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Salvador Salas/Pedro J. Quero

Ángel Giró

Director Médico Geriátrico Seniors Residencia
«Olvidos tenemos todos, lo preocupante es cuando empiezan a ser frecuentes»

Salud es Más ·

Hay que aspirar a llegar a la vejez lo mejor posible y no caer en el prejuicio de que al ser mayor se van a ir perdiendo facultades, sostiene Giró

Martes, 4 de octubre 2022

Jubilarse es bueno para la salud, pero hay que mantenerse activo, con ilusiones y aficiones, y para eso hay que prepararse, afirma Ángel Giró, experto en geriatría y director médico de Seniors Residencias, quien sostiene que hay que aspirar a llegar a la vejez en las mejores condiciones.

-¿Qué diferencias hay entre deterioro cognitivo, demencia y Alzheimer?

-La demencia es un síndrome que engloba síntomas como pérdida de memoria y de funciones, que cuando se va a hacer algo no se sabe cómo hacerlo, desorientación espacial y temporal, trastornos afectivos como ansiedad y tristeza, y a veces trastornos de conducta, que incluso pueden llegar a la agresividad ante determinados estímulos. Todo eso conforma un síndrome que se denomina demencia. Antes de llegar a eso puede haber un deterioro cognitivo, que es la pérdida inicial de algunas facultades como la memoria o la capacidad para pensar hacer algo. Es un estadio más leve que todavía no se considera demencia porque no hay el resto de síntomas de ese síndrome. Y el Alzheimer es el tipo de demencia más frecuente.

-¿El deterioro cognitivo acaba siempre en demencia?

- Un deterioro cognitivo leve no tiene por qué terminar siendo una demencia. Es la forma inicial y hemos de estar alerta y diagnosticarlo bien mediante test neuropsicológicos, pruebas de neuroimagen y analíticas de sangre también, porque hay veces que un déficit vitamínico del grupo B puede asemejarse a un deterioro cognitivo, pero es algo reversible. También un síndrome depresivo puede manifestarse con un deterioro cognitivo y no va a ser una demencia si se trata correctamente, pero sí que es un toque de atención y hemos de diagnosticarlo.

 -¿Es normal olvidarse de palabras, no acordarse de determinadas cosas?  

-Lapsus, olvidos, eso de no sé dónde he puesto las llaves, no me sale la palabra, que la tengo en la punta de la lengua tenemos todos. Lo realmente preocupante es cuando esto empieza a ser algo más frecuente o con cosas muy obvias que chirrían. Ahí es muy importante el papel de la familia y de las personas que haya cerca para que distingan que esto no lo hacía antes y ahora, sí. Y no achacarlo a la edad, una persona mayor no se tiene que demenciar, la demencia es una patología y hay que diagnosticarla y tratarla adecuadamente. No debemos caer en el prejuicio y el ageismo de decir: como es mayor va a ir perdiendo facultades. Hay personas con cien años que mantienen sus facultades intactas y a eso hemos de aspirar. Pero hay situaciones, bien por la frecuencia o bien porque jamás le había ocurrido antes, que son alarmantes y deben llevarnos  a hacer un diagnóstico.

-¿De qué depende la evolución de una demencia?

-Depende de muchos factores. En general, la demencia provocada por el Alzheimer, que es la más frecuente tiene una evolución relativamente larga. Tenemos terapias tanto farmacológicas como de estimulación cognitiva para intentar que ese progreso de la enfermedad vaya más lento. Depende también del tipo de demencia. Pero, en general, cuanto antes detectemos el deterioro cognitivo o establezcamos qué tipo de demencia mejor, porque así podremos poner un tratamiento para hacer más lenta la evolución. Hoy día se ha visto también que los estilos de vida cardiosaludables y la socialización van bien para retrasar la evolución de la enfermedad.

- Hay personas que cuando se jubilan pasan de ser muy activas a no tener nada qué hacer ¿Es malo para la salud ese cambio brusco?

No, jubilarse es bueno para la salud, pero hay que afrontar bien esa etapa, mantenerse activo, tener  una ocupación que no sea laboral que te satisfaga, hacer ejercicio, y dedicarle tiempo a la familia y a los amigos. Si nos jubilamos y hacemos todo eso nuestra vida se va a enriquecer y seguramente se va a alargar, y la demencia, si llega a desarrollarse se retrasará. Si pasamos de una actividad enorme a estar sentados en un sillón viendo la tele, pues nuestra salud cognitiva se va a deteriorar.

-¿Nos preparamos bien para la jubilación?

-Desgraciadamente, no. Es algo que muchas personas desean,  pero que no tienen bien planificada y es muy importante hacerse un plan de vida, al menos mentalmente, de qué vamos a hacer, a qué vamos a dedicar nuestro tiempo, cuáles son nuestras ilusiones para  ir poco a poco haciéndolas cuando nos jubilemos. Si no, al final hay personas que terminan aislándose porque el cien por cien de su vida es el trabajo.

-¿Cómo afecta la soledad al deterioro cognitivo?  

-Pues afecta de una forma muy negativa. La socialización y la relación con la familia es fundamental no solo para mantener nuestras funciones cognitivas más tiempo activas sino desde el punto de vista afectivo, para no caer en una depresión. Convivir con una persona con demencia a veces es complicado y hay que dar apoyo a las familias desde el punto de vista psicológico para que puedan entender a la persona que tiene la demencia y sepan cómo tienen que comportarse. Tienen que desarrollar la paciencia, la empatía, estrategias para entretenerlos, para que se mantengan activos, mediante juegos, pero sin caer en el infantilismo. Puede ser  un juego de mesa o que hagan crucigramas,  por ejemplo.

-Puede recomendar algunas actividades para mantener la mente en forma o para frenar el deterioro cognitivo?

-La dieta es clave, influye en la salud de las neuronas y del cerebro. El ejercicio físico también es muy importante, al igual que mantener la mente ocupada y activa. ¿Cómo? Pues crucigramas, sudokus, juegos de mesa, jugar al dominó o a las cartas, no hace falta que sea el Trivial. Tiene que ser algo que les guste, porque si no les gusta no lo van a hacer. Tiene que ser compatible con sus gustos previos para estimularles. Todo lo que sea mantener la mente ocupada en una actividad es muy bueno para el cerebro porque hace que las conexiones que se puedan haber perdido se restablezcan o que se mantengan durante más tiempo. Y que no sea algo pasivo, como ver la tele. A veces encontramos mayores con una demencia o un deterioro cognitivo leve y todos en la familia estamos muy ocupados y no les dedicamos el tiempo suficiente a los mayores. Lo más fácil es ponerles la tele, darles el mando y ahí se pueden tirar ocho o diez horas al día, con lo que eso supone. Entonces, realmente, ahí no estás estimulando su cerebro, sino que estás fomentando el aislamiento y la tristeza.

-¿Es recomendable hacerse pruebas a partir de determinada edad?

-Sí. Si hay antecedentes siempre es bueno. En Senior tenemos centros  de detección temprana con una batería de test neuropsicológicos que pueden detectar cualquier deterioro cognitivo. Ante cualquier duda siempre es bueno hacerlo porque no son métodos invasivos. Y si se detecta algo hay que acudir al neurólogo

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