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Jesús Hinojosa
Lunes, 14 de diciembre 2015, 00:45
El Obispado ha finalizado ya las obras de reparación de las cubiertas y la fachada de la iglesia de Santa Catalina, en la calle Andrés Pérez, que es la sede canónica de la Hermandad de Viñeros, a la que la diócesis cedió el templo. Los trabajos, realizados por la constructora Gámez Pinazo bajo la dirección del arquitecto técnico Pablo Pastor, han supuesto una inversión de más de setenta mil euros y se deben a una orden de reparación dictada por el Ayuntamiento, tras la inspección obligatoria del inmueble, en la que se comprobó el mal estado de la cubierta.
Tras esta intervención, el exterior del templo, que data del siglo XVIII, presenta un mejor aspecto. Llama la atención la limpieza realizada en la portada de esta iglesia, denominada en su origen como de la Aurora y Divina Providencia y bautizada hoy como de Santa Catalina, que perteneció a un convento de monjas dominicas que quedó abandonado por falta de vocaciones hace nueve años.
La Hermandad de Viñeros ya tiene luz verde de la diócesis para que sus titulares, que reciben culto de manera provisional en la cercana iglesia de San Julián, puedan regresar a Santa Catalina. No obstante, su hermano mayor, Leopoldo Guerrero, apuntó que el traslado de las imágenes no se producirá hasta que pasen las fiestas navideñas. «Primero tenemos que limpiar y acondicionar bien la iglesia por dentro, porque aún está todo lleno de polvo», explicó. Según apuntó, también se trasladará a este templo el Cristo de las Misericordias que se venera en la parroquia de Santiago, que cierra por obras.
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