
Antonio González Sánchez, jefe de cirugía general y del aparato digestivo de HM Hospitales
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Antonio González Sánchez, jefe de cirugía general y del aparato digestivo de HM Hospitales
La cirugía mínimamente invasiva o laparoscopia, como se conoce habitualmente, es ya casi la norma en las intervenciones programadas. «El 70 o el 80% de las operaciones de cirugía general y de aparato digestivo se hacen ya por este procedimiento», explica Antonio González Sánchez, jefe de cirugía general y del aparato digestivo de HM Hospitales. Al realizar la intervención a través de pequeñas incisiones la recuperación es mucho más rápida. «Operamos a un paciente de un cáncer de colon por cirugía mínimamente invasiva un jueves por la tarde y, si todo va como tiene que ir, el domingo se puede marchar a casa».
–¿Qué se considera un procedimiento mínimamente invasivo?
-Es una cirugía en la que en lugar de hacer una gran incisión hacemos varias pequeñas, vemos todo el procedimiento a través de una pantalla de televisión y usamos una instrumentación especial. Es ya el 70 o el 80% de las cirugías programadas.
–¿Qué ventajas tiene para los pacientes?
–Evidentemente hay cierta ventaja estética, pero no es la fundamental. El hecho de no tener que hacer una gran incisión implica que la respuesta inflamatoria del paciente al propio trauma de una intervención quirúrgica sea mucho menor. Y eso supone acelerar todo el proceso de recuperación, menos dolor, los pacientes se pueden incorporar antes de la cama, pueden respirar profundamente y toser para que no haya riesgos de neumonía. Y luego una de las complicaciones de la cirugía abdominal, el íleo, que consiste en que el intestino se paraliza, disminuye también mucho con la cirugía mínimamente invasiva.
–¿Cómo cambian el tiempo de ingreso y la recuperación?
–Cuando operamos a un paciente por cirugía mínimamente invasiva, por ejemplo de un cáncer de colon, lo operamos un jueves por la tarde y, si todo va como tiene que ir, el domingo se puede marchar a casa. Si esa misma intervención la hiciéramos por un procedimiento estándar, pues probablemente tendríamos que dar al paciente de alta dos o tres días después, aunque solamente fuera por el control del dolor.
–¿Qué intervenciones se han incorporado últimamente a la cirugía mínimamente invasiva?
-Podemos hacer todo el espectro de la patología de la cirugía general aparato digestivo, que incluye la pared abdominal, las hernias inguinales, que antes no las hacíamos... Es habitual en estos casos que al día siguiente el paciente pueda estar caminando por la calle perfectamente.
–¿En qué casos no se puede hacer este tipo de cirugía?
–Pues en pacientes que tienen un fracaso de su situación fisiológica normal, que han perdido mucha ha sangre tras un accidente de tráfico o que llegan con una gran infección intraabdominal, en una situación muy precaria. A ese paciente no podemos operarlo por cirugía mínimamente invasiva. Y luego hay procedimientos extremadamente complejos en los que tampoco se puede hacer, como en un trasplante hepático o si hay que hacer una cirugía de un tumor muy grande.
–¿Qué más diferencias nota el paciente en una cirugía mínimamente invasiva?
–Menos dolor, una cicatriz más pequeña y la reincorporación a la vida activa es muchísimo más rápida... es que no hay color. Hace 15 años se operaba de cáncer de colon con una incisión que iba prácticamente desde debajo del esternón hasta dos o tres centímetros debajo del ombligo y ahora se hacen cuatro puntitos en el abdomen y una pequeña incisión por debajo del ombligo por donde sale la pieza. Como el estado inflamatorio del paciente posoperatorio es mucho menor digamos que las defensas del organismo están más centradas en el proceso de curación, así a modo de resumen. Y disminuye mucho el riesgo de infección, que es una de las principales complicaciones de la cirugía abdominal.
–¿Se podría decir que la cirugía mínimamente invasiva baja el riesgo que tenían las operaciones si se hubiesen hecho por otro procedimiento?
–No, no se trata de eso. El riesgo va a ser exactamente el mismo y la complejidad para el cirujano es mucho mayor en este tipo de cirugía. Ahora, es posible que haya ciertas complicaciones asociadas que disminuyan.
–¿Cirugía mínimamente invasiva y laparoscopia es lo mismo?
–A ver, desde el punto de vista global son sinónimos. En sentido estricto la cirugía laparoscópica es la cirugía mínimamente invasiva de la cavidad abdominal y cuando se accede a otras partes tendría otros nombres: en la cirugía toracoscópica se accede a la cavidad torácica y así sucesivamente.
–Hacia dónde va el futuro de la cirugía de mínimo acceso?
–Ya casi es presente, pero va en la línea de la inteligencia artificial y de la realidad aumentada. Porque se están procesando tantas imágenes que de aquí a muy poco tiempo probablemente igual que un piloto de avión en un momento determinado el avión le dice oye ¿estás seguro que quieres hacer este procedimiento? A nosotros no nos va a ocurrir algo parecido. Ya somos capaces de aplicar conceptos de realidad aumentada en la cirugía general del aparato digestivo. Entonces todo esto de la cirugía laparoscópica, cirugía laparoscópica asistida por robot, cirugía de realidad aumentada, inteligencia artificial... va a tener mucho impacto en el entrenamiento de los cirujanos y por supuesto en la mejora de la salud de nuestros pacientes.
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