del siglo XVIII de manos del hermano mayor de la corporación, Pedro Ramírez, quien reveló «vinimos para 14 meses y hemos estado en San Agustín casi cinco años». Asimismo, Ramírez agradeció la acogida de los agustinos y rememoró que «nos hemos reencontrado con nuestros orígenes, con nuestra historia, con nuestras raíces», aseveró.
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Concluida la ceremonia religiosa, se inició la partida definitiva de los titulares de los Estudiantes, que figuraron en las andas de traslado.
El cortejo, formado por cerca de un centenar de hermanos portando cirios, se puso en marcha a las 21.43 horas. La capilla musical de la Archicofradía de la Expiración antecedía a las andas, que exhibieron un exorno a base de rosas blancas y paniculata.
Con la composición Cristus factus est salieron las imágenes desde San Agustín. Luego, el séquito buscó la calle Echegaray, una vía inédita para esta hermandad, y continuó por las plazas del Siglo y del Carbón, la calle Granada y la plaza de la Constitución para girar hacia Compañía y entrar en la iglesia del Santo Cristo, a las 22.45 horas, con el inconfundible Gaudeamus Igitur, que se cantó en varios puntos del recorrido.
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