Fachada principal de la casa hermandad de Nueva Esperanza.

Un equipo joven como timón para el futuro

Las ideas de una junta de reciente elección fluyen en un amplio espacio en el que se respiran cercanía y barrio

MARTA JIMÉNEZ

Jueves, 29 de octubre 2015, 19:22

El pasado mes de junio la Cofradía de Nueva Esperanza cambió su junta de gobierno tras un proceso electoral en el que llegó a haber tres candidaturas que finalmente se quedaron en dos. Dos listas salientes de la junta anterior de las cuales se alzó vencedora la encabezada por José María Jiménez. Pocos meses después, y tras el parón natural del verano, siguen cogiéndole el pulso a sus nuevas responsabilidades y a la realidad con la que capear durante los próximos cuatro años. Cada responsable en su área, y todos en común, saben que es fundamental inventariar todo el patrimonio, sea del tipo que sea, para saber con lo que contar, porque como se dice en la propia hermandad «hay cosas que se sabe que existen pero no se sabe dónde están». Junto con esta idea se parte de la premisa de «dotar de lógica el funcionamiento de la casa hermandad» o en otras palabras aprovechar al máximo las posibilidades que te brindan 1.200 metros cuadrados de inmueble.

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La maquinaria ha empezado a rodar y casi sin tiempo para asimilarlo se tiene que activar el 'botón mental de 'porque la Semana Santa no espera a nadie y eso lo sabe bien Jesús Tellado. Él es el vocal de albacería, y ante él se abre cada tarde un amplísimo armario de varias puertas en el que las túnicas de portadores y nazarenos esperan colgadas para ser repartidas, no sin antes hacer un recuento real de las que se disponen, porque en breve comenzarán a localizar algunas que aún no se han devuelto. Además, el nuevo gobierno se marca varios objetivos fundamentales: por un lado potenciar las filas de nazarenos «porque hay muchas personas en la nómina de hermanos que no participan de ninguna forma en la procesión» y también promover que cuando los portadores se 'jubilen' del varal pasen a ponerse el capirote. Como una fórmula de fidelización, a partir de este año los nazarenos irán ordenados por orden de antigüedad. Llama la atención que, entre percha y percha, haya varias túnicas de la cofradía de la Estrella. Sí, no hay que extrañarse. Varios hermanos de Nueva Esperanza visten esas túnicas, y viceversa, en la tarde del Martes Santo como símbolo del hermanamiento de ambas instituciones.

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Archivo

Ordenar la historia y conocerla es uno de los cometidos de la nueva vocalía de archivo. Digitalizar 40 años de existencia es la tarea que le espera a Daniel González y a Raúl Godoy, tanto es así, que salvo los días en los que sus trabajos le permiten trabajar juntos, uno va por la mañana y otro va por la tarde. Además, forman parte de la comisión que se encargará de organizar una exposición proyectada para celebrar las cuatro décadas fundacionales que se celebrarán en 2016. Casi puerta con puerta se encuentra tesorería, bastión bajo la responsabilidad de David Vidal y Manuel Duarte, tesorero y vicetesorero respectivamente. La «transparencia» de cuentas y finanzas marcan la hoja de ruta basada en tres puntos fundamentales: «Renegociar con el banco una hipoteca abordable, potenciar la venta de columbarios y recuperar a los hermanos que pasaron a constar como pasivos en los pagos y recodarle que las puertas de la casa hermandad están abiertas a todos los que quieran venir». Para conocer de dónde nacen algunos de los ingresos extraordinarios es necesario subir hasta la última planta. Es allí donde se encuentra el bar y el salón social. 'Noche de blanco' o 'Noche flamenca' son algunas de las cenas temáticas que han tenido lugar allí en las últimas semanas gracias a la labor de hermanos como Alejandro Morales, encargado de gran parte de la decoración o de Antonio Lanzas que con los jóvenes y la albacería son los responsables de la cocina.

Por su parte, planta baja y sótano son una declaración de intenciones. Son muy espaciosas y por eso se pretende también redistribuirlas . Nada más entrar se descubre la importancia del barrio en gestos como un buzón solidario que recolecta tapones de plástico para poder mejorar sus condiciones de vida un chaval vecino o también en la presencia de la hucha del Domund, en connivencia con la parroquia de Santa Ana y San Joaquín, cercana no sólo emocionalmente si no también urbanísticamente. Una puertecita da paso al inmenso salón de tronos y en él dos cuartitos muy dispares entre sí pero muy útiles en su conjunto: uno, desordenado dentro del orden, señal de que se utiliza, es el taller de albacería, el otro el que en breve se convertirá en el vestidor de las imágenes para la procesión. Al bajar las escaleras se entra un espacio que rebosa paz. Allí se encuentran los anteriormente citados columbarios, presididos desde hace poco por la antigua imagen del Nazareno del Perdón, obra de Pérez Hidalgo. Mientras tanto, la cruz de procesión del Nazareno actual preside la planta sobre el lugar el lugar donde se colocó la primera piedra aquel 1 de noviembre de 2007, día en el que también la imagen de María Santísima de Nueva Esperanza salió en procesión extraordinaria.

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