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Cayetano Gómez y Manolo García, durante su pregón.
Un pregón para la historia centenaria de Mena

Un pregón para la historia centenaria de Mena

Ramón Gómez y Manuel García defienden las singularidades de la congregación y ensalzan la importancia de la coronación canónica de la Virgen de la Soledad

RAFAEL R. PUENTE

Jueves, 1 de octubre 2015, 22:42

Una historia centenaria y un sentimiento único: Mena. La unión de la Cofradía de la Virgen de la Soledad con la del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas en 1915, dando lugar a la actual Congregación de Mena, su andadura a lo largo de un siglo, «en la capilla de Santo Domingo y en nuestras calles», y la inminente coronación canónica de la Dolorosa, fueron los principales argumentos tratados en la noche de este jueves en el Teatro Cervantes, durante del pregón conmemorativo pronunciado a dúo por los congregantes Ramón Gómez Ravassa y Manuel García López, redactor del suplemento cofrade 'Pasión del Sur', editado por diario SUR, quienes, por edad, representaron el ayer cercano, en el caso del primero, y el hoy futurible de la corporación, concerniente al segundo.

Los dos pregoneros rememoraron de forma distendida a veces, afectiva, otras, los primeros cien años desde que un grupo de cofrades, a la sombra del antiguo convento dominico, se reunieron, tras haberlo aprobado en cabildos por separado, para acordar la fusión de las dos hermandades percheleras, no sin antes poner en antecedentes al público los orígenes de ambas instituciones, en el siglo XVI la de la Virgen y en 1862 la del Crucificado, al amparo de la antigua y valiosa imagen de Pedro de Mena.

Asimismo, los oradores justificaron el sobrenombre Mena con que es conocida la congregación, como si de un sello único se tratara. Y es que para Ramón Gómez, Mena es generosa, solidaria... «un extraño conglomerado de elegancia y naturalidad; elitismo y popularidad; devoción profunda con algunas dosis de frívola coquetería; Mena es una simbiosis del Ying y el Yang, de lo blanco y lo negro, de lo más restrictivo a lo más extensivo», dijo, al tiempo que reconoció que han existido disputas «con nuestros pastores, tanto del clero secular como el clero religioso» a lo largo del tiempo la más reciente, hace apenas tres años, cuando el actual párroco de Santo Domingo y director espiritual de la congregación, Juan Manuel Parra, prohibió la interpretación de El novio de la muerte al término del triduo dedicado al Crucificado y defendió las singularidades de la cofradía y su pertenencia a la Iglesia, «aunque esto cueste entenderlo a muchos y, en ocasiones, nos acarree problemas (...). Comprendo que se pueda desconocer y no compartir la idiosincrasia de una institución que, con sus defectos humanos, pues humanos la componen, es Iglesia y es Parroquia. Y hasta puedo comprender que haya razones, que se escapan a nuestro conocimiento, que fuercen a tomar decisiones para variar el rumbo de las cosas. Pero por encima de ello, creo que antes de cualquier juicio de valor o toma de decisión conviene un tiempo de reflexión y mutuo conocimiento», exigió, amén de la recuperación de la misa dominical junto a los titulares, «y no por capricho, sino por tradición; y no sólo por tradición, sino también porque nos ayuda a ser congregantes, nos anima en la convivencia, nos fortalece en la fe y nos motiva en nuestra mayor presencia parroquial».

Otros hechos

Manuel García, por su parte, no pasó por alto la vinculación de la congregación con la Legión, hecha efectiva a partir de 1930, los sucesos luctuosos de 1931 que provocaron la desaparición del antiguo Crucificado de Mena, la celebración del 250.º aniversario de la indisoluble alianza de la Virgen de la Soledad con la Armada Española o la presencia en Madrid del Cristo de la Buena Muerte en agosto de 2011, junto al Señor del Prendimiento, con motivo del vía crucis practicado durante la Jornada Mundial de la Juventud presidida por el papa Benedicto XVI, «inenarrable experiencia y unas vivencias únicas e inolvidables», expuso.

De igual modo, durante el pregón hubo un guiño a varios congregantes que, a lo largo de la historia, han sido importantes en el devenir de la corporación. Así, los pregoneros fueron detallando los puntos principales del itinerario que sigue el cortejo cada Jueves Santo, situando a cada personaje en un rincón determinado. También se recordaron los nombres y apellidos de todos los hermanos mayores que han regido la congregación, con atención especial, entre otros, a Cayetano Utrera se escuchó un audio de su pregón de la Semana Santa de 1972 y José González Ramos, quien aportó el grupo de la Glorificación de la Soledad, «una obra que nunca fue totalmente admitida, pero de cuya categoría artística no se puede dudar», insistió Ramón Gómez, y hubo una defensa a ultranza de la figura del nazareno, «pues no hay mayor honor que acompañar, desde el anonimato, a Cristo en su Pasión desde el puesto más humilde, pero más necesario de la procesión», afirmó Gómez Ravassa.

Sin embargo, uno de los puntos más crítico tuvo que ver con la coronación canónica de la Virgen de la Soledad, acontecimiento que se desarrollará el sábado 11 de junio de 2016. Y es que, para Manuel García, la congregación debe despertar «del letargo» y otorgar mayor protagonismo a este hecho «por si algunos todavía no se han enterado», se lamentó. «Ilusionémonos todos», exclamó García. «Vamos a seguir llevando a gala y como estandarte el lema del amor a nuestra Virgen y a los demás, haciéndolos partícipes, pero de verdad. Que se note en el ambiente que todos deseamos lo que va a pasar (...). Porque no será un día más. No, señores, coronar canónicamente a Nuestra Señora de la Soledad no es solo regalarle un nuevo halo, sino la máxima distinción de la Iglesia Católica a una imagen devocional», explicó.

Por último, García López se dirigió a los jóvenes de la cofradía «para que no caigáis nunca en la lucha innecesaria de la sinrazón de los protagonismos», pues a ellos le corresponden la responsabilidad «de escribir las primeras páginas del segundo centenario» y finalizó el pregón con un poema escrito por Francisco Luis Jiménez Valverde que también interpretó Ramón Gómez.

Música en directo

A la oratoria de los pregoneros se sumaron unos audios, música en directo a cargo de la banda Sinfónica de la Trinidad, que estrenó las marchas procesionales Centenario de Mena, de José Manuel Castelló, capitán músico del Ejército del Aire, y Centenario, de José Antonio Molero, además de la saeta de Virginia Gámez, la interpretación del tenor Luis Pacetti, una escenificación teatral, con recreación de la procesión del siglo, la presencia de miembros de la Legión y la Marina en las tablas del teatro, fotografías y hasta la edición de imágenes en tres dimensiones proyectadas en una pantalla holográfica. El escenario del Cervantes presentó buganvillas en su exorno.

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