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Lo de la emoción en la gala Salud es Más ya se va a convertir en tradición cada año en las vísperas de Navidad. En la velada de este lunes 4 de diciembre, el auditorio del Museo Picasso volvió a acoger una nueva edición -la segunda- de estos premios que organizan SUR con el patrocinio de Fundación Unicaja y Sanysol Centro Socio Sanitario y que cuentan con la colaboración del Colegio Oficial de Médicos de Málaga, Montealminara y Maex Cuevas Queipo. Sin duda, una cita en la que muchos no pueden evitar emocionarse con los discursos de los profesionales reconocidos que, como se resaltó durante la gala, son un papel fundamental en la sociedad. «Con este proyecto nos hemos dado cuenta del valor que hay detrás de muchas personas que trabajan en el mundo de la sanidad. A veces son trabajadores invisibles que, además de su gran labor, son buenas personas y tienen vocación por los demás. Eso hace que estemos hoy aquí». Esas fueron las palabras de bienvenida del director de SUR, Manolo Castillo, que comenzó un acto que ya se intuía especial ante un auditorio lleno.
Fueron siete los nombres con mayúsculas en el acto de ayer, aunque en realidad el reconocimiento era en nombre los millones de compañeros sanitarios a los que representaban. Pero Manuela España, Miguel Cuadros, Pilar Tabuyo, Sergio González-Román, Miguel Muñoz-Cruzado, Luis Eduardo Carvajal y Francisco Artero tienen su historia y anoche SUR quiso reconocerla. La gala, guiada por las redactoras jefas del periódico, Ana Pérez-Bryan y Ana Barreales, comenzó con el 'gracias' en mayúscula de ellas, Manolo Castillo y de los representantes de los patrocinadores. «Ellos producen salud y la fabrican, tienen una empatía increíble en su día a día y salvan vidas», concretó en su discurso la directora gerente de Sanysol, Carmen Gálvez. Después llegaron las palabras del director de Actividades Sociales de Fundación Unicaja, Miguel Gil: «Es un orgullo estar por segundo año consecutivo arropando esta gala, esto es una gran oportunidad para devolver todo lo que nos da el sector sanitario. El de ellos es un trabajo exigente y admirable, estamos en deuda».
Para empezar a saldar esa deuda llegó el momento de los reconocimientos, que fueron entregados de la mano de los que serán el futuro de este sector tan fundamental en la sociedad: los alumnos de la Facultad de Medicina y Ciencias de la Salud. La primera en subir fue Manuela España, oftalmóloga responsable de la Unidad de Neuroftalmología del Hospital Regional Universitario de Málaga, que recogió su reconocimiento de manos del estudiante Cecilio Fernández. Ella, pionera de uno de los mayores avances de la oftalmología, agradeció a todo su equipo y a Ildefonso Fernández Baca, fallecido a principios de este año, que depositó en ella la confianza para esta unidad innovadora. «Esto es un esfuerzo que hay que trabajar día a día, estudiar y aprender para ser un peldaño anónimo más de esta escalera que es la medicina», señaló.
La II Gala Salud es Más, en imágenesVer 50 fotos
Nada más y nada menos que 50 años lleva Miguel Cuadros siendo personal sanitario. Él, traumatólogo y cirujano ortopédico, fue otro de los reconocidos de la noche y recogió el premio que le entregó Victoria Corrionero. «Si volviera a nacer volvería a dedicarme a la medicina. Estos años en la profesión se me han pasado muy deprisa y yo cada día sigo estudiándola y disfrutándola... Nunca se nos debería olvidar que trabajamos con personas para curarlas. Disfrutad la vida porque se pasa en un momento», dedicó Cuadros en un discurso conmovedor.
Con 250 habitantes, ella es la farmacéutica del pueblo, un trabajo que va mucho más allá de estar en el mostrador, que supone involucrarse con sus vecinos y cuidarlos. Eso es lo que hace Pilar Tabuyo, la farmacéutica de Júzcar que recogió su reconocimiento entregado por el estudiante de medicina Miguel Quesada. «Especial mención a los boticarios rurales, que siempre están dispuestos a ayudar a sus vecinos», concretó.
«Yo soy el representante, pero el trabajo es de todos. Desde que hice las primeras prácticas sabía que esto era lo mío». Esas fueron las palabras de Sergio González-Román, enfermero del servicio de neurología del Hospital Regional, que tomó su reconocimiento de manos de la estudiante de enfermería Alicia Matamala. Al siguiente galardonado le dijeron que no se emocionara, pero no pudo evitarlo. Miguel Muñoz-Cruzado, intervenido hace seis días en una operación de corazón, es fisioterapeuta y presidente de la Asociación Española de Fisioterapia. Tras recoger su premio de la mano de Marta Chinchilla, dio un discurso que emocionó a parte del público. «Tengo que reivindicar la presencia de mis padres, ellos me inculcaron todos estos principios que me hicieron querer mejorar la vida de los demás. Después vinieron los maestros, que descubrieron mi amor al conocimiento; luego los profesores, que me dieron las herramientas para poder empezar el camino que hoy premian; después llegaron los pacientes, sus cuidadores y mis compañeros, de los que tanto he aprendido; también mis alumnos. Por último quiero agradecer al servicio de cardiología del Hospital Universitario Virgen de la Victoria porque hace cinco días me salvaron de un problema gravísimo, me tuvieron que intervenir de corazón», confesó Muñoz-Cruzado.
Un toque de humor puso Luis Eduardo Carvajal, jefe de cocina del Hospital Universitario Virgen de la Victoria, Hospital Vale Guadalhorce de Cártama y Hospital Marítimo de Torremolinos, que recibió el premio entregado por la estudiante Cecilia Quílez. «Somos un equipo que trabaja los 365 días del año para dar la mejor calidad al enfermo. Los tres pilares son: que coman, que sea apetecible y que sea sano y bien nutrido. Siempre he querido hacer algo diferente en el menú hospitalario, y así lo he hecho», comentó junto con algunas anécdotas con pacientes.
Los Premios Cruz de Malta del Hospital Regional de Málaga ya le reconocieron. Y ahora SUR no quería perder la oportunidad de premiar los valores profesionales y humanos de Francisco Artero, que lleva 36 años en la profesión y es celador del servicio de oncología en el Regional. Su discurso, breve pero emocionante: «No estoy acostumbrado a que me den premios, perdón porque estoy emocionado. Lo que más me gusta de mi trabajo es estar con la gente y ayudar, además me lo pasó bien», reconoció Artero antes del gran aplauso del público. Fue el estudiante Álvaro Bastida el que entregó este último reconocimiento de la gala y él mismo cerró con un discurso que no dejó indiferente a nadie.
«Hace doce años que me decidí a estudiar medicina; entonces tenía 6 y mi padre era un súperheroe que estaba siendo atacado por segunda vez por un villano. Fue en aquel momento cuando tuve claro que quería dedicar mi vida a la salud, concretamente como oncólogo, y gracias a mi padre ahora tengo la fuerza todos los días para coger el coche y colgarme la mochila para ir a estudiar. Él sin quererlo ni saberlo le ha dado a un niño una vocación inmensa, la profesión más bonita de todas», reflexionó el joven Álvaro Bastida para cerrar esta segunda edición de la gala Salud es Más. Las periodistas Ana Barreales y Ana Pérez-Bryan concluyeron el acto y agradecieron a patrocinadores, colaboradores y profesionales del sector por hacer que estos premios sean tan necesarios.
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