MANTENER EL RECORRIDO OFICIAL

En la entrevista que abre esta página José María Souvirón lo dice muy claro: «La mayoría de las cofradías no está por la labor de cambiar el recorrido oficial». Una declaración que refleja bien a las claras cuál es el sentir general de las principales protagonistas de la Semana Santa: las hermandades. Este argumento es de por sí suficientemente válido para cerrar ya el debate, auspiciado desde determinados sectores cofrades de la ciudad y desde la propia Agrupación, sobre el cambio del recorrido oficial.

La Semana Santa es un rito que se nutre de tradición y de señas de identidad. En este sentido, prácticamente desde la fundación de la Agrupación de Cofradías hace casi un siglo, el recorrido oficial ha tenido como escenarios dos marcos incomparables y únicos: la Alameda y calle Larios. ¿Por qué cambiarlo? Entiendo que una obra como el metro pueda llevar a algunas modificaciones durante dos o tres años, pero de ahí a acabar con un recorrido que forma parte de la memoria y el sentir general de la ciudad y particular de quienes llevan décadas viendo tronos en este entorno no tiene ningún sentido. Ese interés por parte de algunos 'lobby' cofrades en cambiarlo hay que enmarcarlo más en ese intento de imponer los gustos personales por encima del interés general.