![Museos y cofradías](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/pre2017/multimedia/noticias/201510/29/media/90390534.jpg)
![Museos y cofradías](https://s3.ppllstatics.com/diariosur/www/pre2017/multimedia/noticias/201510/29/media/90390534.jpg)
Secciones
Servicios
Destacamos
ANTONIO GARRIDO
Jueves, 29 de octubre 2015, 19:32
Hay hechos que no se pueden dudar. Desde 1995 en Málaga se ha ido desarrollando un modelo turístico-cultural donde los dos elementos del binomio funcionan coordinados para la creación de empleo y para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El número de instalaciones culturales, museos entre ellas, se ha incrementado exponencialmente pero no se trata de número, que también, sino de calidad y de interés como elementos de un discurso teórico donde los vectores de desarrollo confluyen en el progreso de la comunidad.
Las cofradías son corporaciones con una presencia muy importante en la vida cotidiana. No voy a entrar en el tema religioso, porque no es el lugar ni la intención. Los recientes acontecimientos cofrades muestran, sin duda, la adhesión del pueblo en su sentido más amplio a las hermandades y han tenido muy beneficiosas consecuencias para el sector turístico.
Con el esfuerzo de los hermanos el patrimonio de las hermandades se ha ido incrementando en cantidad y sobre todo en calidad. El inventario de piezas de arte en ámbitos como la imaginería y las artes suntuarias; por supuesto, también en el patrimonio musical es ingente. Son tesoros que dan trabajo y conservan artes con tradición de siglos.
Es lógico y hasta necesario que las corporaciones deseen exponer al público su ajuar. En este aspecto es clave la construcción de las casas hermandad que hoy forman una red de inmuebles, algunos a la vanguardia arquitectónica, que han revalorizado zonas degradadas del casco histórico.
Cierto es que la exposición del patrimonio no se puede considerar un museo. No se trata de mostrar con cariño, eso siempre, una serie más o menos numerosa de objetos. Un museo no es un continente por muy bueno que sea. Es un espacio con un objetivo de plurales actividades culturales que debe tener un discurso coherente en un contexto preciso.
Es imprescindible que cada hermandad ofrezca, y hoy es fácil con la asistencia de las nuevas tecnologías, su devenir en el tiempo por una parte y su contexto. Este no se puede desvincular de la historia de Málaga y de cuantos factores contribuyeran a la creación y evolución de la corporación.
Precisamente en función de este primer aspecto hay que establecer el discurso expositivo en el que el análisis de las imágenes ocupará el eje central; en función de este se explicará su ajuar que es mucho más significativo desde el punto de vista artístico y simbólico de lo que pudiera parecer en un primer momento.
Cada cofradía debe destacar aquellos enseres que le sean propios y originales en el conjunto; se trata de destacar la variedad dentro de la unidad. No hay que acumular elementos, se debe seleccionar bien y que la forma de exponerlos sea adecuada: iluminación, vitrinas, tarjetas explicativas que deben estar redactadas con claridad y sencillez sin abrumar con datos.
Es claro que existe una excelente red de estos espacios y que no están suficientemente aprovechados como totalidad. Este es el reto. Hay que difundir de manera integrada estos espacios porque son un atractivo turístico de primer orden en el segmento del llamado turismo religioso que con tanto acierto y como pionero investiga mi colega y amigo Rafael Esteve Secall.
La promoción en las ferias de turismo andaluzas, españolas e internacionales es clave y lo es también en la ciudad, cuyos ciudadanos, en muchos casos, desconocen esta riqueza patrimonial. Ya se ha empezado a hacer esta difusión, pero hay que intensificarla y la Agrupación de Cofradías pondrá empeño en esta tarea, estoy seguro.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.