rafael r. puente
Jueves, 18 de junio 2015, 22:43
La Congregación de los Patronos de la ciudad sigue apostando por el 18 de junio, onomástica de San Ciriaco y Santa Paula, como su sitio procesional con la esperanza de que algún día esta jornada vuelva a ser declarada fiesta local, como ocurrió de forma aislada en 2013 o durante los años anteriores a 1987, prolongándose una tradición iniciada en 1582. Con este convencimiento, y pese a la posible merma actual en el número de personas en la calle presenciando el desfile al ser día laborable, la comitiva de los Santos Patronos se puso en marcha este jueves a las 20.30 horas, desde la Catedral, toda vez que a mediodía se procedió al traslado de las imágenes desde la parroquia de los Mártires, su sede canónica, hasta el templo mayor de la diócesis.
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Previamente a la procesión, el obispo Jesús Catalá ofició a las siete de la tarde una misa estacional. Durante su homilía, el prelado hizo hincapié «en los mártires cristianos de hoy» y pidió el rezo «por los perseguidos».
Concluido el acto litúrgico, el Patio de los Naranjos y la calle Císter se llenaron de público con el deseo de asistir a la salida de las efigies del escultor barroco Jerónimo Gómez de Hermosilla. Eran las 20.47 horas cuando el trono partió de la basílica catedralicia, rumbo a la parroquia de los Mártires. En ese instante sonó la marcha real, interpretada por la banda de cornetas y tambores Nuestra Señora del Carmen. Luego, el coro de Isabel Mayorga interpretó y bailó una malagueña en el Patio de los Naranjos, escena que volvió a repetirse en la plaza de la Constitución cuando el reloj marcaba las 22.18 horas. El trono exhibió en este ocasión claveles rojos y blancos, espigas y biznagas.
El amplio séquito lo abrió el pertiguero y la cruz parroquial de la congregación, escoltada por dos ciriales. A continuación, se situó la banda de cornetas y tambores de la Estrella y el grueso del cortejo, formado principalmente por prohermandades y cofradías, así como por diferentes autoridades civiles, militares y religiosas, entre ellas el propio obispo, que figuró tras las andas procesionales.
El pendón de la ciudad lo portó Elisa Pérez de Siles, concejala del Distrito Bailén-Miraflores. También participaron otros ediles del equipo de gobierno del PP y de los grupos del PSOE y Ciudadanos, con Juan Cassá a la cabeza.
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