MARTA JIMÉNEZ
Viernes, 11 de marzo 2016, 12:58
El primer viernes del mes de marzo se marca en rojo en el calendario de la religiosidad popular: Es el día del encuentro con Jesús de Medinaceli. Este año ha estado marcado en Málaga por una importante novedad, ya que la imagen se exponía por primera vez en la iglesia del Santo Cristo de la Salud debido a la obras de rehabilitación de la parroquia de Santiago, donde está su capilla. Eso no fue óbice para que largas colas de fieles se formaran desde primeras horas de la mañana y hasta cerca del final del día, aunque hubo algunas personas que reconocían haberse despistado ante el cambio de ubicación del Cristo. Hubo quien se encontró con las vallas de las obras en el templo de la calle Granada en el que recibe culto habitualmente, y otros descubrieron la novedad en el camino, ya que las filas de devotos denotaban el nuevo lugar de veneración de la imagen. Una vez dentro del templo, una improvisada girola hecha con los bancos servía para conducir el tránsito de personas que tenían que entrar y salir por la única puerta de acceso a la iglesia, a la que tuvo que añadirse una rampa para favorecer el paso a personas impedidas. Silencios, susurros y el tintineo de las tradicionales tres monedas al caer fue la tónica ante la imagen, que presidía el altar mayor rodeado de un modesto altar de culto con cuatro hachones y piñas de claveles rojos.
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De generación en generación
Jóvenes, mayores, en solitario, en familia, con el carrito de la compra o antes de ir a hacer deporte. La visita a la venerada imagen es una cita ineludible para personas como Maribel que se mostraba orgullosa al explicar que el nieto que viene en camino será la quinta generación familiar en cumplir con este día de «tradición, para dar las gracias y para pedir». Es también un punto de encuentro como les ocurre a Paquita y a María Elvira, conocidas desde niñas por ser vecinas del centro histórico y que, con más de ochenta años cada una, siguen siendo fieles a este hábito que le inculcaron desde muy temprana edad. Por eso dan «gracias a Dios por la salud» que les permite acudir cada año a este culto que «es una cosa muy de Málaga». Y no sólo de la ciudad, como también reconocía una devota para la que era el segundo año que vivía este día en la capital malagueña pero que tampoco faltó a la cita con Jesús de Medinaceli en sus anteriores localidades de residencia. Durante la jornada de ayer también hubo besapiés en las cofradías del Rescate, de Jesús Cautivo y del Medinaceli, en la iglesia de Santo Tomás de Aquino.
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