Fue el día de los más pequeños. Salvador Salas

Domingo de Ramos para enmarcar

Málaga ha vivido un Domingo de Ramos que no se recordaba en mucho tiempo

RAFAEL R. PUENTE / MANUEL GARCÍA

Domingo, 29 de marzo 2015, 23:46

Sol, calor y gran cantidad de público en las calles fueron los ingredientes perfectos para que todo saliera a pedir de boca. Tras las procesiones matutinas de Pollinica y Lágrimas y Favores, la atención a primeras horas de la tarde se centró en el barrio de Cruz de Humilladero, con la puesta en escena de la Hermandad de la Humildad y Paciencia.

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La Hermandad de Humildad y Paciencia protagonizó una jornada histórica de Domingo de Ramos con su primera salida procesional como cofradía agrupada. La ilusión de los hermanos y los vecinos del barrio de la Cruz de Humilladero contagiaron a las personas que vieron el cortejo a lo largo del itinerario. Si la entrada en el recorrido oficial por vez primera en la Alameda Principal fue singular, la petición de la venia en la Tribuna Oficial tuvo una especial emoción entre los aplausos del público que se encontraba en esos momentos en la Plaza de la Constitución. El hermano mayor de la corporación, Rafael González, subió al palco presidencial de la tribuna para solicitar el tradicional permiso de paso, en el que le esperaban el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, el presidente de la Agrupación de Cofradías, Eduardo Pastor, y varios hermanos mayores. Un abrazo entre González y Pastor escenificó el esperado momento del día para que el Señor de Humildad y Paciencia discurriera más tarde por ese mismo enclave a un paso cadencioso, así como la Virgen de Dolores y Esperanza que recibió varias ovaciones por parte de las personas que seguían la novedosa procesión por las calles del centro de la ciudad. El cortejo también tuvo instantes a destacar como el paso por la calle Ancha del Carmen camino de regreso a la casa hermandad con la mecida del trono de la Dolorosa a los sones de la Salve Marinera a la altura de la iglesia en la que recibe culto la Reina de los Mares. Una procesión para la historia que a buen seguro los hermanos recordarán para siempre.

La siguiente cofradía en ponerse en la calle por la tarde fue la Humildad, que salió a las 14.15 horas, desde la basílica de la Victoria.

Los Servitas Blancos tomaron el Altozano y la Cruz Verde para bajar al Centro, como en años anteriores. En cambio, en Peña se topó con unos vehículos aparcados que impidieron el discurso de la hermandad por esta vía. Por este motivo, la corporación victoriana se vio obligada a desistir de Peña y Mariblanca para tomar Frailes para incorporarse a Cárcer por el lateral del Teatro Cervantes. Esta incidencia provocó que el cortejo del Dulce Nombre sufriera un parón, aunque más adelante recuperó el tiempo perdido.

Por lo demás, la Hermandad de la Humildad hizo una brillante procesión. La Virgen de la Merced iba preciosa, con San Juan Evangelista en su sacra conversación. En la calle Granada, antes de entrar en Echegaray, recibió una petalada. La cofradía hizo estación de penitencia en la Catedral a las ocho de la tarde.

A las cuatro y cuarto de la tarde salía de su casa hermandad la Cofradía del Huerto en el barrio del Perchel ante cientos de personas que acudieron a presenciar esta procesión. A su paso por delante de la sede de la Congregación de Mena un saetero cantó una saeta a las imágenes y, posteriormente, frente a la fachada de la casa hermandad de la corporación del Jueves Santo, que tenía abiertas sus puertas con la imagen de la Virgen de la Soledad entronizada, ambos tronos fueron mecidos y una escuadra de gastadores de La Legión rindió honores a la Dolorosa atribuida a Fernando Ortiz mientras sonó el toque de oración.

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Como novedad la hermandad recorrió espacios diferentes a los habituales en los últimos años en su regreso a la casa hermandad. Una vez que el cortejo abandonó la Tribuna de los Pobres se dirigió a la calle Fernán González por Puerta Nueva y Fajardo, para desembocar en la vía Moreno Carbonero y Sebastián Souvirón buscando el puente de la Esperanza.

De Capuchinos salió la Hermandad del Dulce Nombre. Eran las tres de la tarde cuando el cortejo franciscano se puso en marcha. La agrupación musical Santa Águeda de Villalba del Alcor acompañó a Jesús de la Soledad, que figuró en su trono totalmente concluido de talla. Por su parte, la banda Sinfónica de la Trinidad hizo lo propio con la Virgen del Dulce Nombre.

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La cofradía, que sufrió un parón de treinta minutos, debido al inoportuno cambio de recorrido de la Humildad, hizo estación de penitencia en la Catedral a las 17.00 horas. Antes, sonó 'Reo de muerte' tras el trono del Señor.

El cortejo brilló con luz propia a su paso por la plaza del Obispo con el Palacio Episcopal de fondo del conjunto. Antes, en la calle Granada, sonó la marcha 'Macarena' para la Dolorosa de Antonio Bernal.

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Todavía con el público congregado en la calle Parras para ver el encierro de la Pollinica, la Hermandad de la Salutación se puso en marcha en torno a las cuatro de la tarde, rumbo al Centro, a los sones del Himno Nacional. Y minutos más tarde hubo una petalada.

Fueron muy vistosos los nuevos ropajes que presentaron las mujeres del grupo escultórico. La Verónica exhibió el paño pintado por Eugenio Chicano.

Salutación, al igual que el Dulce Nombre, Humildad y Salud, hizo estación de penitencia en la Catedral de la Encarnación. Pero mucho antes, la hermandad vivió otro momento emotivo al paso del trono ante el oratorio de Santa María Reina, de la Hermandad de las Penas, y por la calle Panaderos. En Ordóñez coincidió con la cruz guía de la Salud, que tuvo que aguardar unos minutos hasta que el Señor de la Salutación se incorporó al lateral de la Alameda.

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Un año más la iglesia de San Pablo acogió la complicada salida procesional de la Hermandad de la Salud debido a las reducidas dimensiones de la puerta del templo con respecto a las de los tronos de los sagrados titulares. A las cinco y media de la tarde la cruz guía de la cofradía iniciaba el camino del recorrido procesional por las calles de la ciudad con el principal objetivo de realizar su estación de penitencia en la Catedral. El trono del Cristo lució el dorado de dos paneles y dos cartelas laterales y la Virgen de la Salud la corona, obra de los talleres Borrero, de Sevilla. Especial interés tuvo el discurrir por el puente de la Aurora y la plaza de la Constitución de ambas imágenes, con el esplendor de la Virgen y el orden procesional de los nazarenos en el cortejo que caracteriza a esta cofradía.

La popular Cofradía del Prendimiento comenzó su procesión de este año a las cuatro y media de la tarde desde su remozada casa hermandad. Muchísimo público asistió a los prolegómenos de la salida de esta hermandad del barrio de Capuchinos en calle San Millán. En este año la corporación recorrió una parte del itinerario por varias calles diferentes a las que suele hacerlo. Después de sentir el calor del pueblo de Málaga en la Tribuna de los Pobres, se dirigió por Puerta Nueva, donde los tronos fueron levantados a pulso delante de la casa hermandad de la Cofradía de la Cena y la Virgen recibió una petalada de flores en este enclave, antes de dirigirse a calle Fajardo y Fernán González para continuar su camino hacia la Alameda para incorporarse al itinerario oficial. A las diez y media de la noche la cabeza de procesión solicitó la venia en la Tribuna Oficial de la Plaza de la Constitución, que se encontraba con mucho público que aguardaba el paso de los titulares de esta hermandad.

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Por la mañana

La Semana Santa abría el telón por la mañana con la salida procesional de la Hermandad de la Pollinica. Pasados cinco minutos sobre las nueve y media se abrieron las puertas de la casa hermandad, donde se realizó una oración ante los titulares. Seguidamente, a las 9.45 horas salió la comitiva. Como cada año, el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, dio los primeros toques de campana al nuevo trono del Señor, obra del tallista sevillano Francisco Verdugo y de José Antonio Navarro Arteaga en las labores imagineras (se estrenaron dos relieves), mientras que el presidente de la Agrupación, Eduardo Pastor, hizo lo propio en el trono de la Virgen del Amparo. Como anécdota, cabe decir que la imagen del San Juan del grupo escultórico perdió la palma de olivo cuando el trono discurría por la plaza de Arriola. La Virgen, que lució un exorno floral a base de azucenas, fresias blancas, flor de cera y rosas pitiminí blancas, pasó por la Tribuna Oficial con 'Puerta del Cielo', dedicada a la Novia de Málaga por su próxima coronación canónica.

Las puertas de la iglesia de San Juan se abrieron esta mañana puntualmente a la hora prevista para la salida procesional de Lágrimas y Favores, a la que asistieron muchísimas personas que abarrotaban los aledaños del templo. Previamente, en el interior de la parroquia la expectación mediática estaba servida ante la presencia del actor malagueño Antonio Banderas, quien junto a su hermano Javier, participó un año más en la procesión como mayordomo de trono de la titular de Fusionadas. Un año más los hermanos de esta mayordomía de Fusionadas dejaron su particular impronta en la primera jornada de la Semana Santa de 2015, como ocurrió a su paso por la tribuna oficial y por el entorno de la calle Strachan. Asimismo, durante el encierro, a pocos minutos de las siete de la tarde y delante de la sede canónica, una gran petalada de flores y la interpretación de la marcha 'Lágrimas de San Juan'.

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