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El albacea general, Antonio Centeno, a la derecha, con parte de su equipo en lo alto del trono de la Virgen de la Paloma.:: eduardo nieto
La intensa tarea que anuncia la cuaresma

La intensa tarea que anuncia la cuaresma

La cofradía recupera el triduo a la Virgen de la Paloma por la festividad de la Candelaria tras un paréntesis de 23 años. En 2017 saldrá el nuevo trono de la dolorosa de Álvarez Duarte

MARTA JIMÉNEZ

Lunes, 8 de febrero 2016, 18:13

E l ca

Cae la tarde y la tranquilidad de la plaza de San Francisco contrasta con el bullicio del interior de la casa hermandad de la Paloma. Desde la planta baja hasta el 'palomar', como se llama a la estancia más alta, resuena a actividad. La albacería, encabezada por Antonio Centeno, el albacea general, se reúne todas las tardes. Esta de 2016 será la última Cuaresma en la que se preparará el trono de la Virgen actual porque en 2017 está previsto que se entrene el nuevo.

Tanto el trono del Señor de la Puente como el de la Virgen de la Paloma, por estatutos, tienen que estar montados y expuestos desde una semana antes de Semana Santa con lo que en estos días el trabajo se intensifica. También son jornadas de recuperar viejas costumbres y es que mañana, jueves, comenzará el triduo a la Virgen con motivo de la festividad de la Candelaria, unos cultos que no se celebraban desde el año 1993. Otro aspecto muy característico de la cofradía del Miércoles Santo y que también es responsabilidad de los albaceas: organizar la entrega de las palomas que se lanzan durante la procesión. Esto comienza el mismo día a las 6 de la mañana. A esa se reúnen a esperar a que lleguen las aves desde Estepa para enjaularlas para que estén preparadas para cuando lleguen los devotos a por ellas a lo largo de la mañana. Desde la hermandad desmienten un mito urbano: «No. No atamos las palomas a ningún sitio. La que se queda junto a la Virgen es por voluntad propia».

María del Carmen Tejero, María del Carmen Ruiz, Mari Francis Carretín, Concha Guerra, María Victoria Puche, Antonio Ávila y María del Carmen Doña son algunas de las mujeres que conforman el grupo de camareras de ambos titulares, aunque se dividen entre las que se dedican al Señor o a la Virgen. Ellas se reúnen cada martes y se muestran muy orgullosas porque «hacemos mucha convivencia». Juntas rezan el rosario, organizan cenas o meriendas para recaudar fondos, rifas por Navidad y, por supuesto, mantienen el ajuar de las imágenes que, medio o largo plazo, pretenden ampliarlo con dos mantos nuevos de capilla. De todas la nombradas anteriormente, María Victoria Puche forma también parte del equipo de secretaría en el que es la encargada de la comunicación 'on line' con los hermanos un uso cada vez más extendido en la hermandad. También están en esta área Silvia Fajardo, Alejandra Ávila y José Miguel Santiago. Por su parte, Elena Pastor es la vocal de juventud y su meta está clara: «Tenemos que atraer más gente. Hay que fomentar que venga más». Especialista en el trato personal es Álvaro Gómez, responsable de protocolo y cuya labor principal es «preocuparse de que lo que se organice salga bien y que la gente se sienta cómoda».

En las vitrinas de la sala capitular pueden observarse grandes piezas del patrimonio con el que cuenta como una túnica del siglo XVIII recuperada en el año 2013 o una placa de plata de ley de 1815. Desde este espacio se accede al archivo donde José Carlos Hermoso y Blas Palomo ejercen de archivero y vocal de archivo, respectivamente, y se encargan de custodiar documentos tan importantes como por ejemplo unos estatutos, impresos no manuscritos, de 1675 o el título de 'Real' expedido por Isabel II, del que ahora cumplen 150 años. Dentro de poco se inaugurará una biblioteca con más de 2.000 volúmenes de temática religiosa en su mayoría donación del que fuera deán de la Catedral, Francisco García Mota. También se conserva la foto más antigua de la Semana Santa de Málaga, una instantánea que data de 1878 y que refleja a la cofradía saliendo de San Juan. Pero este documento se conserva en el despacho del hermano mayor, José Carretín, que llegó al frente de la cofradía hace siete año tras el fallecimiento de Antonio Valero. Se muestra «muy ilusionado» capitaneando un equipo al que califica de «muy trabajador».

En cualquier cofradía los presupuestos del año son fundamentales para una buena planificación. De eso se encarga tesorería con Juan Barrales como tesorero, al que acompañan Arturo Sierra, David Gutiérrez y Carlos Ruiz. «Somos la parte fea de la cofradía porque ponemos cortapisas a muchas ideas», apuntan. Una de las mayores inversiones es la caridad, que cada vez cuenta con una partida mayor. La vocal de Caridad, y también delegada en la Fundación Corinto, es María Luisa Jiménez. Además le ayudan Enrique Carmona, también fiscal, y Patricia Cabello, a su vez vocal de Cultura, entre otros. Actualmente la cofradía ayuda a 28 familias al mes y además colaboran con Red Madre y con Cáritas. «Nosotros invertimos en personas,», destacan.

Todo esto se desarrolla en un edificio de cuya gestión se encarga Francisco Muñoz. Mantenimiento, electricidad o gestión de los salones son algunos de sus cometidos «Esto es para darle vida los 365 días no solo el Miércoles Santo. Para eso no se tiene una casa hermandad», apostilla.

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