Á. Escalera / A. m. romero
Domingo, 13 de marzo 2016, 00:40
Antonio Guadamuro confirmó lo que ya había anunciado, su pregón sobresalió por las dos facetas que han marcado su vida: la radio y la docencia. Además, fue valiente a la hora de defender sus ideas sin importarle las críticas que pudieran producir sus palabras. De ese modo, defendió a ultranza la presencia militar pese a que hay muchos cofrades que están en contra.
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Fue un pregón que rompió esquemas en el planteamiento de la exaltación con un modelo coral en el que, como suele ocurrir en la radio, dio protagonismo a otras personas para que en momentos puntuales sobre el escenario se oyeran voces diferentes. Un hecho que contribuyó a darle cierto dinamismo a una intervención en la que se mezclaron los recuerdos, las anécdotas, las improvisaciones y algún golpe de humor junto a sus claras reivindicaciones a cofrades, Iglesia y Ayuntamiento.
Aunque él afirmó que el pregón duraría entre una hora y media y hora cuarenta minutos, finalmente fueron casi dos horas y media. Un tiempo que en años anteriores ya utilizaron otros pregoneros de la Semana Santa.
Aunque en el comienzo se le vio algo nervioso, a medida que fue avanzando la intervención, se serenó y como los buenos toreros paró, templó y mandó para brindar una faena que no dejó indiferente a nadie. Eso sí, Guadamuro, al que se le ha hecho justicia nombrándolo pregonero de la Semana Santa, confirmó sus amplios conocimientos de las cofradías, no en vano lleva medio siglo retransmitiendo con maestría las procesiones.
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